A pesar de que los indígenas son importantes protectores de la naturaleza y el mundo cada vez aprecia más sus conocimientos tradicionales y ancestrales de conservación del medioambiente, muchos de sus derechos no son reconocidos en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
Esta dura conclusión se desprende del quinto informe sobre la situación de los pueblos indígenas “Derechos a tierras, territorios y recursos”, dado a conocer por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA).
El documento afirma que garantizar plenamente los derechos y territorios indígenas ayudaría a reducir la pobreza y contribuiría a la seguridad alimentaria, además de impulsar el desarrollo al estimular la inversión en proyectos sostenibles.
Según datos de la ONU, los pueblos indígenas tienen casi tres veces más probabilidades que el resto de las personas de vivir en la pobreza extrema y actualmente representan casi el 19 % de los pobres extremos que viven con menos de 1,90 dólares al día.
“La Agenda 2030 ofrece oportunidades para promover los derechos de los pueblos indígenas a sus tierras, territorios y recursos, también ayudaría a combatir y mitigar el cambio climático y su impacto”, dijo en el evento de presentación del estudio a la prensa el subsecretario general de DESA, Elliot Harris.
Si bien reconoció que hay avances de preocupaciones indígenas, también aseguró que existen muchas brechas. Por ejemplo, la Agenda 2030 no reconoce plenamente los derechos colectivos en relación con las tierras y los recursos o con la salud, la educación, la cultura y las formas de vida.
Dado que la Agenda 2030 no es otra cosa que la hoja de ruta hacia un nuevo paradigma de desarrollo en el que las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas toman un rol central teniendo como lineamientos los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el panorama no es alentador.
De acuerdo con el informe, en muchas regiones del mundo los derechos de los pueblos indígenas a sus tierras, territorios y recursos siguen siendo limitados o no se reconocen. El funcionario argumentó que si bien en algunas de ellas hay apoyo legal a esos derechos, no se han implementado o son inconsistentes.
La investigación indica que los proyectos de desarrollo que van en detrimento del medioambiente socavan los derechos de los indígenas al progreso y la seguridad, al margen de amenazar sus territorios y recursos.
Al respecto, la presidenta del Foro Permanente de Cuestiones Indígenas, Anne Nuorgam, se pronunció a favor de la designación de más parques nacionales, como una forma de protección de estas comunidades.
Minería y deforestación
La minería y la tala ilegales son otras actividades que afectan enormemente a las comunidades indígenas. Colombia, Ecuador, Brasil y Venezuela son algunos de los países afectados por estas prácticas delictivas, cuyos responsables han llegado incluso a anunciar en las redes sociales la venta de tierras en la Amazonia brasileña.
Como si esto fuera poco, se han incrementado los conflictos en sus territorios, así como las agresiones y violencia contra los indígenas defensores de sus derechos y del medioambiente.
“Los ataques a sus comunidades han provocado la migración y desposesión, y en los casos de los pueblos cuyas tierras cruzan las fronteras nacionales, suelen colocarlos en un alto riesgo de apatridia”, alertó el subsecretario de Asuntos Económicos y Sociales.
Para los autores de la publicación, reconocer todos los derechos indígenas no solo supone el bienestar de sus comunidades, sino que también es una clave para progresar en algunos de los retos más urgentes de la humanidad, como el cambio climático y la degradación ambiental.
“No será posible alcanzar el desarrollo sostenible sin hacer efectivos los derechos colectivos de los pueblos indígenas a sus territorios y recursos”, enfatizó Elliot.
Así ayudan a combatir el cambio climático
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los pueblos indígenas constituyen solo el 5 % de la población mundial, pero son grandes custodios del medioambiente.
“El 28 % de la superficie terrestre del planeta, incluidas algunas de las zonas forestales más intactas a nivel ecológico y con mayor biodiversidad, son gestionadas principalmente por pueblos, familias, pequeños campesinos y comunidades locales indígenas. Estos bosques son cruciales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para la conservación de la biodiversidad”, dice la FAO.
Según la Organización, los pueblos indígenas y sus medios de subsistencia enseñan mucho sobre la conservación de los recursos naturales, la obtención y la producción de alimentos de manera sostenible y la vida en armonía con la naturaleza.