El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido duramente cuestionado por la comunidad internacional debido a su falta de acciones para frenar la deforestación en su país y especialmente en la Amazonia.
Sin embargo, de manera inesperada, cambió su discurso y dijo estar dispuesto a trabajar con gobiernos, empresas y sociedad civil para lograr una protección ambiental de este pulmón del mundo, que solo en 2020 se estima que perdió 1,5 millones de hectáreas en territorio brasileño, según datos del Proyecto de Monitoreo de la Amazonia Andina (MAAP), de Amazon Conservation.
Bolsonaro le envió una carta a su par de Estados Unidos, Joe Biden, en la que prometió acabar con la deforestación ilegal en su país para el año 2030. El mandatario sostuvo que ese objetivo requerirá “recursos voluminosos” y pidió “todo el apoyo posible” para logar su objetivo.
“Queremos reafirmar, en un inequívoco apoyo a los esfuerzos emprendidos por su excelencia, nuestro compromiso en eliminar la deforestación ilegal en Brasil para 2030”, dice la carta de siete páginas que la Presidencia dio a conocer, previo a la cumbre de Jefes de Estado sobre cambio climático, que se realizará en Washington el 22 de abril, Día Mundial de la Tierra.
Compromisos del Acuerdo de París
Brasil se comprometió a dicha meta al suscribir en 2015 al Acuerdo de París, el tratado internacional sobre cambio climático que busca limitar el calentamiento global a 2° Celsius por encima de los niveles preindustriales y continuar los esfuerzos para bajarlo a 1,5°C, una meta que cada vez parece más lejana de lograr, pues los compromisos presentados por los países no son suficientes para reducir los gases de efecto invernadero, grandes causantes del calentamiento global.
Sin embargo, la llegada de Bolsonaro al poder en 2019 ha puesto en duda el cumplimiento de las metas del país suramericano en materia climática, dadas sus posiciones favorables a la explotación minera y agrícola de reservas naturales y tierras indígenas.
El líder ultraderechista llegó inclusive a protagonizar duros enfrentamientos con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con el propio Biden, que han criticado el aumento de la deforestación bajo su mandato.
“Es con ese espíritu que participaré de la Cumbre de Líderes: el de reafirmar la disposición de mi país y mi propia disposición de trabajar de la mano de la comunidad internacional en pro de la protección ambiental y del desarrollo sostenible de la Amazonía”, afirma Bolsonaro, en un aparente cambio de tono.
Bolsonaro reconoce en la misiva enviada a Biden, el aumento de las tasas de deforestación desde 2012, y anuncia la posibilidad de anticipar de 2060 a 2050 el objetivo de alcanzar la neutralidad climática, que implica la total compensación de las emisiones de gases de efecto invernadero. Tanto para este objetivo, como para acabar con la deforestación ilegal, subraya la necesidad de obtener “recursos significativos”.
“Brasil merece ser justamente remunerado por los servicios ambientales que sus ciudadanos han brindado al planeta”, añade la carta, que también ratifica los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero según el Acuerdo de París.
Durante su campaña electoral, Biden prometió reunir US$20.000 millones entre varios países para que Brasil dejara de deforestar y advirtió sobre “consecuencias económicas significativas” si no lo hacía. Frente a esta posición, la respuesta de Bolsonaro no se hizo esperar: “Nuestra soberanía no es negociable”, afirmó en su momento.
Aumento de la deforestación
Tras la llegada de Biden al poder, Washington ha dicho que espera de Brasil “más pasos concretos” contra el cambio climático.
La destrucción de la selva amazónica, recurso clave en la lucha contra el cambio climático, aumentó durante la gestión de Bolsonaro, impulsando las emisiones de carbono de Brasil.
Entre agosto de 2019 y julio de 2020, período de referencia para medir la deforestación, la devastación de la Amazonia brasileña aumentó 9,5 %, en comparación con el período exactamente anterior, lo que constituye el segundo récord consecutivo en 12 años, según datos preliminares oficiales.
La destrucción de la mayor selva tropical del mundo totalizó 1,1 millones de hectáreas en el periodo analizado, equivalente a 7,4 veces el territorio de la Ciudad de México, según informó el sistema de vigilancia de deforestación Prodes, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), entidad oficial que se encarga de realizar dichas mediciones.
Entre agosto de 2018 y julio de 2019, el mismo sistema de vigilancia contabilizó 1,01 millones de hectáreas arrasadas, lo cual había marcado un aumento de 43 % frente a los doce meses precedentes. Estos han sido los peores años desde 2008, cuando se registraron más de 1,2 millones de hectáreas deforestadas.
Poca credibilidad
Ante el anuncio de Bolsonaro, el cacique brasileño Raoni Metuktire, reconocido por defender la Amazonia, pidió al presidente de Estados Unidos, ignorar a su par Jair Bolsonaro frente a sus metas ambientales.
“Él ha dicho muchas mentiras”, dijo el reconocido líder indígena en el video de casi cuatro minutos difundido por el Instituto Raoni este viernes. “Si este presidente malo le dice alguna cosa, ignórelo (...) Él [Bolsonaro] está queriendo liberar la deforestación en nuestra selva, incentivando invasiones en nuestras tierras”, agregó.
El líder kayapó, quien se estima ronda los 90 años, es internacionalmente conocido por su lucha en defensa de la preservación de la Amazonia. Raoni pide ayuda a Biden para “encontrar un camino, una solución para preservar el medio ambiente”. “Estoy triste por saber que todo lo que he hecho en pro del medio ambiente está cada día más amenazado”.
*Con información de AFP