En el cierre de la V Cumbre de Sostenibilidad, la rectora de la Universidad, Ean Brigitte Baptiste, explicó que uno de los aspectos más importantes que se deben tener en cuenta para hablar en la regeneración de la vida es su impacto en la cultura. Baptiste opina que “es un error pensar que la naturaleza existe afuera de nosotros, por lo que cada vez que botamos residuos o generamos daño, nos hacemos daño a nosotros mismos”.
Uno de los objetivos de la regeneración es construir una economía más resiliente, sostenible y con mayor bienestar para la población. Por eso, la rectora se refirió a la investigación ‘Transiciones socioecológicas’ del Instituto Humboldt, la cual visibiliza los fundamentos térmicos claves para recuperar la funcionalidad ecológica y para trazar un camino hacia una mayor sostenibilidad con base en la biodiversidad. Estos fundamentos incluyen la transición; la resiliencia; y un enfoque de eficiencia energética, industrial y agroalimentaria.
“Regenerar implica un reconocimiento de unas condiciones y un contexto particular. Se pueden combinar las intervenciones deliberadas y la regeneración asistida, con las capacidades de autoregeneración que tiene el sistema. Esa sería la magia que siempre debería estar presente”, agrega Baptitse.
Por eso, se deben tener en cuenta diferentes acciones como proveer nuevos caminos para las comunidades y las regiones; construir legitimidad para fortalecer la democracia y la equidad; reconciliar la protección de la biodiversidad con la recuperación económica y ambiental con las metas sociales; y revisar los marcos de las ecologías que se asocian a la diversidad cultural.
Regeneración en los territorios
La idea de buscar la regeneración ecológica urbana es detallar su funcionalidad, por eso cada vez cobra mayor importancia el programa de BiodiverCiudades al 2030, el cual busca incorporar de forma efectiva e integral la biodiversidad en el desarrollo urbano.
Baptiste menciona que regenerar la selva, en el caso de los territorios del Amazonas que han sido usurpados por la ganadería ilegal, es un gran desafío. “Uno no puede recuperar las funciones de la selva amazónica únicamente sembrando árboles. Una plantación de caucho o de palma de aceite nunca va a cumplir las funciones ecológicas que tenía una selva compleja que fue destruida”, indica. Así mismo, menciona las situaciones de minería en Santurbán y la agroindustria del Vichada, que ha transformado a la Sabana silvestre. “La aplicación del concepto de regeneración depende de cada lugar”, explica.
Por eso mismo, se debe definir la trayectoria climática y biológica de los territorios. La rectora agrega que se debe tener claro hacia dónde se quiere llevar a la sabana de Bogotá, las regiones Caribe, los Montes de María, las sabanas del Vichada. Seguido a esto, se debe monitorear y tener en cuenta los balances económicos y ecológicos. “Insisto, se deben trabajar en horizontes de, por lo menos, 25 años”.
Los grandes retos
Uno de los desafíos es prevenir el greenwashing, la práctica de marketing verde conocida por crear una imagen ilusoria de responsabilidad ecológica. A este concepto se unen otros, como la adopción de políticas regenerativas en las regiones. “Decir eso es otro saludo a la bandera, y necesitamos que las cosas sean en serio”, afirma.
En el cierre de su intervención, Brigitte Baptiste planteó la pregunta ‘¿Recuperar la estructura o la función?’, y seguido a esto, explicó el papel de la tecnología en la regeneración ecológica y en la recuperación de la funcionalidad de los sistemas. Precisamente, se deben entender cuáles son las capacidades regenerativas autónomas que contienen los territorios, como la materia y la información que está presente.
Baptiste también mencionó la meta global para el 2030 del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de Montreal, el cual tiene como gran objetivo disminuir y frenar totalmente la pérdida de biodiversidad y de servicios ecosistémicos, y empezar a recuperar la biodiversidad a partir de la regeneración.