Una de las primeras en prender las alarmas fue la procuradora general de la nación, Margarita Cabello, que le hizo un llamado a los alcaldes de municipios y capitales, así como a las corporaciones autónomas regionales y a los ministerios de Ambiente y Desarrollo Sostenible y de Salud, para que implementen acciones, medidas y estrategias urgentes que permitan prevenir y reducir las concentraciones de contaminantes en el ambiente.
Marzo y abril son los meses en los que más se deteriora la calidad del aire en buena parte del país, una problemática que se repite todos los años y que afecta la salud de miles de personas; pero que, además, puede complicar más el tema del coronavirus.
Se trata de algo complejo de manejar, pues en Colombia solo 96 municipios tienen sistemas de medición de calidad del aire y de estos únicamente Bogotá y Medellín entregan información en tiempo real. De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Salud, en el país fallecieron en 2019, 17.500 personas por inconvenientes respiratorios, que podrían estar asociados a la calidad del aire.
Con la llegada de las lluvias, las condiciones atmosféricas empiezan a cambiar y las estaciones de monitoreo de la calidad del aire también comienzan a modificar su color en algunas ciudades, pasando de verde a naranja, como sucede en Medellín en donde las fuentes móviles y fijas del área metropolitana, así como incendios originados en el departamento del Cesar, provocan acumulación de contaminantes en la atmósfera.
En la capital del país, por ahora, el Índice Bogotano de Calidad del Aire y Riesgo en Salud reporta una estación, Móvil Carrera Séptima, en estado regular y 15 en moderado, según informó la Secretaría de Ambiente. Sin embargo, el seguimiento se mantiene activo porque según el Ideam, se prevé que llegue una nueva nube de polvo del Sahara, lo que podría tener impacto en el comportamiento atmosférico de la ciudad.
Es una situación con la que millones de colombianos deben convivir, pues si bien se ha dado una lenta reducción en las últimas dos décadas, lo cierto es que la contaminación en muchas regiones del país se mantiene por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, e incluso de los niveles permitidos localmente.
Luis Belalcázar, investigador y profesor de la Universidad Nacional dice que si bien la contaminación ha bajado en los últimos años, también es claro que ahora se registran más episodios, es decir, que con mayor frecuencia se presentan varios días consecutivos con mala calidad del aire, lo que se conoce como alertas ambientales, que han debido decretarse en años anteriores en ciudades como Bogotá y Medellín.
Incendios, grandes responsables
Los primeros meses del año son los más complejos en materia de contaminación, pues mientras en unas zonas del país incrementan las lluvias como sucede en este momento en la Región Andina y Pacífica, según los reportes del Ideam, en otras como la Orinoquia el clima es seco por esta época, facilitando el desarrollo de quemas, cuyo material particulado no afecta solo a los habitantes de las zonas aledañas, sino que llega a otras regiones del país, arrastrado por los fuertes vientos.
Ante este panorama, la procuradora Cabello envió una serie de recomendaciones tendientes a prevenir y reducir las emisiones de contaminantes en la atmósfera, que podrían continuar intensificándose en los próximos días.
La Procuraduría pidió intensificar el control y vigilancia sobre las fuentes fijas y móviles para que no superen los estándares de emisiones establecidos, y diseñar un plan de atención de emergencias frente a futuras declaratorias de los niveles de prevención, alerta o emergencia en materia de calidad del aire.
De acuerdo con el estudio “Análisis de la calidad del Aire en Colombia a partir de información satelital”, publicado hace dos años y desarrollado por investigadores de la Universidad Nacional, entre ellos el propio Belalcázar, el top 10 de las ciudades más contaminadas en el país es encabezado por Cali, seguida de Cartagena, Montería, Santa Marta, Bucaramanga, Arauca, Sincelejo, Villavicencio, Bogotá y San Andrés.
Curiosamente Medellín, que enfrenta con frecuencia esta problemática no hace parte de esta lista. Los sistemas de medición de la capital antioqueña, según los expertos, son los mejores del país y los de mayor cobertura, lo que permite la toma de decisiones rápidas y puntuales en el momento en que se presentan las alertas ambientales.
Además de los incendios y las condiciones climatológicas, hay otros factores contaminantes como las altas emisiones generadas por los vehículos de carga, que en su mayoría operan con diésel. “Se requiere renovar el parque automotor, un objetivo que los municipios no pueden lograr solos, se requiere una política nacional”, manifiesta Belalcázar.
Se estima que la contaminación atmosférica causa unos 7 millones de muertes en el mundo, de acuerdo con datos de sociedades científicas y la Organización Mundial de la Salud.