Un clima atípico puso en aprietos la primera expedición de biodiversidad por la cuenca del río Tillavá, una zona con más de 3.000 kilómetros cuadrados del municipio de Puerto Gaitán, en el Meta.
Los 14 investigadores del Instituto Humboldt, la Fundación Omacha y Cormacarena, encargados de recorrer los principales ecosistemas de la cuenca, se encontraron con un panorama gris, húmedo y lluvioso, atípico en la zona para el mes de abril.
“Fuimos testigos de los coletazos del cambio climático. A pesar de que abril está catalogado como el más seco en este territorio de la Orinoquia, con apenas lluvias incipientes, estas se adelantaron debido a la alta precipitación en las cordilleras cuyos ríos drenan a la Orinoquia”, afirma Carlos A. Lasso, investigador senior del Instituto Humboldt y coordinador científico de la expedición.
Según Lasso, las lluvias en las cordilleras causaron ascensos significativos en los niveles de los ríos Orinoco, Vichada y finalmente en el Tillavá, lo que dificultaba el estudio de las poblaciones de la fauna que habitan en este sitio donde convergen la Orinoquia y la Amazonia.
“Con lluvia sería muy difícil instalar las cámaras trampa para monitorear los mamíferos y montar las redes para los murciélagos. Además, complicaría los recorridos en lancha por el río para observar nutrias, aves y delfines rosados”.
Aunque el primer día estuvo pasado por agua, el segundo registró las condiciones indicadas para que los investigadores observaran los tesoros naturales que esconde la cuenca.
“Este nuevo panorama nos acompañó durante la mayoría del tiempo de los ocho días de la expedición por el Tillavá, trabajo que hace parte de un convenio suscrito entre Cormacarena y el Instituto Humboldt, con el apoyo de la Fundación Omacha. Aunque no faltaron algunas lluvias tenues, eso no evitó que pudiéramos analizar la biodiversidad del territorio”, dijo Lasso.
Acompañados por 10 personas de las comunidades locales y de la etnia sikuani, los expertos se adentraron en la zona para estudiar el estado de las poblaciones de varios animales y el uso que les dan a los ecosistemas.
“Aunque el delfín rosado (Inia geoffrensis) y la nutria gigante (Pteronura brasiliensis) son las especies que fueron priorizadas para esta alianza por la biodiversidad del Tillavá, también es necesario analizar otros animales que habitan en la cuenca y los cuales tienen relación directa con ellos, es decir que puede ser su presa o base de la cadena trófica”, apuntó el investigador del Humboldt.
“El ideal era registrar otros animales como peces, crustáceos, moluscos, macroinvertebrados acuáticos, serpientes, tortugas, cocodrílidos, aves y mamíferos”.
Diversidad de especies
El recorrido total por el río Tillavá y algunos ecosistemas que lo rodean fue de aproximadamente 277 kilómetros, un viaje en donde los investigadores de la Fundación Omacha realizaron 47 recorridos para estudiar los delfines y las nutrias, cada uno con un promedio de 2,5 kilómetros.
La información recopilada durante los ocho días de la primera expedición arrojó más de 300 especies de animales en la cuenca, datos que según Lasso son preliminares porque actualmente son analizados detalladamente y además vendrán más salidas de campo.
“Sin embargo, registrar esta cantidad de especies en un tiempo relativamente corto nos revela un aparente buen estado de los ecosistemas de la cuenca del Tillavá, un territorio de la altillanura del Escudo Guayanés totalmente desconocido donde convergen la Orinoquia y la Amazonia”.
Para analizar las poblaciones de delfines, los investigadores también recorrieron parte del caño Rubiales y lograron muestrear hasta la confluencia entre el Tillavá, Planas y Vichada. Sin embargo, solo pudieron observar tres individuos.
La comunidad de la zona manifestó que ha avistado cerca de 30 delfines rosados, un dato que será corroborado en las futuras expediciones durante épocas más secas.
En cuanto a la nutria gigante, los investigadores se encontraron con un hallazgo único en todo Sudamérica: una nutria depredando a una iguana, un cuadro que la ciencia nunca había registrado.
“Esta es la primera vez que se registra esto en Colombia y en Sudamérica. Es un avistamiento inédito que nos permite mostrar que la nutria no solo se alimenta de peces, como muchos pescadores piensan y por eso la atacan”, afirma Lasso.
Alta presencia de peces
En la cuenca del río Tillavá, los investigadores evidenciaron una alta presencia de peces: cerca de 85 especies detectadas en la expedición, más del doble de lo que se conocía hasta el momento.
“Es la primera vez que se hace un inventario en detalle de las poblaciones de peces en esta zona. Los primeros muestreos de peces, crustáceos y otros macroinvertebrados acuáticos se hicieron en los morichales de altillanura”, precisó Lasso.
Según el investigador, estos hallazgos le permiten considerar que en la cuenca pueden haber más de 150 especies de peces.
Los macroinvertebrados acuáticos no se quedaron atrás. En los ocho días de monitoreo se registraron cinco especies de camarones, una de cangrejo, dos de esponjas, tres de moluscos y más de 30 de insectos.
En cuanto a tortugas, la expedición arrojó la presencia de cinco especies, una de las cuales no tenía registro para esta zona del país: la matamata del Orinoco (Chelus orinocensis), uno de los reptiles más apetecidos por los traficantes de fauna silvestre.
“Identificamos las cuatro especies de cocodrílidos: babillas, dos cachirres y el caimán llanero (por registros históricos), además de anacondas y una serpiente acuática. El balance de anfibios (ranas) y reptiles en la cuenca sumó 39 especies”, anota el investigador del Humboldt.
En los ecosistemas terrestres y acuáticos del Tillavá fueron observadas aproximadamente 120 especies de aves como el águila harpía, una cifra que los investigadores estiman podría alcanzar las 200 en las futuras expediciones.
¡Territorio de mamíferos!
Por tratarse de un territorio con ecosistemas del Amazonas y la Orinoquia, la cuenca del río Tillavá alberga una alta diversidad de mamíferos, tanto de gran porte como medianos y pequeños.
A través de la instalación de cámaras trampa, trabajo liderado por la Fundación Omacha, y redes en los bosques, los expedicionarios identificaron 33 especies de mamíferos como roedores, marsupiales, pumas, armadillos y murciélagos.
El primer análisis de murciélagos en la cuenca arrojó como resultado 17 especies, hallazgos que fueron posibles por las colaboraciones de las comunidades locales e indígenas.
Las cámaras trampa instaladas por la Fundación Omacha estarán durante dos meses más en la cuenca de Tillavá, por lo cual se espera que la cantidad de especies de mamíferos sea mayor.
El convenio entre el Instituto Humboldt y Cormacarena arrojará un estudio con el listado de la biodiversidad acuática y su relación con el delfín rosado y la nutria en la cuenca del río Tillavá, además del uso de hábitat, poblacional y de amenazas de estas dos especies.
“El objetivo es elaborar un documento detallado con el estado del conocimiento sobre el delfín rosado y la nutria en la cuenca, un trabajo que contará con los aportes de las personas locales de la zona”.