“Decidí apostarle al açaí para proteger la biodiversidad del Amazonas”: Édgar Montenegro, director ejecutivo de Corpocampo
“Mi origen campesino fue el motor para edificar mi empresa. De niño ayudaba a mis padres a cultivar, pero cuando llevábamos los productos a Puerto Asís (Putumayo) pocos los compraban, y todo empeoró con el auge de la coca.
Decidí apostarle a los cultivos de açaí para proteger la biodiversidad del Amazonas y ayudar a mi comunidad. Así nació, hace 20 años, Corpocampo. Hemos podido abrir cuatro plantas en Nariño, Cauca y Putumayo, con las que ayudamos a unas 1200 familias indígenas y afro, que se dedican a la siembra.
Ha habido traspiés en el camino. Operamos en la ‘otra Colombia’, en la que la inseguridad y los cultivos ilícitos son un reto. No es fácil transformar una cultura que lleva más de 40 años en la gente. Ese contexto nos ha impulsado. Nuestra dedicación nos ha llevado a ser galardonados con el Business for Peace Award 2018, premio internacional a empresas que ayudan a mejorar la calidad de vida a comunidades afectadas por la violencia, y a exportar nuestros productos a Francia, Alemania, Holanda, Líbano, Estados Unidos, Chile y México.
Estamos trabajando en cumplir el sueño de convertirnos en el primer potencializador de los frutos amazónicos en el mundo. Desarrollamos, además, alianzas con ganaderos del Caquetá para que realicen sus operaciones de manera sostenible, así buscamos convertir a Corpocampo en un vehículo que ayude a conservar los bosques del territorio”.
“Nuestro propósito es fomentar las buenas prácticas dentro del sistema moda”: Juliana y Manuela Trujillo, cofundadoras de Madre Tierra
“Manuela y yo somos primas. Pertenecemos a una familia empresaria y así heredamos el entusiasmo por emprender. Madre Tierra es un ‘intraemprendimiento’: nacimos dentro de Pizantex S.A., una empresa de textiles con 45 años de trayectoria en el mercado.
Logramos unir el conocimiento y la tradición de esta empresa familiar a la creencia de que podemos hacer que la industria textil sea un motor de cambio. Así consolidamos una marca ecológica que busca crear una alternativa a la moda tradicional, basada en procesos limpios y respetuosos con el medioambiente, utilizando insumos textiles fabricados a partir del PET reciclado y algodón recuperado.
A pesar de tener una visión clara, vivimos unos bajonazos tremendos. Nos tocó aprender a tejer desde cero porque los materiales hacían que las agujas de las máquinas se reventaran. Incluso, nos tocó sacrificar un pedacito de sostenibilidad para tejer nuestra primera referencia y crear un catálogo de calidad; preferimos ser 95 por ciento sostenibles que ciento por ciento insostenibles.
Nuestro propósito es fomentar las buenas prácticas dentro del sistema moda. Le apuntamos a una producción y consumo responsables, a un mayor ahorro de energía y agua, al control de emisiones y a los procesos a partir del reciclaje. Soñamos con convertirnos en un espacio donde las personas puedan vivir la sostenibilidad y motivarse a tomar decisiones más conscientes”.
“Buscamos ser la mejor empresa para el mundo”: David Triana, CEO de E Waste Solutions
“Nos dimos cuenta de que muchas cosas no se estaban haciendo bien y decidimos hacerlas mejor. Por eso, junto a cuatro amigos decidimos apostarle a la sostenibilidad. Así nació, en 2012, E Waste Solutions S.A.S, una empresa dedicada al tratamiento integral de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.
Para materializar este sueño, hicimos las investigaciones pertinentes, diseñamos el plan de trabajo e incluso alquilamos una bodega para comenzar con las operaciones del negocio, pero nos encontramos con un obstáculo que cambió los planes: en esos años, las normativas ambientales no eran igual de claras a las de hoy, había muchos vacíos legales.
Sacar una licencia ambiental representó un reto porque concebía el manejo de recursos electrónicos como si fueran peligrosos. Tampoco había especificaciones claras de las zonas de Bogotá en las que podíamos realizar nuestras actividades, por lo que tuvimos que esperar.
Fueron dos años en los que pagamos arriendo en una bodega que no producía, con momentos en que no teníamos cómo sostener ni siquiera el pago de los servicios. Gracias a la perseverancia y amor por el reciclaje, logramos conseguir los permisos necesarios para sacar adelante E Waste Solutions.
Desde ese momento, las empresas empezaron a vernos con otros ojos y logramos atraer a nuevos clientes que nos dieron el empujón final que necesitábamos. Ahora, estamos trabajando no solo en ser la mejor empresa del mundo, sino en ser la mejor empresa para el mundo”.
“Queremos llevar el talento artesanal colombiano a todos los rincones”: Juan Camilo Mariño, cofundador y director de diseño de Canorá
“Canorá nació como un proyecto de grado. Junto a mi socio, Andrés González, decidimos investigar el modelo de muebles multifuncionales para optimizar espacios. Nos enamoramos de la madera y vimos, en un principio, una oportunidad de negocio para aplicar en la Vivienda de Interés Social (VIS). Después migramos a muebles de una sola función con enfoque sostenible. Nuestra gran apuesta: retomar los saberes tradicionales, el del carpintero o el del tejedor.
Cada pieza y proyecto que forjamos encuentra su esencia en la fabricación consciente. Trabajamos únicamente con proveedores de madera autorizados e integramos fibras vegetales en nuestros diseños para que la naturaleza sea protagonista en cada pieza. Descubrimos que la cera de abejas y los aceites naturales, con su origen ciento por ciento natural, son la mejor alternativa para proteger y darle una textura suave a los muebles.
Han sido años gratificantes, pero también hemos tenido momentos difíciles. Uno de ellos: la pandemia. Aunque trabajamos con ‘Un techo para mi país’ haciendo camillas, acabábamos de abrir nuestro taller y tuvimos que buscar día a día el capital necesario para mantenernos a flote. Ha sido una batalla constante la de sacar adelante entre dos socios una empresa que empezó a crecer orgánicamente.
Queremos llevar el talento artesanal colombiano a todos los rincones del planeta. Ya dimos el primer paso: abrir una tienda en Bogotá. Soñamos con exportar, ir a ferias internacionales y que nuestros diseños ocupen un espacio en casas, hoteles y restaurantes de todo el mundo”.
“No ha sido fácil romper con los paradigmas culturales del sector de la construcción”: Alejandro Vallejo, fundador de Reciclados Industriales
“Todo empezó con una crisis que vivió Bogotá en el manejo de los residuos de construcción y demolición. En 2008, calles y ríos estaban repletos de escombros y desechos de las obras. Ahí vi una oportunidad.
Invertí tiempo y recursos diseñando, investigando y validando un modelo rentable y sostenible en el que creyeron varios inversionistas con los que finalmente fundé Reciclados Industriales de Colombia, la primera compañía en Colombia dedicada al aprovechamiento de residuos de construcción y demolición.
No ha sido fácil romper con los paradigmas culturales del sector de la construcción acerca del uso y el consumo de materiales de origen reciclado. Hemos tenido que demostrarles a empresas e inversionistas que nuestros productos no solo cumplen con todos los parámetros de las normas técnicas de construcción, sino que en algunos parámetros se desempeñan mejor que los materiales tradicionales.
Gracias a estos esfuerzos y la sostenibilidad incorporada a nuestros procesos, hemos podido mejorar nuestra oferta y consolidarnos como la empresa más grande de economía circular de Latinoamérica, con más de 3 millones de toneladas de residuos de construcción recicladas.
Ahora estamos fortaleciendo el portafolio y con miras a expandirnos por el país. El año pasado crecimos un 20 por ciento y este año seguiremos en esa dinámica, porque sabemos que, entre más crezcamos, mayor será el impacto positivo que generemos”.