Los países presentes en la conferencia de la ONU sobre el cambio climático (COP27) siguen negociando el sábado, más allá de su límite oficial este viernes, ante la falta de acuerdo sobre las finanzas, en particular la creación de un fondo específico de daños y pérdidas para las naciones más vulnerables.
“Sigo comprometido con llevar esta conferencia a término mañana (sábado), de manera ordenada”, declaró ante las casi 200 delegaciones el canciller egipcio y presidente de la COP27, Sameh Shukri.
Compensar a los países que menos gases de efecto invernadero han emitido históricamente, pero que sufren las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos es una vieja aspiración de los países del Sur.
Las negociaciones se aceleraron tras la presentación la víspera de una iniciativa de la Unión Europea (UE).
El Reino Unido, a su vez, hizo circular este viernes noche una propuesta informal, consultada por AFP, para tratar de desbloquear la cuestión de la financiación.
Sin embargo, el borrador del texto final de la COP27, de unas 10 páginas, contiene aún demasiados interrogantes, como es habitual en las conferencias del clima de la ONU.
El canciller egipcio se manifestó “preocupado” por las cuestiones pendientes en cuanto a “financiación, mitigación [de las emisiones de gases de efecto invernadero], pérdidas y daños, todas ellas entrelazadas”.
“Llamo a las partes a trabajar juntas para resolver estas cuestiones pendientes lo antes posible”, enfatizó Shukri.
“La última oferta”
Lo que se negocia duramente es qué países pueden aspirar a un fondo que los compense por las pérdidas y daños del cambio climático, y quién debe contribuir.
El documento promovido informalmente por Reino Unido entre varios países la noche de este viernes, contempla la creación de un fondo que atraiga dinero “de una gran variedad de partes y fuentes, tanto públicas como privadas”, y plantea muchos otros mecanismos financieros para ser zanjados en 2024.
Entre ellos, aliviar la deuda de países vulnerables recién golpeados por un desastre climático, en colaboración con “instituciones financieras multilaterales”, y reforzar la capacidad de respuesta de las agencias de Naciones Unidas.
El jueves, la UE puso sobre la mesa la creación de un “Fondo de Respuesta” para los países más vulnerables.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, pidió “ampliar la base de donantes”, una clara alusión a China, el principal emisor de gases y la segunda economía del planeta.
El ministro canadiense de Medio Ambiente, Steven Guilbeault, abundó diciendo que “las contribuciones deberían incluir a todos los grandes emisores, como China, Arabia Saudita o Catar”.
El delegado chino en la sesión plenaria, Zhao Yingmin, se limitó a pedir que “no se reescriba” el Acuerdo de París.
Ese acuerdo histórico de 2015 sentó las bases del compromiso actual contra el cambio climático, pero recordó que la responsabilidad es común aunque diferenciada, es decir, que los países desarrollados deben contribuir mucho más en función de su historial de emisiones y uso de recursos naturales.
Timmermans pidió por cierto que, a cambio de ese fondo, todo el mundo endurezca sus objetivos de reducción de emisión de gases. Y reiteró este viernes que esa propuesta de fondo “es la última oferta” de la UE.
De lo que se trata es de “situar la vulnerabilidad (al cambio climático) en el centro de este debate”, replicó la ministra de Cambio Climático paquistaní, Sherry Rehman, que representa al grupo negociador más numeroso (G77, con 134 países).
Una fuente negociadora bajo anonimato explicó a la AFP a última hora de la noche que las posturas negociadoras seguían muy alejadas.
“El nuevo texto tiene que ser equilibrado, y todos los países tienen que ser capaces de verlo”, explicó.
Las promesas incumplidas
Entre los países en vías de desarrollo existe una considerable desconfianza por las promesas incumplidas.
En 2009, los países desarrollados prometieron que a partir de 2020 se desembolsarían 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países pobres a adaptarse al cambio climático y a disminuir sus emisiones, y al mismo tiempo emprender la transición energética.
Y ese monto de 100.000 millones de dólares, que no ha sido completado, debe ser aumentado en principio a partir de 2025.
Estados Unidos, que no intervino en la sesión plenaria del viernes, es un decidido partidario de incrementar los compromisos, pero ha rechazado hasta ahora la creación de un nuevo mecanismo financiero.
El emisario especial estadounidense para el clima, John Kerry, dio positivo por coronavirus, aunque sigue “trabajando por teléfono con su equipo de negociadores y sus homólogos extranjeros para garantizar un resultado exitoso en la COP27″, indicó su portavoz, Whitney Smith.
Con información de AFP.