Uno de los grandes retos al que enfrentamos hoy como sociedad es el cambio climático. Cada vez es más común escuchar noticias de fuertes olas de calor o heladas que dañan cultivos, lo cual pone sobre la mesa qué tan preparados estamos para adaptarnos a estos cambios y qué medidas podemos tomar para mitigarlos..
Para esta necesidad han surgido conceptos como la economía regenerativa, donde resulta relevante crear soluciones encaminadas a generar valor de manera integral, desde cada acción que realicemos hoy. Desde el sector financiero se estableció una hoja de ruta para proteger el medio ambiente. La Asociación Bancaria y de Entidades Financieras (Asobancaria) tiene la meta de cero emisiones directas al 2025.
En esa línea, sobresalen iniciativas en sostenibilidad como las que lidera Banco Popular. Desde la estrategia ‘Cuidemos más’, se busca reverdecer las zonas afectadas por la deforestación en el país con proyectos que generen valor al medio ambiente y a la sociedad. El plan para ser carbono neutral a 2025 incluye acciones como la eficiencia en el uso de recursos y la compensación para neutralizar las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) con restauración ecológica y preservación de ecosistemas naturales.
“El banco ha venido en los últimos años reduciendo el consumo de papel a nivel nacional gracias a los procesos de digitalización e innovación. También hemos sido más eficientes en el uso de la energía porque, además de los cambios en la forma de trabajo que dejó la pandemia, se han realizado mejoras y migración a nuevas tecnologías más eficientes”, anota Andrea Suárez, directora de Sostenibilidad de la entidad.
La nueva apuesta de la estrategia “Cuidemos más” está enfocada en proteger los recursos naturales, entre estos, las regiones más afectadas por la deforestación en el país, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). Es allí donde Banco Popular se unió con Amazonía Emprende, una escuela bosque con la que se realiza un proceso de germinación, siembra y cuidado de 3.316 árboles nativos de la Amazonía en Florencia, Caquetá.
Las variedades de especies definidas en el proceso de restauración tienen una distribución donde el 30 por ciento producen frutos como cacao, achiote y camu-camu para el aprovechamiento artesanal de las comunidades que trabajan en el proyecto y que incluye la capacitación de jóvenes amazónicos. El otro 70 por ciento de especies corresponden a aquellas que aportan a la consolidación del bosque y sus interacciones ecológicas.
El proyecto apoya otros emprendimientos verdes, como la apicultura con especies nativas, cuyo proceso de polinización es fundamental en la regeneración. Todo esto permite la diversificación de las actividades económicas en el territorio con la generación de impactos positivos a nivel ambiental, social y económico, que aportan en la construcción del desarrollo sostenible del país.
*Contenido elaborado con apoyo de Banco Popular