De manera general, el calentamiento global ha sido visto como un potencial riesgo para la biodiversidad en todo el mundo. Así mismo, sus consecuencias han afectado la supervivencia de numerosas especies.

En esta ocasión, un estudio publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences analizó los impactos negativos que las altas temperaturas han tenido en el ADN de las poblaciones de lagartos que viven en la región central de Francia.

El equipo de expertos que realizó la investigación se centró en los impactos del “envejecimiento acelerado” que se ha notado en algunas especies de lagartos en Francia, así como la disminución de la población impulsada por el clima.

“Encontramos una acumulación transgeneracional de acortamiento de telómeros que implica que la descendencia ya había nacido ‘vieja’. Sugerimos que este proceso puede exacerbarse a través de las generaciones, lo que lleva a un ciclo de envejecimiento en la población”, reseña el estudio.

Los investigadores exponen que “el envejecimiento es el precio a pagar por adquirir y procesar energía a través de la actividad celular y la productividad de la historia de la vida”.

Ahora, el asunto radica en que el calentamiento climático puede exacerbar el ritmo inherente del envejecimiento, “como lo ilustra una erosión más rápida de las secuencias protectoras de ADN de los telómeros”.

Durante el estudio, el equipo de expertos analizó muestras de ADN de ejemplares de lagartos de distintas franjas de edad para medir la longitud de los telómeros. Estas secuencias especiales del ADN protegen la información genética de los cromosomas.

Según anota la investigación, el análisis de los telómeros puede revelar el estado general de salud de un organismo, así como permite medir el ritmo de envejecimiento.

Los ejemplares que nacen con telómeros más cortos tienden a morir antes de alcanzar su edad reproductiva. | Foto: Photo by: Arterra/Universal Images Group via Getty Images

¿Cuáles son las consecuencias del clima?

De acuerdo con los resultados de la investigación, las altas temperaturas han provocado que ejemplares de lagartos cuyas madres han sufrido estrés térmico nazcan con un ADN “envejecido”, es decir, con telómeros más cortos.

“En poblaciones menguantes, la mayoría de los neonatos heredaron telómeros ya cortos, lo que sugiere que nacieron fisiológicamente viejos y es poco probable que alcancen el reclutamiento”, precisa el artículo científico. En ese sentido, también supone un peligro para la continuidad de la especie.

El hecho de nacer “viejos”, o con los telómeros más cortos, ha provocado que una gran cantidad de estas especies de lagartos mueran antes de alcanzar su edad reproductiva.

“La biodiversidad está atravesando una crisis mundial, destacada por el alarmante ritmo de pérdida de especies en todo el mundo. Esta tendencia se está acelerando, especialmente debido a los efectos generalizados del calentamiento climático en los riesgos de extinción en especies de rango limitado o adaptadas al frío. Un problema actual es nuestra ceguera virtual sobre la naturaleza y la generalidad de los mecanismos subyacentes que conectan los climas más cálidos con la historia de vida individual, y las señales de alerta temprana de extinciones inducidas por el calentamiento”, explica la investigación.

Si bien el artículo menciona que todas las criaturas vivientes eventualmente mueren, destaca que el tiempo que separa el nacimiento o la primera reproducción de la muerte puede verse alterado por el calentamiento climático y el estrés por calor.

“Las bajas temperaturas corporales generalmente benefician la vida útil en animales endotérmicos y ectotérmicos. En los ectotermos terrestres, el calentamiento climático también puede restringir los patrones de actividad y aumentar significativamente los costos de mantenimiento, así como los riesgos de estrés por calor. Juntos, estos pueden eventualmente alterar las compensaciones fundamentales de la historia de la vida y un cambio a una estrategia de historia de vida de ‘vivir rápido, morir joven’ a lo largo del continuo lento-rápido”, se lee en el artículo científico.