Se estima que en Colombia más de 950.000 llantas usadas van a parar cada año a la basura, a las calles a caños y quebradas en donde generan graves afectaciones al medio ambiente. Por esta razón, adoptar decisiones que permitan reciclarlas o aprovecharlas de manera eficiente es clave para evitar los problemas de contaminación que generan estos elementos.
Precisamente, como una alternativa para gestionar y hacer un adecuado aprovechamiento de las llantas usadas y desechadas en Bogotá y el centro del país, entró en funcionamiento, en el municipio de Mosquera, en Cundinamarca, una nueva planta de procesamiento de estos productos, los cuáles generan importantes niveles de contaminación e impacto al medio ambiente.
El lugar, que cuenta con un espacio de 3.300 metros cuadrados, fue implementado y puesto en marcha por la empresa Sistema Verde, una organización que desde 2014 trabaja con el propósito de ayudar en la gestión y procesamiento de residuos.
Con esta nueva factoría, la organización empresarial alcanza una capacidad de procesamiento de 55.000 toneladas de llantas usadas y otros residuos al año, los cuales se convertirán en combustible alternativo (CDR).
El 80% de llantas usadas en el mundo se convierten en combustible que puede ser utilizado para hornos cementeros, calderas y termoeléctricas. “Nosotros en Colombia lo utilizamos para la industria cementera, por ejemplo, en los hornos de Cementos Argos, quienes cuentan con los permisos ambientales para su uso. En nuestras plantas se hace todo el proceso de transformación mecánica a combustible derivado de llantas (TDF) y luego se traslada a los hornos”, explica Juan Esteban González, director comercial de Sistema Verde.
Si bien las llantas usadas no son catalogadas como residuos peligrosos, sí debido a su volumen representan una problemática medioambiental por la dificultad que genera su degradación.
Solución a problemática ambiental
Producto de la capacidad de los hornos de la planta, se podrán aprovechar hasta 20.000 toneladas de llantas usadas al año, lo que ayudará a avanzar en la solución de la problemática de llantas abandonadas o huérfanas en la capital y el centro del país, que ascienden anualmente a los tres millones y son un factor contaminante al ser quemadas en espacios públicos o arrojadas a las fuentes de agua.
Para la recolección de esta cantidad de residuos, Sistema Verde cuenta con puntos de acopio de llantas en el occidente y en el sur de la ciudad, en donde la persona hace entrega de la llanta a una cadena de custodia para ser dispuesta y aprovechada correctamente. Anualmente, en Bogotá se realiza una recolección masiva de llantas que en un solo día recoge entre 10.000 y 12.000 llantas usadas.
Según el directivo, la nueva planta en Mosquera ayudará a reducir la huella de carbono y el impacto ambiental que tiene la industria sobre el ambiente, al reducir la necesidad de extracción de combustibles fósiles. “Coprocesar es sustituir carbón por combustible derivado de residuos, generar calor. El TDF es un componente calorífico de equivalencia igual o superior al carbón industrial o térmico”, asegura.
Esta nueva apuesta, la compañía generará entre 25 y 30 empleos en la región, y estará en pleno funcionamiento a partir de este mes. En los planes de la empresa está explorar la idea de una nueva planta en la costa una vez la de Mosquera esté funcionando al total de su capacidad.
La compañía, que inició operaciones en 2014, en Antioquia, suma esta planta para el procesamiento de llantas y otros residuos, a una que opera en Envigado (Antioquia). Tiene cerca de 240 empresas vinculadas, entre las que se encuentra el 90% de importadores de autos en el país y empresas importadoras de llantas. Además del manejo de llantas usadas, también cuentan con permisos para trabajar con papel, carbón, metal, vidrio, plástico y baterías de plomo ácido.
De todos los residuos que recogen y gestionan, se derivan combustibles alternos de distintos tipos dependiendo de su naturaleza.