El pasado jueves 14 de julio, la famosa mariposa monarca estuvo un paso más cerca de la extinción, cuando los científicos ubicaron al icónico insecto de color negro con naranja en la lista de especies en peligro de extinción gracias a su rápida disminución en número.

“Es simplemente una disminución devastadora. Esta es una de las mariposas más reconocibles del mundo”, dijo Stuart Pimm, ecologista de la Universidad de Duke que no participó en la nueva lista.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza agregó a la mariposa monarca migratoria, por primera vez, a su lista roja de especies amenazadas y la clasificó como “en peligro”, a dos pasos de la extinción.

Cabe resaltar que en 2020, el número de mariposas monarca del oeste de EE. UU. fue el más bajo jamás registrado, lo que indica que la especie ya estaba en grave peligro. Ese último recuento anual reveló que existían menos de 2.000, una disminución de casi 30.000 mariposas con respecto al recuento del año anterior y de millones considerando los números de la década de 1980, según el portal oficial de National Geographic.

La población de mariposas monarca en América del Norte ha disminuido entre un 22 % y un 72 % en 10 años, | Foto: .

Ahora bien, el grupo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, estima que la población de mariposas monarca en América del Norte ha disminuido entre 22 y 72 % en diez años, según el método de medición.

“Lo que nos preocupa es la tasa de disminución. Es muy fácil imaginar lo rápido que esta mariposa podría ponerse en peligro aún más”, dijo Nick Haddad, biólogo conservacionista de la Universidad Estatal de Michigan.

Además, Haddad, que no participó directamente en la inclusión, estima que la población de mariposas monarca que estudia en el este de Estados Unidos ha disminuido entre 85 y 95 % desde la década de 1990.

Hay que tener en cuenta que en América del Norte, millones de mariposas monarca realizan la migración más larga de todas las especies de insectos conocidas por la ciencia.

Esto quiere decir que, después de pasar el invierno en las montañas del centro de México, las mariposas migran hacia el norte y se reproducen en varias generaciones a lo largo de miles de kilómetros. Además, las crías que llegan al sur de Canadá emprenden el viaje de regreso a México a fines del verano.

“Es un verdadero espectáculo e incita tal asombro”, dijo Anna Walker, bióloga conservacionista de New Mexico BioPark Society y quien participó en la determinación de la nueva inclusión.

Por otra parte, hay que saber que un grupo más pequeño pasa los inviernos en la costa de California y luego se dispersa en primavera y verano por varios estados al oeste de las Montañas Rocosas. Y dicha población ha experimentado un declive aún más pronunciado que las monarcas orientales, aunque hubo un pequeño repunte el invierno pasado.

Por su parte, Emma Pelton, de la organización sin fines de lucro Xerces Society, que monitorea las mariposas occidentales, dijo que las mariposas están en peligro por la pérdida de hábitat y el mayor uso de herbicidas y pesticidas para la agricultura, así como por el cambio climático.

“Hay cosas que la gente puede hacer para ayudar, incluida la plantación de algodoncillo, una planta de la que dependen las orugas”, agregó la experta.

A pesar de este análisis, las mariposas monarca no migratorias en América Central y del Sur no fueron designadas como en peligro de extinción. Si bien, Estados Unidos no ha incluido a las mariposas monarca en la ley de especies en peligro de extinción, sin embargo, varios grupos ambientalistas creen que en este momento ya debería incluirse.