Comienza la cumbre mundial de Cambio Climático y las esperanzas también empiezan a diluirse. Brasil, el dueño de la mayor porción del llamado pulmón del mundo, ya le mostró los dientes a la comunidad internacional. El país defenderá lo que considera un interés nacional clave con las “armas de la diplomacia” en la reunión que se inicia este domingo en Glasgow, Escocia, dijo el vicepresidente Hamilton Mourão, un general del Ejército a cargo de las políticas de combate a la deforestación en la Amazonia.

“La Amazonia representa cerca del 50 % del territorio de Brasil. Si tenemos que mantener un 80 % del bioma intacto, no solo por nuestra legislación, sino también para cooperar con el resto del mundo para impedir que ocurra ese cambio drástico en el clima... estamos hablando de preservar el equivalente a 10 Alemanias”, afirmó Mourão en una conferencia virtual con periodistas extranjeros.

“Tiene que haber una negociación para que el país sea compensado por hacer ese trabajo en beneficio del resto de la humanidad”, añadió. Desde que asumió el poder en 2019, Bolsonaro enfrenta críticas internacionales por el aumento de la deforestación y los incendios en la Amazonia, así como por la falta de liderazgo de su gobierno en las discusiones sobre el clima, en las que insistentemente reclama que los demás países paguen a Brasilia por proteger el 60 % de la selva amazónica que está dentro de sus fronteras, un recurso clave para frenar el cambio climático.

Programa de “crecimiento verde”

En vísperas de la conferencia, el Gobierno lanzó este lunes un programa de “crecimiento verde” para fomentar “iniciativas sustentables”, aunque no detalló acciones o inversiones concretas.

Su objetivo es “la reducción de emisiones de carbono, la conservación forestal y el uso racional de recursos naturales con la creación de empleos sustentables”, afirmó el ministro de Medio Ambiente, Joaquim Leite, durante una ceremonia en Brasilia. “¿Cómo puede, el país que menos contamina, el que tiene la mayor reserva de preservación de recursos naturales, ser el país más atacado internacionalmente? Evidentemente hay intereses políticos y comerciales detrás”, dijo el ministro de Economía, Paulo Guedes.

Brasil se comprometió a alcanzar en 2050 la neutralidad de carbono, es decir, el equilibrio entre la cantidad que se emite y la que se retiene, y a eliminar la deforestación ilegal para 2030. Mourão aseguró este lunes que Brasil anunciará en Glasgow la anticipación en dos o tres años de su compromiso de erradicar la tala ilegal y también atribuyó las críticas a divergencias políticas.

El vicepresidente sostuvo que Brasil, el mayor exportador mundial de carne –mucha de la cual se produce en la región amazónica– tiene que defender su derecho a desarrollar su economía. Mourão sembró dudas sobre cuál será la posición de Brasil respecto a los criterios de contabilidad del mercado de carbono, un tema clave a discutir en la COP26, donde se espera que se establezcan normas definitivas para regular este mercado.

“No es mi papel revelar todos los matices de nuestra estrategia (de negociación). Como saben, toda negociación es un tire y afloje”, dijo Mourão, que no viajará a Glasgow. La COP26, entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre, es considerada la cumbre sobre el clima más relevante desde las discusiones del Acuerdo de París de 2015, que sentó metas ambiciosas para combatir el cambio climático.

*Con información de la AFP.