La deforestación en el mundo sigue avanzando, destruyendo ecosistemas que son muy valiosos para la preservación de especies y las acciones que toman las empresas para ayudar a minimizar esta problemática se quedan cortas.

Así lo determina un nuevo análisis dado a conocer esta semana y titulado “Deforestación y cadenas de suministro sin conversión: una guía para la acción”, en el que se indica que bosques, sabanas y praderas, entre otros, continúan desapareciendo a un ritmo acelerado, a pesar del trabajo realizado por muchas compañías.

De acuerdo con la investigación, si bien el aumento de la conciencia pública ha llevado a las empresas a que actúen y muchas han asumido compromisos voluntarios, el informe encuentra que este progreso no está teniendo el impacto deseado, pues solo entre 41 y 46 % de éstas han informado sobre el progreso que han tenido frente a sus compromisos, y un 55 % ha avanzado hacia los objetivos fijados.

La investigación desarrollada por WWF y Boston Consulting Group (BCG), precisa que además de los procesadores y comercializadores, las partes de la cadena de abastecimiento que tienen el poder de generar el mayor cambio, como es el caso de los productores, asociaciones e intermediarios, son los que han asumido la menor cantidad de compromisos hasta la fecha.

La deforestación es una de las principales problemáticas que afronta el país. Foto: Rodrigo Botero.

Este informe se da a conocer un década después de que los miembros del Foro de Bienes de Consumo (CGF en inglés) se comprometieran por primera vez a eliminar la deforestación de sus cadenas de suministro. Sin embargo, sigue existiendo una gran distancia entre las aspiraciones y la puesta en marcha y lo grave es que el planeta no puede esperar otra década para tomar acciones en torno al tema.

Actualmente, la producción ganadera es el producto básico que registra el menor número de empresas que han asumido compromisos libres de deforestación y conversión. Hay particular interés en resaltar este antes de la Pre-Cumbre de la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU que se llevará a cabo a finales de julio, y que pide acciones en todos los niveles del sistema alimentario para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.

Faltan acciones colectivas más audaces

“Las grandes empresas deben trabajar juntas, y en coordinación con las partes interesadas públicas y financieras, para persuadir a todos los miembros de la cadena de suministro de productos básicos para que asuman compromisos colectivos más audaces e implementen acciones concretas”, dice el director general y socio senior de BCG, Nicolas Kachaner.

“Necesitamos desarrollar modelos económicos viables para los pequeños productores y responsabilizar a terceros. Y, quizás lo más importante, necesitamos aplicar mecanismos más estrictos para rastrear cada producto hasta su origen y asegurarnos de alcanzar una escala crítica de impacto”.

El informe muestra que, determinar si una empresa ha puesto en práctica su compromiso y cómo lo ha hecho sigue siendo una tarea difícil, y en el caso de las compañías que han hecho progresos, documentar si sus acciones realmente reducen la deforestación y la conversión es aún más complejo de medir.

La tala ilegal de bosque va en aumento en el mundo. Foto: SEMANA.

Por esto es crucial que haya un mayor liderazgo, transparencia, trazabilidad y verificación por parte de las empresas, los compradores y los productores, así como una legislación gubernamental sólida para garantizar las cadenas de suministro libres de deforestación y conversión, además de compromisos por parte de las instituciones financieras para impulsar un cambio sistémico. La certificación es el sistema más común para mostrar los avances, pese a las dudas que hay sobre su efectividad.

El aporte financiero es clave

De acuerdo con el informe, las instituciones financieras tienen una gran oportunidad de ayudar a reducir la deforestación y la conversión de los cuales siendo proactivas en la cadena de suministro de productos básicos, pero sus avances al respecto son tímidos. Los resultados de la investigación indican que menos del 10 % de ellas tienen compromisos en este sentido.

“Este tipo de instituciones podrían contribuir a abordar ambas problemáticas desarrollando y apoyando modelos económicos viables para los pequeños propietarios a escala, así como eliminando de sus carteras a las empresas con prácticas insostenibles”, dice el informe.

“Ecosistemas naturales críticos están desapareciendo y no podemos sobrevivir como planeta sin ellos”, dice Fran Raymond Price, líder global de la práctica de bosques de WWF. “Las empresas juegan un papel fundamental para detener y revertir la pérdida de la naturaleza, y éste comienza cumpliendo los compromisos libres de deforestación y sin conversión. Nuestro nuevo análisis muestra que los esquemas de compromiso existentes enfrentan obstáculos de trazabilidad y escala, y los impactos no van al ritmo que necesitamos. Esto debe cambiar rápidamente si las empresas están realmente comprometidas a contribuir a un mundo positivo para la naturaleza”.

La sobreexplotación y el cambio climático son las principales amenazas de la pérdida de diversidad genética de los bosques.

El informe examina enfoques integrales para detener la deforestación y la conversión, y aconseja a las empresas que, en primer lugar, pasen de una mentalidad de “suministros verdes/sostenibles/ambientalmente amigables”, comprando solo materias primas sostenibles, a una de “proveedores verdes/sostenibles/ambientalmente amigables”, estableciendo objetivos más allá de la propia huella ecológica operativa y tomando medidas para detener la deforestación y la conversión de suelos en toda su cadena de suministro.

El estudio también advierte que las empresas deben adoptar un enfoque basado en el sector, el paisaje o la jurisdicción, lo que significa abordar los problemas sectoriales colaborando con sus pares, o abordando problemas basados en la geografía a través de coaliciones de actores locales para lograr un impacto significativo.

¿Qué pasa con Colombia?

Para los países donde tiene lugar la producción, como es el caso de Colombia, el informe propone una serie de acciones que van desde el desarrollo de políticas enfocadas en el mejoramiento de la producción y el control de actividades ilegales, las cuales están altamente relacionadas con la deforestación como la tala ilegal, la apropiación de tierras y los cultivos ilícitos, hasta el diseño de incentivos, la designación de áreas protegidas, la información y concienciación de los consumidores, entre otras.

En el país, desde 2017 varias empresas de las cadenas de suministro (palma en 2017, cacao en 2018, y carne y leche en 2019) han evidenciado su compromiso con las cadenas de suministro libres de deforestación a través de una serie de acuerdos, y actualmente trabajan junto al Gobierno y organizaciones de la sociedad civil para eliminar su huella de deforestación. Ahora, justamente, vienen en camino acuerdos para los sectores forestal y café.