Este jueves, la plenaria de la Cámara de Representantes dedicó su jornada a debatir algunas de las iniciativas legislativas que propenden por el bienestar del ambiente y los animales. Una de ellas fue el proyecto de ley que crea la licencia ambiental para la construcción de nuevos cementerios en el país, para lo cual deberán presentar un estudio de impacto ambiental.
“Los cementerios, por la condición de los lixiviados de los cuerpos, generan grandes afectaciones ambientales, razón por la que es absolutamente necesario que para su construcción se requiera una licencia ambiental. Esto va a favorecer enormemente al medioambiente de nuestro país y al ordenamiento territorial”, aseguró el representante a la Cámara por Bogotá, Juan Carlos Losada.
La iniciativa contempla que los camposantos que ya están funcionando contarán con doce meses a partir de la expedición de la ley para presentar un Plan de Manejo Ambiental ante la autoridad competente, con la idea de que se ajusten a la norma.
El proyecto, que superó el segundo debate de los cuatro que debe surtir para convertirse en ley, busca crear la licencia no solo para la construcción, sino también para ampliación y operación de estos lugares en el territorio nacional con el fin de controlar la contaminación y proteger el ambiente y la salud de los seres vivos.
El proyecto presentado por Losada y que cuenta con seis artículos, también establece que se prohíba el otorgamiento de las licencias ambientales cuando estas construcciones generen algún tipo de afectación a ecosistemas como humedales, páramos, manglares, acuíferos o cualquier tipo de fuente hídrica.
Si bien en Colombia, como en otros países de la región, las posibles afectaciones ambientales y de salud por la presencia de estos camposantos en zonas urbanas no son de permanente análisis, pues siempre han funcionado de la misma forma, lo cierto es que hay estudios que indican que la descomposición de los cadáveres libera potenciales contaminantes químicos, en los que prevalecen los compuestos a base de carbono, amoniaco, cloruro, sulfato, sodio, potasio o los restos de tratamientos químicos hospitalarios, como la quimioterapia.
A pesar de que los procesos de tanatopraxia (conservación temporal de los cadáveres) retardan la descomposición y liberación de contaminantes potenciales en el suelo y de que ahora los cementerios añaden sustancias que aceleran la biodegradación, los impactos persisten y más aún en municipios donde no se cuenta con los recursos ni la experticia en este tipo de temas.
El número de fallecimientos aumenta cada día en el país y es posible que a futuro se deban construir nuevos cementerios por cuenta de procesos como reordenamientos territoriales o el cumplimiento de los ciclos de vida de los ya existentes. Por esta razón, para el congresista es importante que haya una normatividad que regule la construcción, ampliación y operación de este tipo de lugares en Colombia.
Esta nueva herramienta le permitirá también al Estado generar un control sobre estos lugares.
De igual forma, el congresista indicó que en muchos municipios de Colombia se vienen presentando problemáticas de ese tipo, razón por la cual las autoridades ambientales serán las que tendrán que entrar a decidir si en esos lugares se puede o no construir cementerios y de esta forma evitar problemas de contaminación no solo ambiental, sino de salud.