En un libro quedó plasmada toda la información referente a un importante número de plantas medicinales y ambientales que se pueden encontrar en Sibaté, municipio ubicado al sur de Bogotá. Se trata de una publicación en la que las comunidades locales fueron clave, trabajando de la mano de la academia.

La bióloga Natalia Ramírez, una de sus autoras, comenta que llegaron a la comunidad a través de la Junta de Acción Comunal (JAC) de la vereda Bradamonte, donde su presidente, Deogracias Jaimes, y los demás integrantes trabajan en pro de la protección del agua y el ambiente.

Cuando los habitantes accedieron a colaborar, recurrieron al Programa de Gestión de Proyectos (PGP) de la Universidad Nacional, que se encargó de financiar el proyecto, que hoy se ve plasmado en la publicación: “Plantas usadas por la comunidad rural de la vereda Bradamonte, Sibaté (Cund. Colombia)”.

Las chuguas son una de las plantas y frutos hallados plasmados en el libro de plantas medicinales de Sibaté. | Foto: Grupo de Estudios Botánicos - Rodamonte

“Nos reunimos con unas 50 personas entre hombres, mujeres y niños de diversas edades, hicimos una actividad de reconocimiento, les hablamos sobre el proyecto, y ellos escribieron en carteleras los nombres de todas las plantas útiles que conocían, el resultado fue una lista de cerca de 80 especies con diversos usos; luego visitamos sus casas y hablamos con otros habitantes”, cuenta la bióloga Ramírez.

La motivación para hacer el libro, según indica, es que si bien otros grupos hacían proyectos interesantes, estos se quedaban en lo académico, pero el objetivo del grupo de trabajo de Natalia, era que este debía ser publicado.

De igual forma, el objetivo era que la publicación fuera útil para que la vereda conozca las plantas y sus usos, que el conocimiento tradicional no se pierda, que tuviera información académica complementaria, que incluyera las formas de uso, preparación y datos, como por ejemplo si son nativas o simbólicas, como el rodamonte, relacionado con la protección del agua.

El guaque es una de las plantas halladas en Sibaté e incluidas en el libro. | Foto: Grupo de Estudios Botánicos - Rodamonte

Protección de cuerpos de agua

La estudiante de Biología, Fernanda Rey, otra de las autoras, explica que “plantas especiales para proteger sus cuerpos de agua, como el rodamonte, muestran el interés de la comunidad por cuidar sus recursos”. Precisamente del rodamonte surgió el nombre a la vereda y del grupo estudiantil que se encargó de realizar realizar este trabajo.

Uno de los hallazgos con el trabajo realizado es que casi todas las plantas de las huertas y jardines de la vereda tienen un uso, ya sea ornamental o medicinal, y que contrario a lo que esperaban, había casi un mismo número de plantas exóticas y nativas, ya que por la tradición agrícola de la región es común ver cultivos de fresas, papa e incluso el pasto, pero también se advierte la presencia de plantas nativas que aún tienen un uso y por eso no se talan ciertos árboles ni se dañan algunas plantas.

Entre las plantas registradas en el libro están la altamisa, o ajenjo, que se usa para la fiebre, el dolor de estómago y la gripa. Otro es el arboloco, para el dolor de cintura y espalda, y el carretón, para alimento del ganado por su rápido valor nutricional y fácil digestión.

El frailejón (Espeletia) es una de las más de 80 especies encontradas en una vereda del municipio de Sibaté (Cundinamarca). | Foto: Fotos Grupo de Estudios Botánicos - Rodamonte

“Es un paisaje muy transformado, hay casas, carreteras, su tradición es la siembra y el ganado, pero no tocan el rodamontal, esperábamos que las plantas con uso se encontrarían en el páramo, en cambio están cuidadas por las personas en sus casas”, explica la bióloga Ramírez.

Fernanda Rey, por su parte, indica que uno de los objetivos principales era poder visibilizar la importancia de los saberes y la cultura campesina que está muy cerca de Bogotá, pero que se desconoce. Además, el grupo destinó un dinero para la publicación física del libro, ya que reconocen el difícil acceso a internet en las veredas. Así, imprimieron copias para que las familias vean el resultado de su participación y que sea una herramienta para preservar sus conocimientos tradicionales.

También en el Tequendama

Actualmente, este mismo grupo de trabajo está desarrollando un proyecto en el Salto del Tequendama, enfocado en la botánica, que busca caracterizar las plantas de una vereda que se quiere convertir en reserva, por lo que su llamado es a que se sumen estudiantes no solo de biología sino de otras áreas, para que sea interdisciplinario.

Por último, las autoras indican que la finalidad del grupo es “compartir con una población tan importante como el campesinado y dialogar permanentemente sobre sus saberes y costumbres, no como objetos de estudio, sino como sujetos de conocimiento y lenguaje propio tan válidos como los de la academia”.