Con 375 Km de longitud, el río Bogotá es el principal cuerpo de agua de la sabana de Bogotá, con nacimiento en Villapinzón y desembocadura en el río Magdalena. Debido a las enormes cantidades de residuos, basuras, escombros y todo tipo de desechos que se arrojan en las cauces del río, lo han deteriorado tanto, que hoy por hoy cuenta con el 97 por ciento de sus aguas contaminadas.

Es por eso que tanto autoridades ambientales como las administraciones locales llevan años de trabajo arduo para contrarrestar el daño realizado a los cauces de este río.

Por un lado, la Alcaldía Mayor de Bogotá se ha encargado de promocionar su propuesta de Plan de Ordenamiento Territorial (POT), en el que, además de incluir temas como la vivienda de sus ciudadanos, incluye temas como el reverdecimiento de la ciudad, y consecuentemente, de este importante cauce fluvial. “Hay que seguir cuidando la vida, cuidando los humedales, cuidando los animales, a que mantengan el programa de ‘Mujeres que Reverdecen’ para que todos los años más mujeres cuidadoras aprendan a sembrar” manifestó la alcaldesa Claudia López en un reciente evento realizado en el parque El tunal.

‘Mujeres que Reverdecen’ es un programa con más 4.000 voluntarias’, esta iniciativa que busca incentivar en la población femenina en condición de vulnerabilidad la formación teórico-práctica en actividades como jardinería, mantenimiento de espacios verdes, agricultura urbana y siembra, entre otras. Este programa incentiva a quienes hacen parte con incentivos condicionados por un valor de 560 mil pesos cada mes durante un semestre.

La función de las PTAR Canoas y Salitre en esta situación

Para ponerse al tanto de esta hecatombe, en 2014 se emitió la sentencia del río Bogotá por el Consejo de Estado, la cual responsabiliza a entidades públicas y privadas, industrias, la comunidad y autoridades de diferentes órdenes, para que pongan en marcha medidas para descontaminar al río.

La Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Salitre está ubicada entre las localidades de Suba y Engativá. Tanto su creación como la de la PTAR Canoas —localizada a unos metros de la desembocadura del río Tunjuelo— surgen de la orden 4.35, en la que se especifica la obligatoriedad de la implementación de “un esquema de tratamiento para la descontaminación del río Bogotá en la cuenca media constituido por dos plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR)”.

El Banco Mundial ayudó a financiar un megaproyecto liderado por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), realizando una inversión superior a los 1,5 billones de pesos. Esto dio como resultado la ampliación de la PTAR Salitre —que, si bien existe desde el año 2000, no desinfectaba aguas residuales, trataba una cantidad insuficiente de metros cúbicos por segundo (3 metros cúbicos por segundo) y solo separaba basura, sólidos y ciertos desechos orgánicos por el sistema de alcantarillado— y la apertura de su segunda fase, que está planeada para tratar un volumen de 7 mil litros de agua cada segundo, y pretende impedir la llegada de al rededor de 450 toneladas de basuras cada mes al río Bogotá.

La entrega de la planta de tratamiento de aguas residuales debe hacerse en el último trimestre del año. | Foto: Cortesía: Corporaciones Autónomas Regionales (CAR)

Eso sí; con todo y con un tratamiento de 3 metros cúbicos de aguas residuales por segundo, esto equivale a aproximadamente 3,5 millones de habitantes de la capital. Esta PTAR tiene el objetivo de limpiar el 30 por ciento de este afluente.

Por su parte, la PTAR Canoas se encargará de tratar las aguas residuales de las cuencas Fucha, Tunjuelo, Tintal y del Municipio de Soacha, representando alrededor del 70 % del río. Se planea que este proyecto beneficie a un total de 7.322.000 habitantes tanto de la capital como del territorio suachuno.

La Ptar Canoas ayudará en un 70 por ciento a la descontaminación del río Bogotá. Foto: CAR

Junto a las PTAR y las iniciativas gubernamentales, han existido esfuerzos independientes para recuperar el río, tal como lo son las Reservas Naturales de la Sociedad Civil (RNSC), las cuales con un aporte al medio ambiente que puede hacer cada persona para proteger los ecosistemas. Estos territorios, junto con todo lo mencionado anteriormente, son fundamentales para proteger el recurso hídrico y dar una pronta recuperación al río Bogotá.