La sostenibilidad es la razón de ser del Grupo Energía Bogotá (GEB) y uno de los pilares del crecimiento de la compañía desde el año 2020, cuando puso en marcha su política de sostenibilidad. Eduardo Uribe, director de Sostenibilidad del Grupo, explica que este concepto es “el tránsito hacia economías descarbonizadas, más equitativas, más prósperas. Con el trabajo diario de quienes hacen parte del GEB y sus filiales mejoramos la vida de millones de personas que se benefician de la energía que generan, transmiten y distribuyen nuestras empresas. Por eso, la sostenibilidad es nuestro negocio”.
Y las cifras así lo demuestran. En 2021, la compañía reportó un incremento de 8,4 por ciento de los ingresos acumulados, que pasaron de 5,12 billones de pesos en 2020 a 5,56 billones ese año.
Como multilatina, el GEB, con negocios de transmisión de energía eléctrica y transporte de gas natural en Colombia, Perú, Brasil y Guatemala, enfoca sus objetivos en garantizar el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medioambiente y el bienestar social.
“Nuestra política de sostenibilidad se estructuró y se está aplicando para garantizar la consecución permanente del propósito superior de mejorar vidas con energía sostenible y competitiva en los países y territorios donde tenemos presencia con más de 15.500 kilómetros de redes de transmisión de energía y 4.300 kilómetros de gasoductos”, señala Uribe.
El esfuerzo y compromiso de la compañía ha sido reconocido a nivel nacional e internacional. El Grupo fue incluido, junto con su filial Transportadora de Gas Internacional (TGI), en el Anuario de Sostenibilidad 2022 (Sustainability Yearbook 2022) de la firma S&P Global, que reúne las principales tendencias en la gestión corporativa de los criterios ESG (medio ambiente, social y gobernanza) y destaca a las empresas con el desempeño más alto en sostenibilidad del mundo.
A esto se suma el ingreso del GEB al reconocido Índice de Sostenibilidad Dow Jones (DJSI por su sigla en inglés) en Mercados Emergentes y del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), que lo situó en el primer lugar en América Latina y en el cuarto en el mundo entre las empresas del sector gas & utilities con mejores desempeños en gestión social, ambiental, económica y de gobierno corporativo.
Igualmente, logró la evaluación más alta de la industria en materialidad, gestión del riesgo, reporte social y ambiental, sistemas de gestión ambiental y relacionamiento con grupos de interés. Así mismo, se destacó en áreas como innovación, desarrollo del capital humano, gestión de la cadena de suministro, conducta empresarial, biodiversidad y estrategia climática.
El camino de la transición
Gran parte de ese trabajo en sostenibilidad del GEB se enfoca en el área ambiental, una de las claves de la compañía para contribuir a mejorar la calidad de vida en sus áreas de influencia. A través de su política de sostenibilidad se ha alineado, entre otros, con los objetivos del país en la lucha contra el cambio climático, compartiendo las metas de reducir al 51 por ciento las emisiones al 2030 y alcanzar la carboneutralidad para 2050.
“La mayor parte de las emisiones en el país provienen del uso del suelo rural, la deforestación, el deterioro de los ecosistemas y la ganadería. La prioridad es detener la deforestación, mejorar los sistemas agrícolas y ganaderos haciéndolos más sostenibles; si detenemos la deforestación, casi logramos las metas que el país se ha propuesto. Eso no quiere decir que en temas de energía no debamos hacer muchas cosas también, pero ciertamente la deforestación es el principal problema ambiental de Colombia”, advierte Uribe.
En ese sentido, lo que hace la compañía para preservar y proteger el medioambiente es respetar la estabilidad de los ecosistemas, asegurar que sus intervenciones en los territorios no sólo no contribuyan al deterioro de los hábitats, sino que impulsen su restauración. Además, todas las acciones de transmisión de energía contribuyen a la adaptación y mitigación del cambio climático, pues se movilizan energías renovables a lo largo del Sistema de Transmisión Nacional (STN). Esto también lo hace en Guatemala y Brasil.
“Además, nos hemos enfocado en el transporte de gas como combustible de la transición energética por excelencia, pues produce la mitad de las emisiones de GEI con respecto a otros combustibles fósiles como el carbón, lo que permitirá garantizar la seguridad energética ante la intermitencia de otras fuentes renovables como la solar o la eólica. El gas puede asegurar una transición sin sobresaltos y al ser económicamente eficiente y socialmente aceptable, nos va a permitir transitar sin turbulencia hacia una economía descarbonizada”, precisa Uribe.
La instalación de torres y construcción de líneas de transmisión es de bajo impacto ambiental, pues los corredores y las servidumbres no se deforestan ni deterioran, por el contrario, afirma Uribe, se convierten en corredores ecológicos para restaurar hábitats y facilitar el desarrollo de ecosistemas agrícolas sostenibles en esas áreas y conectar relictos donde fluyen especies de fauna, flora y biodiversidad.
Solo en 2021, GEB y sus filiales hicieron inversiones por 170,6 millones de dólares en planes de descarbonización, medioambiente y transición energética. Además, producto de sus gestiones, no recibió multas ni sanciones asociadas a incumplimientos de las leyes o normativas en materia ambiental en los países donde opera.
“Al final todo el trabajo del GEB busca contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático de distintas maneras. El gas va a servir para hacer una transición a una economía descarbonizada, que sea una transformación socialmente viable y económicamente eficiente y la transmisión de energía, por su parte, aumenta el acceso de la gente a la energía eléctrica. Mucha de esa energía que estamos transportando y vamos a transportar en un futuro viene de fuentes renovables de energía. Entonces, el negocio nuestro es una canasta de opciones y de alternativas que contribuyen a un mejor planeta y a mejorar vidas”, concluyó Uribe.
*Contenido elaborado con apoyo de Grupo de Energía de Bogotá