Los ataques violentos contra los defensores del medio ambiente no dan tregua. Esta vez fue en la Reserva ProAves El Dorado, ubicada en la Sierra Nevada de Santa Marta, en donde un guardabosque de esta Fundación fue atacado de manera violenta por hombres encapuchados.
En el hecho, que se registró este pasado martes en la noche, el guardabosques de 22 años y quien labora con la Fundación ProAves desde hace cinco años, fue gravemente herido y trasladado de urgencia a hospital, en donde actualmente se encuentra en una condición estable. Tanto él como la Fundación prefieren mantener en reserva el nombre, por las condiciones de seguridad en la zona.
El ataque se registró cuando el gurdabosque regresaba a su casa luego de su jornada de trabajo, en la que entre otras cosas, tiene dentro de sus funciones hacer control de los linderos de la reserva, evitar invasiones, proteger la fauna silvestre y realizar mantenimiento de senderos.
Esta reserva, en la que trabajan cuatro guardabosques, tiene una extensión superior a las 2.200 hectáreas y el trabajo de estas personas se centra en luchar por su conservación y evitar que personas ajenas lleguen a invadir estas áreas protegidas.
Invasiones
Según informó ProAves, durante la pandemia, esta reserva se ha visto sometida a una intensa presión por la invasión de algunas áreas y las amenazas de deforestación, especialmente impulsada por la fuerte demanda de terrenos para la construcción de casas de vacaciones.
La Fundación ha presentado varias demandas que buscan proteger la Reserva y recientemente aumentó el número de guardabosques para hacer frente a estos desafíos.
Los hechos sucedidos con el joven guardabosque fueron puestos en conocimiento de las autoridades competentes, entre ellas, la Policía del Distrito de Santa Marta, la Inspección de Policía del corregimiento de Minca, el Ejército Nacional y la Personería Distrital, las cuales se comprometieron a hacer presencia en la zona y adelantar distintas acciones y medidas para atender esta difícil situación.
En ProAves esperan que las mencionadas autoridades les puedan brindar a estos defensores del ambiente la seguridad que se requiere para poder continuar desarrollando sus labores de conservación. “Actualmente, nos encontramos elaborando la respectiva denuncia, la cual será interpuesta en las próximas horas ante la Fiscalía”.
Trabajando en medio de las dificultades
En los últimos tres meses, los guardabosques de ProAves han enfrentado muchas dificultades: Gonzalo Cardona fue asesinado en enero por su trabajo como coordinador de la Reserva ProAves Loros Andinos y la protección que ejercía del loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis), un ave de 42 centímetros con un plumaje verde y amarillo que habita en los Andes colombianos y que es endémica del país.
Este líder ambiental se dedicó durante 23 años a evitar que esta ave se extinguiera, sin importar que esto pudiera costarle la vida, pues en varias oportunidades recibió amenazas por su trabajo en la protección de esta especie y de muchas otras que se encuentran en la zona.
Recientemente, otro guardabosque fue agredido a golpes y con arma de fuego en la Reserva ProAves Colibrí del Sol, la cual está ubicada sobre el eje de la Cordillera Occidental, a una distancia de 17 kilómetros al norte del municipio de Urrao, en Antioquia, y tiene una extensión de 731 hectáreas de bosque alto andino y páramo. Allí el objetivo es proteger el hábitat del Colibrí del Sol (Coeligena orina) y de conservar una muestra de uno de los ecosistemas de páramo en mejor estado de preservación en Colombia.
Para Proaves es claro que estos hechos demuestran el grave riesgo que implica hacer conservación en Colombia, razón por la cual reiteró el llamado a las autoridades para que salvaguarden a quienes protegen los recursos ecosistémicos y la diversidad biológica del país.