Por caminos diferentes con un horizonte común, María Lorena Gutiérrez, desde Corficolombiana, una empresa dedicada a invertir en sectores estratégicos incluido el agropecuario, y Carlos Enrique Cavelier, desde Alquería, una compañía estrechamente ligada al campo, compartieron sus ideas, logros y retos al liderar el tránsito de las empresas que dirigen hacia la sostenibilidad ambiental.
SOSTENIBLE: ¿Cuál debería ser el rol de las empresas en la sostenibilidad ambiental del país?
María Lorena Gutiérrez (M. L. G.): Hace unas décadas, las empresas estaban enfocadas en modelos de responsabilidad social empresarial y poco lo ambiental. El país hizo compromisos retadores de bajar al 51 por ciento nuestras emisiones, lograr la cero deforestación a 2030 –es decir en 7 años–. Creo que ahí hay que tener un programa entre el sector público y el sector privado para lograr esa meta.
Carlos Enrique Cavelier (C. E. C.): Uno tiene que ponerse metas y, si están sobre 2030, hay que operacionalizarlas. Al ojo, solo en Alquería contamos con 12.000 productores de leche. Ellos tienen más o menos 300.000 hectáreas, de las cuales 30.000 son reforestables; serían 5 o 10 millones de árboles para sembrar, pero hacerlo va a ser muy crítico. Es necesario invertir y montar enormes viveros con ayuda internacional. Creo que el sector privado puede ayudar a hacer las conexiones porque, si bien el sector público es muy bueno en generar políticas e ideas, sobre todo este Gobierno, la operatividad en la calle es lo que nosotros hacemos perfectamente. Nosotros no hacemos políticas, aunque a veces sí nos gusta hacer propuestas en el Consejo de Competitividad.
SOSTENIBLE: ¿Cómo viven la sostenibilidad en sus empresas?
M. L. G.: Hemos evolucionado en la estrategia empresarial. La sostenibilidad es la razón de ser de las empresas. Usted haga negocios que generen crecimiento, valor económico y también mire qué valor social y ambiental está generando. El país y las empresas han avanzado muchísimo en eso. Pasamos de la responsabilidad social empresarial a tener un modelo donde todo lo que se hace tiene que tener esos tres valores.
C. E. C.: Es que ya no existe. La responsabilidad social era como la monedita que uno daba y eso no tiene sentido. Creo que es parte de las transformaciones que hay en la sociedad, en la que todos tenemos que ser copartícipes de los cambios. La visión nuestra, por ejemplo, es cómo logramos que todos los campesinos lecheros salgan de la pobreza generando procesos de productividad que otras empresas pueden copiar.
M. L. G.: Nuestra estrategia incluye a 52 empresas, que ya tienen su modelo de sostenibilidad. Estamos en la ruta de descarbonización. Promigas, por ejemplo, la tiene a 2040. No es solamente poner el peso en un programa social, como dice Carlos Enrique, sino tener unas metas y un compromiso claro con indicadores que todas las empresas reporten. Nuestro impacto es grande: hacemos presencia en 325 municipios del país.
C. E. C.: Alquería tiene presencia en 400 y pico municipios porque llegamos a las tiendas.
M. L. G.: Lo que estamos diciendo es que podemos cambiar la calidad de vida de la gente. Lo primero es generando empleo, sacando a la gente de la pobreza e invirtiendo como lo estamos haciendo y después impactamos con programas sociales.
C. E. C.: Sí, estamos trabajando en las fincas con los campesinos para aumentar la productividad. Imagínese que un gringo produce 40 litros por vaca, mientras aquí producimos 20 litros por finca. Si llegáramos a esa meta, tendríamos a una persona y a una familia fuera de la pobreza. Además, nosotros les garantizamos la compra de la leche.
M. L. G.: Usted habla de la leche, yo le voy a hablar del gas. Cuando usted conecta a la gente de estratos 1 y 2 con gas natural, les cambia la vida porque primero que todo dejan de cocinar con leña, que no solo genera emisiones, sino que produce enfermedades respiratorias y fomenta la deforestación. Protegemos mil cuencas hidrográficas, solo el año pasado sembramos 250.000 árboles.
C. E. C.: Nosotros cambiamos la vida de 1.500 familias después de que, hace 15 años, María Lorena me llamó a una reunión en el Club de Banqueros, con Sergio Jaramillo, y me dijo: “¿Usted quiere ayudar a comprar leche de unos campesinos guerrilleros en La Macarena?”. Dije sí. Lo único que hicimos fue ir a recogerles la leche todos los días.
M. L. G.: Aquí nadie puede solucionar los retos solo. Si no trabajamos juntos, tanto el sector público con el sector privado, como entre nosotros, los del sector privado, no tendríamos tanto impacto. Tenemos retos de pobreza, de alimentación, de justicia; en general, tenemos retos en la competitividad del país. Eso no lo puede hacer un gobierno solo ni lo puede hacer el sector privado solo.
C. E. C.: Ni lo pueden hacer las comunidades solas tampoco.
M. L. G.: Tenemos que hacerlo desde la sociedad civil y el sector privado. De eso se trata, y alguien tiene que liderar las iniciativas. Los gobiernos tienen que dar los incentivos, o por lo menos facilitar que se den las cosas; se necesita la actitud, poder lograr el compromiso de las comunidades, de la sociedad civil. Para mí ese es el secreto.
SOSTENIBLE: ¿Ustedes creen que el país va en la dirección correcta en sostenibilidad, transición energética y decrecimiento sin pérdida de competitividad?
C. E. C.: Creo que la transición energética no es un tema controversial. Hay que ponerlo a funcionar. Todos tenemos procesos en los que estamos pasando de carbón a gas, de diésel a gas, de gasolina a pilas. También es un tema de implementación planeada. Contamos con toda la energía posible: eólica y solar entre el Cesar y La Guajira, pero tenemos que organizarnos para poderla poner a funcionar. Lo digo en términos futbolísticos: no es un tema de ‘toque, toque’, sino de gol. ¡Hay que hacer goles! Entonces es fácil. ¡Uno tiene que meter goles!
M. L. G.: No sé cómo se dice en términos de fútbol… será un plan táctico (risas). Estoy de acuerdo con Carlos Enrique. Aquí nadie está diciendo que no queremos la transición energética. Lo que se requiere es saber cómo, dónde, cuándo y en qué tiempo. Hay que planearla porque es carísima y se requiere una inversión muy alta tanto del sector público como del privado, y que las energías renovables sean confiables, que se puedan hacer con las comunidades, como acaba de pasar en La Guajira. Eso requiere planeación e implementación y financiar la transición energética como se hizo con las vías en los últimos 30 años.
SOSTENIBLE: ¿Cómo ven el futuro de las pymes en medio de los retos que entraña hacer el tránsito hacia lo sostenible?
C. E. C.: A qué horas el dueño de una tienda, que él mismo tiene que abrir y cerrar todos los días, tiene el tiempo para pensar dónde está mi impacto de CO2 y cómo logro que mis productos sean libres de CO2. Es un tema de escala, de apoyo de los gobiernos y de las ONGs a empresas de todos los tamaños.
M. L. G.: Creo que parte de la responsabilidad de las empresas grandes y medianas del país es ayudar a las pequeñas, sobre todo, porque no tienen tiempo ni recursos, porque, como dice Carlos Enrique, están tratando de sobrevivir, de crecer. Hace dos años empezamos un programa, ‘Creciendo juntos’, con 15.000 proveedores, para formarlos en criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo. Usted no sabe las ideas innovadoras que llegaron de estas pequeñas empresas en todo el país. Tuvimos más de 100 proyectos, premiamos 10 y les dimos recursos para que pudieran hacer esas iniciativas en temas ambientales y sociales.
SOSTENIBLE: Hoy no basta con ser sostenibles, sino que debemos regenerar, restaurar, conservar, ¿cómo lo ven desde la empresa privada?
M. L. G.: Colombia tiene unos retos grandes en restauración porque no somos buenos en la planeación del territorio. Vemos invasiones en las montañas y agricultura mal hecha. Tenemos que ser es un pulmón, una fuente de agua, pero me preocupa el cambio climático por los desastres naturales. Colombia tiene un riesgo muy alto tanto por inundaciones como por sequía. Como decía Carlos Enrique, el agro es muy importante, pero es uno de los sectores más afectados. El país tiene que invertir muchísimo en la mitigación del cambio climático más que en la adaptación.
SOSTENIBLE: Eso implica investigar. ¿Consideran que Colombia está investigando e innovando en materia medioambiental?
C. E. C.: María Lorena está coincidiendo con el director del Departamento Nacional de Planeación en que el primer punto del Plan Nacional de Desarrollo es la planeación del territorio porque no sabemos dónde hacer qué. Tenemos que hacer lo mismo que la hormiga en el cuento de Esopo: durante el verano nos preparamos para no sufrir las inundaciones de los ríos y tener suficiente alimento en invierno. Son temas sencillos, pero que hay que operacionalizar uno por uno.
M. L. G.: Nosotros estamos innovando. Montamos el primer piloto de hidrógeno verde en Cartagena para ir reemplazando el gas. Ya tenemos un acuerdo con Sumitomo para buscar la forma de desarrollarlo con los vehículos y en el agro. Del agro, y aquí coincidimos Carlos Enrique y yo en nuestros amores, hay que mirar el agua, las inundaciones, las sequías, las semillas. Hay que innovar e invertir en investigación y desarrollo. Es otro de los retos del país.
*Por Claudia Bedoya Madrid