La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) rescató a una cachorra de tigrillo en el municipio de Guaduas (Cundinamarca). El animal, en estado crítico de salud, fue atendido inicialmente por funcionarios de la entidad, que después lo remitieron a los expertos de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia.
A simple vista, el animal parece un gato y los veterinarios no han podido establecer si es un tigrillo lanudo o un ocelote. Además, tampoco ha sido posible determinar su edad. En el primer caso, se trataría de un carnívoro calificado como vulnerable y cuyo nombre científico es Leopardus tigrinus. Dicha clasificación se da tras una evaluación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y es el paso previo antes de ser llamada “especie en peligro de extinción”. En el segundo, es un Leopardus pardalis.
Miguel Nova, médico veterinario de la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres (Urras), explicó en la Agencia de Noticias UNAL que la hembra llegó muy grave, sin pelaje en sus patas, agonizante y llena de pulgas. Todavía no es claro que le sucedió ni cómo terminó en ese estado, aunque piensa que pudo ser capturada para tráfico ilegal y después abandonada, o quizás su madre la abandonó huyendo de algún depredador o ser humano.
De cualquier forma, los profesionales de la unidad le han dedicado horas de atención, pues requirió oxígeno, canalización y estabilización. De esa manera, la salvaron de morir y lograron que coma y se levante. Actualmente, se alimenta con fórmulas diseñadas por el personal de Urras y le ponen calor sobre el cuerpo con una manta térmica. Para Nova, es una razón grande de alegría ver cómo se ha ido recuperando y si bien el proceso ha sido largo, va bien.
Posteriormente, cuando esté recuperada, la Urras hará un diagnóstico y dará recomendaciones sobre su futuro.
“Aunque logramos salvar y cuidar a muchos de los animales que llegan aquí, muy pocos pueden ser reincorporados a su hábitat natural. En este caso, es poco probable que pueda ser liberada, nosotros la cuidamos y alimentamos, pero lamentablemente no tendrá el aprendizaje que le proporciona su propia especie”, precisó, según citó la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional.
Según explicó la universidad pública, en la actualidad la Urras atiende dos tigrillos más, aparte de esta hembra. A uno fue necesario amputarle una pata trasera, pues estaba herido, y el otro estaba en poder de un campesino.
Mensualmente, esta unidad de expertos recibe entre 100 y 150 ejemplares de distintas especies, entre mamíferos, aves, anfibios y muchos tienden a requerir intervenciones complejas.
Nova señaló que la Urras, que existe desde 1995 y es una opción importante para la supervivencia de animales, por el manejo médico, nutricional y biológico que se les da allí a aquellos objeto de tráfico ilegal y accidentes fortuitos. Los expertos cuentan con un quirófano moderno, con capacidad para adelantar todo tipo de exámenes de laboratorio, radiología, “y un personal de profesionales, técnicos y estudiantes dispuestos a salvar a los animales”.