Desde el pasado jueves y hasta el domingo 29 de enero las personas podrán asistir a “Educar para Conectar”, la Semana de la Educación Ambiental realizada por el Jardín Botánico de Bogotá. Durante estos días se podrá asistir a más de 30 actividades para toda la familia.
En un trabajo articulado con el Ministerio de Ambiente, la Secretaría de Educación de Bogotá, las universidades Nacional y El Bosque, Parques Nacionales Naturales, los institutos de investigación Humboldt y Sinchi, el Nodo Bogotá y los parques La reserva y Jaime Duque, esta semana educativa tiene una variada programación que incluye conversatorios, talleres, recorridos temáticos y actividades lúdicas y pedagógicas, entre otras.
“Es desde la educación ambiental que se hace posible construir una nueva forma de relacionarnos con la naturaleza, centrando la mirada en aquello que nos une y nos conecta con un pensamiento constructivo, respetuoso y coherente con la Madre Tierra”, explica Martha Liliana Perdomo Ramírez, directora del Jardín Botánico de Bogotá.
Para asistir a la programación es importante tener en cuenta que la entrada al Jardín Botánico de Bogotá tiene un costo de $5.000 pesos colombianos para nacionales y $10.000 para extranjeros. Algunas actividades se realizarán en el Tropicario, el cual está dentro del Jardín. Para ingresar se debe pagar un costo adicional de $5.000 pesos colombianos.
El sábado 28 y domingo 29 de enero, a las 9:00 a. m., está abierta la Feria Educativa, que estará ubicada en la plazoleta exterior del Jardín Botánico. La asistencia a la feria no tienen ningún costo y cualquier persona puede participar.
Para conocer toda la programación puede ingresarse al siguiente link: https://jbb.gov.co/educar-para-conectar/
Florecimiento inexplicable
Como una rareza o regalo de la naturaleza describen los científicos del Jardín Botánico de Bogotá el florecimiento del yagé, que está ubicado en el Tropicario de este lugar. Los expertos se dieron cuenta de este extraño acontecimiento en horas de este 17 de enero.
Esto ocurrió luego de dos años de seguimiento y monitoreo de los expertos a esta flor. En el yagé se puede observar flores pequeñas y delicadas de color rosa. Tienen cerca de cuatro a cinco centímetros de altura.
Para los científicos del Jardín Botánico de Bogotá es un gran suceso, debido a que las condiciones de la capital del país, como la altura (2.600 metros sobre el nivel del mar), dificultan el florecimiento de esta planta.
“La naturaleza nos sorprende y nos enseña que la vida se abre paso aún en condiciones diferentes a las habituales. De ahí la importancia de nuestro Tropicario Distrital, a través del cual rendimos un tributo a la diversidad botánica, étnica y geográfica de Colombia” afirmó Martha Liliana Perdomo Ramírez, directora del Jardín Botánico de Bogotá.
Desde 2020, en medio de la pandemia, especialistas en colecciones del Jardín Botánico José Celestino Mutis iniciaron el proceso de propagación ex situ (fuera de su ambiente natural) de esta planta que crece en ecosistemas tropicales. La planta fue acondicionada en el domo del bosque húmedo Amazonas-Chocó del Jardín Botánico de Bogotá, espacio donde se ha ido adaptando en condiciones satisfactorias creciendo hasta alcanzar los 24 m de altura.
Además de Yagé, esta planta también es conocida con los nombres Ayahuasca o Caapi. Asimismo, recibe otros nombres por las comunidades, por ejemplo, es considerada por algunas como una de las plantas más importantes para la medicina tradicional en los pueblos indígenas.
La flor del yagé es hermafrodita. Esto significa que en sí misma contiene los órganos masculinos (estambres) y los femeninos (pistilos). Sin embargo, no es de ella de donde se extraen las preparaciones para los rituales sagrados. Para realizar estas medicaciones se requieren grandes cantidades de los tallos de la liana o enredadera, extraídos del corazón de la selva, con una taxonomía de variedades que solo se pueden identificar por medio de su ingestión, y así saber si es yagé tigre, yagé danta u otras variedades que conocen estos pueblos.