Colombia es el segundo país más megadiverso del mundo y es considerado como una potencia hídrica. Según WWF, cuenta con más de 48.000 humedales y es el segundo con más especies de peces de agua dulce: registra 1.595, de las cuales 367 se encuentran exclusivamente en territorio colombiano.
Bajo este panorama, el compromiso que tanto gobiernos como sector privado vienen asumiendo para promover el cuidado del agua es de suma importancia. Un ejemplo es el del Banco de Occidente, que desde 1984 publica los ‘Eco libros’, que crean conciencia sobre la importancia de la biodiversidad y de los ecosistemas que tiene Colombia. En los últimos cinco años la entidad ha llegado con estas publicaciones a colegios, instituciones públicas, clientes y empresas de todo el territorio nacional, enfocándose en temáticas relacionadas con las consecuencias del cambio climático.
“El trabajo en equipo y la generación de una red comunitaria y de apoyo ha sido otro aspecto clave en la apuesta por la protección del agua como principio de vida. Fue así como desde 1993 creamos el Premio Planeta Azul, mediante el cual se ha brindado apoyo, con recursos por $1.900 millones, a más de 3.400 iniciativas del país que le apuestan al cuidado del agua”, destaca Natalia Palacios directora de Sostenibilidad del Banco.
La experiencia con este premio ha hecho posible que hoy exista una red y un portal con información verificada sobre protección del medio ambiente y consejos para cuidar al planeta.
A este trabajo se suma un convenio con WWF para proteger y reforestar cuatro parques naturales de Colombia (Parque Isla Salamanca, Farallones de Cali, Chingaza y Paramillo) con la siembra de 10.000 árboles, que se complementan con jornadas de voluntariado en Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla en el que se tiene como meta la siembra de 1.150 árboles más.
El desafío es seguir trabajando de la mano de diferentes actores en el cuidado de las fuentes de agua, para lo cual será necesaria la construcción del nuevo marco de la gestión de recursos hídricos, desde la política pública, debido a que el horizonte de 12 años, bajo el que se construyó la política nacional vigente, finaliza este año.
En esa construcción hacia el futuro es fundamental la financiación de los proyectos verdes, un motor transformador para cumplir con el objetivo de lograr una economía baja en carbono y un apoyo clave para proteger ese segundo color de la bandera que simboliza los dos mares y el potencial del agua como fuente de vida.
*Con tenido elaborado con apoyo de Banco de Occidente