Hace apenas una semana autoridades ambientales celebraban la liberación de Julieta, una manatí de la especie Trichechus manatus que, luego de haber sido rescatada por pescadores, recibió atención especializada durante un mes y fue liberada en su hábitat, por encontrarse en perfectas condiciones.
Lamentablemente en sus desplazamientos por las aguas del mar Caribe, este animal de 3,35 metros de longitud total y 450 kilogramos de peso, fue víctima este miércoles del ataque de pescadores en el municipio de Tasajera, que terminó ocasionándole la muerte.
Otros pescadores, decidieron oponerse a esta crueldad y denunciaron ante la Corporación Autónoma Regional del Magdalena la situación, lo que permitió que el equipo de fauna llegara al sector encontrándola moribunda, con un ojo sangrando, heridas en su cuerpo de 15 centímetros de profundidad y su costado punzado con arpón. Lamentablemente el animal murió en el lugar.
La autoridad ambiental lamentó el hecho e informó que de acuerdo con los primeros reportes, el animal fue perseguido por por pescadores desde el Puente de la Barra hasta Pueblo Viejo, capturándolo y atacándolo con palos, machete y amarrando su trompa, evitando que pudiera respirar.
Julieta fue trasladada al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Marina de Corpamag, que opera en el Acuario del Rodadero, donde los especialistas realizan la necropsia correspondiente. En el operativo para tratar de salvarle la vida participaron, además la Policía de Ambiental, miembros de la Armada Nacional y funcionarios de las Alcaldía de Pueblo Viejo y Ciénaga.
Especie amenazada
Según la autoridad ambiental, lo sucedido en Tasajera es grave, pues los manatíes son una especie amenazada a nivel mundial y en Colombia está casi extinta principalmente por la cacería indiscriminada, la cual es fuertemente penalizada y sancionada por la ley.
Julieta había sido rescatada por pescadores hace algo más de un mes, cuando la encontraron atrapada en redes y avisaron a la autoridad ambiental. Los funcionarios la llevaron al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Marina, en alianza con el Acuario del Rodadero en donde le brindaron las atenciones correspondientes para que pudiera recuperarse y retornar a las aguas del Caribe.
Para la rehabilitación del animal, conformaron un equipo de expertos de la entidad ambiental y de Parques Nacionales Naturales, el cual contó con la asesoría científica de la Fundación Omacha y del Centro de Conservación de Manatíes del Caribe (CCM), organizaciones que cuentan con cerca de 30 años trabajando en programas de rehabilitación de estos mamíferos.
Importancia de la especie
El manatí del Caribe (Trichechus manatus) es una especie clave para los ecosistemas, pero que se encuentra altamente amenazada. Actualmente, se ubica en la categoría Vulnerable (VU) a la extinción en Colombia y también hace parte de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La cacería indiscriminada es la principal amenaza que afecta a esta especie, cuyas poblaciones están muy reducidas. En el país se encuentra protegida por el Gobierno y las autoridades ambientales para evitar su extinción y es por ello que las entidades correspondientes realizan los esfuerzos necesarios para cuidar los pocos individuos de manatíes que aún existen.
Los manatíes pueden considerarse como “ingenieros de los ecosistemas”, debido a que ingieren grandes cantidades de pastos marinos y plantas flotantes de agua dulce como el buchón o taruya, la lechuga de agua y la batatilla. Estos son productos que utilizan para su alimentación diaria y que puede llegar a representar el 10 % de su peso, lo que, en el caso de Julieta, corresponde a unos 45 kilogramos.
Este consumo permite mantener libres de buchón los cuerpos de agua, especie invasora que normalmente tapona los cauces de los ríos y caños que entran a la Ciénaga Grande de Santa Marta y que representa el primer problema que impide la navegabilidad y conlleva a la sedimentación de estos pasos de agua. También son considerados como indicadores de la salud de los ecosistemas en donde habitan.
En el caso de Julieta serán los mismos pescadores que la encontraron, los que se encargarán de su cuidado y protección, pues este mamífero se liberó con una correa que porta los números telefónicos de la Corporación en caso de que nuevamente se vea en problemas.