La Secretaría de Ambiente de Bogotá y la Policía Nacional descubrieron diez bultos que contenían 3.493 aletas de tiburón, que delincuentes planeaban traficar desde el aeropuerto El Dorado hacia Hong Kong. Para obtener ese número de aletas, entre 900 y 1.000 animales de diferentes especies tuvieron que ser sacrificados.
Además de aletas, las autoridades encontraron 117 kilos de vejigas natatorias de pez que estaban embaladas en 10 cajas, que también iban a ser exportadas de manera ilegal. Las personas detrás del negocio ilícito movilizaron el material como si fuera una encomienda por el muelle de carga del aeropuerto.
De acuerdo con autoridades del Distrito, después de realizar las revisiones por los detectores electrónicos, funcionarios de la secretaría y la Policía Ambiental y Ecológica identificaron que cinco de los bultos recuperados tenían vejigas de pez en su interior, mientras que los otros cinco restantes contenían aletas de tiburón.
Aparentemente, la encomienda, que no tenía salvoconductos ni documentos que validaran su movilización, fue despachada por vía terrestre desde Roldanillo, en Valle del Cauca, hasta la capital del país, para posteriormente ser enviada hacia China. El remitente había declarado ante la empresa transportadora vejigas natatorias de pez, pero las autoridades encontraron que en su contenido se hallaban otras especies, lo que encendió las alarmas.
Carolina Urrutia, secretaria de Ambiente, dio a conocer que la compañía de encomiendas fue precisamente la que alertó a las autoridades. “La Dijín está tomando muestras para determinar exactamente qué especies eran”, sostuvo la funcionaria.
Por otra parte, la Policía Nacional solicitó a la empresa de encomiendas toda la información del remitente y destinatario para iniciar el proceso judicial respectivo; mientras que la Secretaría de Ambiente comenzará procedimiento el sancionatorio ambiental, que contempla multas diarias de hasta cinco mil (5.000) salarios mínimos mensuales legales vigentes, como lo establece la Ley 1333 de 2009.
La longitud aproximada de los animales muertos oscila entre 1 y 5 metros de longitud y su muerte ocasiona un daño ambiental irreparable para los ecosistemas acuáticos del territorio colombiano.
“Les recordamos a los ciudadanos que esta conducta es ilegal. Estas encomiendas no contaban con las autorizaciones necesarias. Por supuesto, estas incautaciones nos causan mucha indignación, muy probablemente provenían de procesos de pesca ilegal y este altísimo volumen de aletas de tiburón nos generan mucha preocupación. Les recordamos siempre a las personas que, en aquellos casos en los que la explotación de fauna es legal se requiere de permisos de las autoridades ambientales correspondientes”, afirmó la secretaria de Ambiente.
En abril de 2021, la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP), que también hizo presencia en el aeropuerto, emitió la resolución 0757 con la que prohibió cualquier comercialización y procesamiento de tiburones, rayas marinas y quimeras en Colombia. Este documento se basó en el Decreto 281 del 18 de marzo 2021 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que establece medidas para la protección y conservación de estos individuos.
El propietario de la encomienda, de hecho, tenía permiso de aprovechamiento nacional de recurso pesquero de 2019 y con vigencia hasta 2020. Es decir, ya estaba vencido. La autorización era solo para comercializar y movilizar en el interior del territorio y no para aprovechar recursos hidrobiológicos como el tiburón, ni mucho menos para exportar. “Estas últimas conductas serán un agravante para los procesos administrativos y judiciales que adelantarán las autoridades competentes”, anotó la entidad distrital.