Los líderes del G7 quieren crear un “club del clima” para finales de este año para permitir que los países que lo deseen que se coordinen y aceleren los esfuerzos para enfrentar el calentamiento global, dijeron el martes en un comunicado.
El club va a ser un foro intergubernamental con grandes ambiciones, indicó el G7. “Invitamos a todos nuestros socios, especialmente a los principales emisores, los miembros del G20 y otras economías en desarrollo y emergentes a intensificar las discusiones y las consultas con nosotros”, agregó la declaración.
De esta manera, el G7 -integrado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Francia, Alemania, Japón y Canadá- fijó una meta común para seguir trabando a favor de la protección medioambiental y enfrentar las problemáticas generadas por el calentamiento global.
Esta instancia, propuesta por Alemania, que preside este año el G7, pretende agrupar a los países que aceptan normas comunes para evitar desventajas en la competencia. Se trata en particular de acordar normas de tarificación del carbono o de reglamentaciones uniformes relativas al hidrógeno verde.
Los miembros de este club “compartirán sus mejores prácticas” en la lucha para reducir las emisiones de CO2 “en particular mediante una tarificación explícita del carbono, otros enfoques de atenuación del carbono y de las intensidades en carbono”, explica la declaración.
El canciller alemán Olaf Scholz expresó el deseo, en rueda de prensa, que el club “no se limite al G7 e incluya a muchos otros países”.
Japón, afectado por temperaturas récord, teme una escasez de electricidad
Precisamente en Japón, uno de los países miembros del G7, las autoridades advirtieron de una posible escasez de electricidad, en momentos en que el país sufre temperaturas récord y Tokio acaba de vivir la temporada de lluvias más corta de su historia.
“Pedimos a la población reducir su consumo de energía al inicio de la noche”, cuando las reservas de electricidad se encuentran en su nivel más bajo en el gran Tokio, declaró este lunes el vicesecretario general del gobierno japonés, Yoshihiko Isozaki.
El Gobierno instó a los habitantes a tomar las medidas necesarias para protegerse del calor y evitar una insolación.
La Agencia Meteorológica Japonesa (JMA) pronosticó temperaturas de hasta 35° C en la capital del país, donde el termómetro no debería caer debajo de los 34° C antes del domingo próximo.
A pesar de que una gran parte de Japón tendría que estar en esta época del año en plena temporada de lluvias, la JMA declaró que la misma llegó a su fin este lunes en la región de Kanto, donde se encuentra Tokio.
Se trata del final más rápido de la temporada de lluvias -22 días antes que lo habitual- desde que Japón comenzó a medir datos comparables en 1951. La temporada de lluvias terminó además este lunes en el centro de Japón y una gran parte de la isla de Kyushu (sudoeste), lo que marca también un récord.
El domingo 26 de junio, el termómetro alcanzó 40,2° C en la ciudad de Isesaki, a un centenar de kilómetros al norte de Tokio, es decir, la temperatura más alta registrada en Japón en el mes de junio.
G7 pide a países y empresas con reservas de alimentos aliviar la escasez
Las siete potencias del G7, reunidas en una cumbre en Alemania, instaron el martes a los países y empresas con “grandes reservas de alimentos” a que ayuden a paliar la escasez de alimentos “sin distorsionar los mercados”.
“Como recurso a corto plazo, pedimos a los socios que tienen reservas importantes de alimentos, así como al sector privado, que pongan a disposición los alimentos sin distorsionar los mercados, incluso apoyando la estrategia de compra del Programa Mundial de Alimentos”, pidió el G7, reunido hasta el martes en el Castillo de Elmau, sur de Alemania, en una declaración.
Los líderes del G7 se comprometieron con una ayuda adicional de 4.500 millones de dólares para luchar contra la inseguridad alimentaria, con lo que el total de los esfuerzos de este año sumarían unos 14.000 millones de dólares, según el documento.
El G7 también reiteró su “llamado urgente a Rusia para que ponga fin, sin condiciones, al bloqueo de los puertos ucranianos en el mar Negro, a la destrucción de infraestructuras portuarias, de transporte, de silos y de terminales de granos”.
El grupo de economías avanzadas también pidió a Moscú cesar con “la apropiación ilegal” de productos y de equipamiento agrícola en Ucrania y terminar con cualquier actividad que obstaculice la producción y la exportación ucraniana de alimentos.
“Estas acciones solo pueden ser consideradas como un ataque con una motivación geopolítica contra la seguridad alimentaria mundial”, denunció el G7.
La invasión rusa de Ucrania y el bloqueo impuesto a los puertos del mar Negro, han provocado un alza de los precios de los alimentos y han atizado la inflación en todo el mundo. Por su parte, Rusia niega que esté impidiendo el paso de buques y culpa a las sanciones occidentales de contribuir a la crisis alimentaria.
*Con información de AFP.