Un examen de restos momificados de elefante marino ha permitido mostrar que el mar en torno a la Antártida era más cálido a mediados del Holoceno, el actual periodo cálido tras la última glaciación.
Estudiar la respuesta de las capas de hielo de la Antártida a episodios de calentamiento pasados es esencial para entender cómo pueden responder al actual calentamiento del clima, ya que su fusión y colapso pueden contribuir a la subida global del nivel del mar.
Los registros detallados de las temperaturas pasadas de los océanos cercanos al continente son escasos, pero en lugares curiosos pueden encontrarse pistas sobre cómo respondieron las capas de hielo y el hielo marino a las condiciones globales en el pasado, incluso en los restos de animales que una vez vivieron allí.
Un estudio dirigido por la Universidad de Maine utilizó la presencia (y eventual ausencia) de elefantes marinos para ilustrar cómo se transformó la zona en un periodo cálido del pasado reciente. La investigación se publicó en línea el 7 de febrero y estará en la edición de marzo de la revista Quaternary Science Reviews.
De otro lado, un equipo de investigadores dirigido por Brenda Hall, profesora de la Escuela de Ciencias de la Tierra y del Clima y del Instituto del Cambio Climático de la Universidad de Maine, estudió los restos del elefante marino meridional en yacimientos situados a lo largo de la costa de Tierra Victoria del Mar de Ross, que limita con las capas de hielo de la Antártida Occidental y Oriental.
En la actualidad, la costa de la Tierra Victoria está prácticamente libre de elefantes marinos e incluso de pingüinos en muchos lugares debido a las plataformas de hielo marino permanente congeladas en sus playas. Además, los elefantes marinos modernos viven principalmente en islas sub antárticas al norte del Mar de Ross.
Sin embargo, investigaciones anteriores descubrieron restos de elefantes marinos en las playas, lo que sugiere que la especie floreció en la zona durante los periodos cálidos del Holoceno. Los científicos teorizaron que las focas pudieron ocupar las playas en un periodo de calor antes de que los extensos hielos marinos las expulsaran de la costa actual.
Para este análisis, los científicos recogieron restos momificados y esqueléticos de elefantes marinos, así como su piel mudada, enterrados bajo rocas y bancos de nieve a lo largo de la costa de Tierra Victoria, recuperando finalmente 305 muestras, que fecharon por radiocarbono y analizaron en busca de ADN antiguo.
“En la actualidad, los elefantes marinos del sur suelen descansar en zonas mucho más cálidas que el Mar de Ross. Pudimos utilizar la presencia de su piel y pelo mudados, así como algunos huesos y momias disecadas por el viento polar, para demostrar que estas focas habían hecho del Mar de Ross su hogar”, explica Hall en un comunicado.
Los resultados de la piel mudada, los huesos y otros restos mostraron que los elefantes marinos del sur no solo ocuparon una vez el Mar de Ross, sino que estuvieron presentes en la costa de Tierra Victoria desde hace unos 7.000 y 500 años.
La presencia de las focas en esta época indicaba que había una cantidad reducida de hielo cubriendo el mar durante esta época del Holoceno, lo que coincide con otros registros de temperaturas y circulación oceánicas en el Mar de Ross.
“Nuestro trabajo muestra que durante gran parte del Holoceno, el Mar de Ross era menos helado y presumiblemente más cálido de lo que es hoy, y este calor puede haber impulsado el retroceso de la capa de hielo de la Antártida Occidental desde el Mar de Ross durante los últimos 8.000 años y el calentamiento futuro podría seguir impulsando el retroceso del hielo. Sin embargo, la temperatura del océano puede no ser toda la historia”, afrima Hall.
Se necesita más investigación, pero los científicos también encontraron algunos elefantes marinos que databan de un período mucho más antiguo, justo antes del último máximo glacial, lo que sugiere que pudo haber existido agua cálida durante la acumulación de la capa de hielo en el mar de Ross.
Si se confirmara la presencia de temperaturas oceánicas cálidas inmediatamente antes de la formación de la capa de hielo del Último Máximo Glacial, y tal vez incluso durante la misma, ello sugeriría que otros factores, además del descenso de las temperaturas oceánicas, como la bajada del nivel del mar, podrían haber sido decisivos para el avance de la capa de hielo en el mar de Ross.
*Con información de Europa Press.