Un total de 20 familias de campesinos e indígenas del departamento de Vichada, trabajan en un proyecto de siembra de árboles de marañón, que no solo les permite mejorar su calidad de vida, sino trabajar en la restauración y conservación de ecosistemas clave en esta región del país.
Se trata de una iniciativa sostenible impulsada por las empresas Kardianuts y Alpina, en la que esperan terminar este año con 100 hectáreas sembradas, las cuales están representadas en unos 12.500 árboles de marañón. El objetivo es para el 2025 trabajar de la mano de 100 familias de la zona, con la meta de cultivar 500 hectáreas.
Se estima que la plantación fomentada por este proyecto permitirá la restauración y preservación del ecosistema local y aportará a la recuperación y protección de la biodiversidad de la región. Cada árbol tiene la capacidad de absorber aproximadamente dos toneladas de CO2 al año y no requiere de fuentes adicionales de agua, reduciendo su impacto medioambiental.
“Desde hace tres años, le estamos apostando al desarrollo rural integral con proyectos de alianzas equitativas con pequeños productores que faciliten el acceso a capital, tierra, asistencia técnica y un enlace justo al mercado. En el Vichada la apuesta es a que la tierra sea productiva, por esto el otro año tendremos una planta de producción para proveer a Alpina y exportar marañón libre de agroquímicos para el mundo”, comentó Juan Pablo Muriel, gerente general de Kardianuts.
El objetivo de Alpina es abastecerse de marañón ciento por ciento colombiano y por ello se alió con esta empresa, cuyo trabajo se centra en el desarrollo sostenible de las áreas rurales del país por medio de la producción agrícola responsable.
El proyecto de Kardianuts nació en el 2017 y el trabajo comenzó concretamente en el 2018 en este departamento de la Orinoquia. Sin embargo, la alianza con Alpina se definió este año.
Preservación de importantes ecosistemas
Con el proyecto, que se desarrolla cerca a Puerto Carreño, se están preservando ecosistemas como bosques de galería inundable y no inundable, morichales y sabanas naturales. Como el árbol de marañón es endémico de la región de la Orinoquia y el norte de Brasil, es hábitat para muchas especies nativas.
También, su siembra lucha contra la deforestación y quema de sabana en la región, una problemática que ha causado erosión y empobrecimiento de los suelos. Se trata de un árbol que aporta a la recuperación de áreas erosionadas y a la captura de carbono en una región que está en alto riesgo por el cambio climático.
Para el desarrollo de este proyecto trabajan con tres grupos de productores: campesinos sin tierra, campesinos con tierra y comunidades indígenas. A través de la asociatividad de estos grupos y de facilitarles el acceso a capital, tierra, asistencia técnica y un enlace justo al mercado, unen la tierra a procesos productivos para generar volúmenes que sean competitivos en el mercado nacional e internacional y crear oportunidades para la seguridad alimentaria y económica en este departamento.
Por lo pronto, la iniciativa se desarrolla en los alrededores de Puerto Carreño, pero no se descarta la posibilidad de que pueda extenderse a otros municipios de Vichada.
En la zona en donde se lleva a cabo habitan varios pueblos indígenas, entre ellos: guahibos, sicuanis, piaroas, piapocos, cubeos, puinaves, amoruas y salivas.
Recientemente, la compañía de lácteos lanzó la línea “origen vegetal”, que cuenta con cinco productos: bebida de marañón, bebida de marañón sin azúcar Finesse y 3 cuchareables tipo griego. Mientras la producción en el Vichada está lista, Alpina producirá sus primeros lotes con pasta de marañón importada.
“De la mano de Kardianuts, estamos desarrollando este proyecto en el Vichada en línea con nuestro compromiso de desarrollar el campo colombiano, sembrando oportunidades en comunidades históricamente desatendidas”, señaló Cristina de la Vega, directora ejecutiva de Alpina.