Las cifras de deforestación en la Amazonia brasileña siguen sin freno. Durante cuatro meses consecutivos los datos han ido al alza y en junio batió un nuevo récord. Para el sexto mes del año en esta zona se talaron 106.200 hectáreas de bosque.
Precisamente esta se convierte en la peor cifra desde que empezaron las mediciones en 2015 con el sistema de observación por satélite Deter del Instituto Nacional Investigaciones Espaciales (Inpe). Según dio a conocer la entidad este viernes, en el primer semestre el dato de deforestación alcanzó las 360.000 hectáreas.
El vicepresidente Hamilton Mourao, que preside el Consejo Nacional de Amazonia Legal (CNML), anunció el mes pasado una nueva operación militar para controlar la deforestación en la región.
En 2020 se llevó a cabo una operación similar con resultados cuestionados por las oenegés, que atribuyen el aumento de la tala de árboles a la política del presidente Jair Bolsonaro, favorable a la apertura de la región a actividades madereras, agropecuarias y mineras. El cruce de la frontera agrícola ha ido en aumento.
Los datos de junio “muestran otro triste récord para la selva y sus pueblos”, declaró Rómulo Batista, portavoz de la campaña Amazonia de Greenpeace.
“El gobierno renunció a la obligación de combatir el crimen ambiental”, argumentó, por su lado, el Observatorio del Clima, una red de más de 60 oenegés y movimientos sociales, para la cual “Bolsonaro impulsó cambios de normas y paralizó la estructura de control”.
Los datos no son nada halagadores, y cada vez se conoce más el avance de las motosierras en una región que es clave para hacerle frente a los efectos generados por el cambio climático. En mayo también se había batido récord con un total de 118.000 hectáreas arrasadas, lo que representó un aumento de 41 % respecto al mismo periodo del año pasado, según el Inpe.
Para los expertos, estos datos son preocupantes, pues mayo marca el inicio de la temporada seca, cuando la devastación se intensifica en gran parte de la región amazónica. En abril, el dato de la tala de bosques fue de 58.000 hectáreas, también un récord para ese mes.
No hay cambios
Las estadísticas más recientes son las primeras que se conocen bajo la gestión del nuevo ministro de Medio Ambiente, Joaquim Alvaro Pereira Leite, tras la renuncia de Ricardo Salles, presionado por una investigación sobre su presunta participación en un esquema de exportación ilegal de madera a los mercados de Estados Unidos y Europa.
Mourao expresó a comienzos de esta semana su expectativa de que la movilización militar permita “reducir entre 10 y 12 %” el índice de deforestación verificado desde agosto del año pasado hasta julio de este año, el periodo que sirve de referencia.
La idea sería reducir la tala en ese lapso a menos de un millón de hectáreas, un número que fue superado en los últimos dos años por primera vez desde 2008, según el sistema Prodes del Inpe.
Desde agosto de 2020 hasta junio de 2021, la cifra se eleva a 729.500 hectáreas, pero, según se conoció, solo en los dos primeros días de julio hubo 21.600 hectáreas deforestadas. En caso de mantenerse una cifra por encima de las 10.000 hectáreas arrasadas por día, fácilmente se superaría nuevamente el dato de un millón de hectáreas taladas en el año.
Otro récord
Sin embargo, los datos de tala de bosque no son los únicos que baten récords. Lo mismo sucedió con el número de incendios registrados en junio: 2.308, un 2,3 % más que en el mismo mes del año pasado, de acuerdo con el Inpe.
Esta se consolidó como la peor cifra desde 2007, cuando se presentaron 3.519 focos. Si se compara este índice con las quemas de junio de 2020, que también marcaron un récord en su momento, el incremento fue del 2,6 %.
Los datos preocupan a los expertos, en torno a que esta temporada seca esté cargada de afectaciones a una de las zonas verdes más importantes del planeta.
El presidente Jair Bolsonaro y sus políticas son blanco de críticas por el aumento de incendios y deforestación en este pulmón del mundo. Desde su llegada al poder en 2019 se le acusa de eliminar las regulaciones de protección ambiental y de desalojar a los pueblos indígenas de sus tierras.
*Con información de AFP