Según expertos, la contaminación del aire puede ser la problemática ambiental con mayores consecuencias para la salud humana, especialmente en los niños. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en 2018, por ejemplo, afirma que alrededor del 93 % de los menores de 15 años respiran aire tóxico todos los días. Una problemática que incluso llevó a la muerte a 600.000 de ellos en 2016.
Pero la situación es preocupante para la población en general. Un reciente estudio publicado en la revista Environmental Research, arrojó que el 18 % de las muertes en 2018 se debieron a la contaminación del aire, es decir, aproximadamente una de cada cinco. “A corto plazo, las principales afectaciones en salud son las enfermedades respiratorias y en el largo plazo existe mayor prevalencia a tener enfermedades cardíacas o hipertensión, lo que aumenta la tasa de mortalidad en la población”, explicó Luis Carlos Belalcázar, profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia.
Latinoamérica no está dentro de las regiones más afectadas por esta problemática a nivel mundial. No obstante, un reporte de la Pan American Journal of Public Health afirma que cada año mueren 138.000 personas en esta región, por lo que no es un problema menor.
Las emisiones provenientes de vehículos e industrias son los principales contaminantes del aire. Es por eso que cada vez son más los actores de diferentes sectores que le apuestan a tecnologías limpias y energías renovables para mitigar el impacto ambiental.
En el aeropuerto internacional El Dorado, por ejemplo, la sostenibilidad es uno de los ejes más importantes de su operación. La relación con el medio ambiente y los ecosistemas que rodean la terminal cobra cada vez más relevancia, tanto así, que recientemente se convirtió en el primer aeropuerto del mundo en recibir la Certificación LEED Platino - versión 4.1 - en operación y mantenimiento.
Este reconocimiento, otorgado por el Consejo de Construcción Verde de Estados Unidos, es el máximo en su tipo y lo reciben únicamente aquellas edificaciones que cumplan con unos estándares sobresalientes en materia de sostenibilidad.
En el caso de El Dorado, el Consejo evaluó durante un año cinco aspectos como la política en el manejo de residuos; la integración con la ciudad, el sistema de transporte y la innovación; la calidad del ambiente interior y la experiencia humana; el consumo eficiente del agua; y la eficiencia energética, en los cuales obtuvieron una calificación de 82 sobre 100.
Mitigación y adaptación al cambio climático
La terminal aérea moviliza alrededor de 35 millones de pasajeros cada año y se asemeja a una pequeña ciudad en donde confluyen diferentes grupos de interés. En este sentido, El Dorado se ha puesto a la tarea de implementar estrategias para reducir el impacto ambiental y proteger los recursos naturales.
“Sabemos que la operación aeroportuaria y su desarrollo es fundamental para el crecimiento económico. Por esto debe hacerse de manera responsable, incluyendo estrategias e iniciativas que apunten a la mitigación del cambio climático. Con el objetivo de seguir posicionándose como un aeropuerto sostenible en la región, recientemente se pusieron en marcha iniciativas enfocadas en el uso eficiente de la energía y la purificación del aire, tema clave dentro de la coyuntura actual”, afirmó Andrés Ortega, Gerente General de OPAIN, operador del aeropuerto.
Con el fin de mitigar y adaptarse al calentamiento global, crearon el Comité de Gases de Efecto Invernadero y Cambio Climático que se ocupa de definir la dirección estratégica de OPAIN para la adaptación a esta problemática y la gestión del carbono.
Así mismo, implementaron los Science Based Targets, una metodología impulsada por el Instituto de Recursos Mundiales, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que le proporciona al sector privado una hoja de ruta basada en la ciencia climática actual y en las metas del acuerdo de París, con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Con la metodología Green House Gas Protocol y la herramienta de cuantificación ACERT diseñada para el programa de Acreditación de Carbono en Aeropuertos del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), monitorean y controlan las emisiones de la terminal aérea. Un estándar aceptado por el sector aéreo a nivel mundial para cuantificar anualmente las emisiones.
Este monitoreo lo complementan con iniciativas puntuales para reducir el impacto ambiental de su operación. Una de ellas es el proyecto Retrofit, que sustituyó 14.237 luces de sodio y fluorescentes por otras de tecnología LED. Con este cambio, ahorraron 51 % de energía de la demanda total de iluminación.
El Dorado, además, se abastece de energía a través de tres fuentes. Una de ellas es el Sistema Interconectado Nacional (SIN) que genera un alto porcentaje de energía a partir de recursos renovables. En 2020, por ejemplo, el 69,3 % de la energía producida por el SIN provino de energías limpias.
La segunda fuente es renovable. Gracias a los 10.369 paneles solares instalados en la cubierta, El Dorado se convirtió en el primer aeropuerto de América Latina con sistemas de energía solar capaces de producir alrededor del 12 % de la demanda total de la terminal.
La tercera fuente de energía, por su parte, proviene del combustible ACPM que al no ser renovable procuran usarlo solo en caso de emergencia.
La tecnología también ha jugado un papel clave a la hora de reducir el impacto ambiental. “El aeropuerto cuenta con una infraestructura tecnificada y con tecnología de punta que permiten hacer más eficientes los procesos. Controlamos los sistemas a través de un monitoreo constante que garantiza eficiencia energética, es decir, que el uso de la energía está controlado y se optimiza al máximo”, anotó el Gerente General.
El modelo de gestión de residuos sólidos también ayuda a mitigar la contaminación pues, en lugar de terminar en un relleno sanitario o desintegrándose al aire libre, son aprovechados a través de un sistema de economía circular. En 2020, por ejemplo, se aprovechó el 56 % del total de los desechos generados en El Dorado.
Gracias a estas estrategias la principal terminal aérea del país ha obtenido diferentes reconocimientos a nivel mundial, como el informe del Airport Carbon Accreditation de la oficina regional de la ACI, que destacó las iniciativas de El Dorado en cuanto a eficiencia energética y gestión de carbono.
La meta a corto plazo es instalar más paneles solares, así como terminar de reemplazar por LED el 15 % de luminarias restantes, con lo cual estiman tener un ahorro anual de energía equivalente al consumo de electricidad de 1.235 casas. Para 2025 y 2028, el objetivo es reducir los gases de efecto invernadero en un 18 % y 48 %, respectivamente.
“Todos somos responsables de la mala calidad del aire, los ciudadanos, los sectores público y privado, y como actores todos debemos intervenir para reducir tanto nuestra huella de carbono como nuestra huella ambiental. Por eso es muy bueno que el sector privado esté preocupado por el tema. Si queremos mejorar la calidad del aire en Bogotá, todos tenemos que actuar”, agregó el profesor Belalcázar.
El cambio climático no da tregua y mitigar los efectos de esta problemática, tanto en el medio ambiente como en la salud humana, solo será posible en la medida en que todos los actores de la sociedad tomen conciencia y aporten con un cambio de mentalidad y comportamientos. Migrar a energías renovables y tecnologías limpias, como lo está haciendo El Dorado, es un paso fundamental en esta dirección.