Según Naciones Unidas, una de cada tres personas en el mundo no tiene acceso a agua potable salubre, dos de cada cinco no disponen de una instalación básica destinada a lavarse las manos con agua y jabón, y más de 673 millones de personas aún defecan al aire libre.

Para resolver esta problemática, se trazó como Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS #6) garantizar la disponibilidad de agua y saneamiento para todos. La meta es lograr a 2030 el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible y a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos.

Con la pandemia del covid-19, que puso el dedo en la llaga, se hizo más visible el problema, pues el simple lavado de manos es una de las acciones más efectivas para reducir la propagación de patógenos y prevenir infecciones, incluido el coronavirus. Sin agua, es imposible erradicar la enfermedad. La escasez del líquido afecta hoy a más del 40 por ciento de la población mundial, porcentaje que podría aumentar.

Además de los efectos negativos para la salud, se han documentado los impactos económicos que trae esta situación. Por ejemplo, el Banco Mundial estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de la India se reduce en un 6,4 por ciento debido a las consecuencias y los costos económicos de la falta de saneamiento.

4,2 millones de colombianos sin acceso a agua limpia y segura

En Colombia, un análisis del Laboratorio de Datos para el Desarrollo Sostenible (Datarepública), del Centro de Pensamiento Estratégico Internacional (Cepei), con base en los datos de Índice de Riesgo de Calidad de Agua en 2019, señala que 352 municipios del país no tienen acceso a agua potable de calidad. Los departamentos que presentan un alto riesgo de ocurrencia de enfermedades por consumo de aguas contaminadas son Chocó, Huila, Nariño y Bolívar.

La pobreza del agua, como lo denomina la Fundación Agua por la Vida, no sólo tiene un impacto en la salud y en la economía, también en la educación, la equidad de género y el bienestar social. Por eso, esta fundación colombiana se dedica a instalar sistemas de filtración de agua en comunidades vulnerables y rurales, y despliega programas de educación sobre higiene en los niños.

“Aunque muchas áreas tienen fuentes de agua disponibles, el agua a menudo no es segura para el consumo humano. En muchos casos el acceso no es fiable y tiene un costo elevado para la salud humana, la economía familiar, la seguridad personal, oportunidades de educación, la productividad económica y en general el desarrollo comunitario”, precisa Silvia Varela, directora de responsabilidad social de la Fundación, que ya suma 40 proyectos en toda Colombia.

De acuerdo con datos de Agua por la Vida, el 24 por ciento de la población colombiana vive en zonas rurales y se enfrenta a diferentes niveles de acceso al agua. Sólo el 73,6 por ciento de esta tiene acceso a una fuente mejorada de agua en comparación con el 96,9 por ciento en las zonas urbanas del país. En total, 4,2 millones de personas carecen de acceso a agua limpia y segura. Esto impacta seriamente la salud: 33 muertes y 1,40 años de vida saludable perdidos por cada 100.000 niños menores de cinco años, atribuibles a la mala calidad del agua, del saneamiento y la higiene en todo el país.

Conozca más sobre los desafíos para alcanzar este ODS y los esfuerzos que se adelantan desde distintas entidades y empresas este 24 y 25 de noviembre en la Cumbre de Sostenibilidad que organiza SEMANA, un espacio digital que reúne a expertos, empresarios, organizaciones internacionales y líderes ambientales.

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