La población de estos animales se ha venido reduciendo en el país. Esta es una de principales conclusiones del Primer Censo Nacional de Cóndor Andino, en el que se registraron 63 animales a lo largo y ancho del territorio nacional.

En el censo, que se llevó a cabo entre el 15 y el 17 de febrero, participaron 207 personas voluntarias, ubicadas en lugares estratégicos de hábitat de estas aves, quienes recibieron capacitaciones virtuales, con el apoyo de organizaciones como la Fundación Neotropical, Parques Nacionales, WCS y WWF, entre otras.

La observación se realizó desde 84 puntos en todo el país, ubicados en la Sierra Nevada de Santa Marta y sus estribaciones, la Serranía del Perijá, en páramos de los Andes Nororientales (Santander, Norte de Santander y Boyacá, incluido el Parque Nacional Natural el Cocuy), el Corredor Guantiva - La Rusia, los páramos de la zona centro, el Parque Nacional Natural Los Nevados, Parque Nacional Natural Puracé y el Resguardo Indígena Chiles, en inmediaciones con Ecuador.

El cóndor de los Andes es una de las especies en peligro crítico de extinción en Colombia. Foto: Parque Jaime Duque.

Los primeros resultados de esta actividad señalan la presencia de al menos 63 cóndores en el país, avistados en 44 de los 84 puntos dispuestos, y una tendencia leve a favor de los machos.

Los análisis de los resultados, producto de las observaciones, indican que por cada hembra hay 1,3 especímenes del sexo opuesto, lo que calificaron los expertos como una proporción relativamente balanceada.

Más adultos que jóvenes

En cuanto a la edad, hay más cóndores adultos que inmaduros, pues por cada adulto se registraron 0,43 jóvenes. Estos datos generan una primera alerta por la aparente baja presencia de individuos inmaduros (subadultos y juveniles) en las poblaciones, lo que podría afectar los ciclos reproductivos de esta población de aves.

Con respecto a las zonas de avistamiento, la mayor cantidad de registros se realizó en la región de los Andes Nororientales y, en segundo lugar, en el Caribe. En la zona centro del país no se registró ningún cóndor, pese a tener varios puntos de monitoreo, según informaron los responsables de la actividad.

Por lo menos 30 cóndores habitan en la zona del páramo del Almorzadero, en Santander. Foto: Parque Jaime Duque

La metodología utilizada para adelantar la medición fue la de censo simultáneo que consiste en un gran número de observadores ubicados en diferentes partes del país registrando simultáneamente la cantidad de cóndores avistados en cada uno de los puntos.

Además, trataron de identificar el sexo y la categoría de edad de cada uno de los individuos. Con ello, se pretende generar información actualizada sobre el estado de sus poblaciones en el territorio nacional y así orientar estrategias que faciliten su conservación.

Fausto Sáenz, director científico de la Fundación Neotropical, una de las organizaciones que lideró el proceso, señaló que “el Censo Nacional de Cóndor Andino es la primera iniciativa que permite integrar la participación de comunidades rurales, indígenas y observadores de aves expertos en torno al registro de información poblacional relevante para la conservación de una especie amenazada”.

Manifestó que los resultados permiten comprender la tendencia poblacional de esta especie y la necesidad de continuar con este tipo de mediciones en el futuro para poder contar con información actualizada que sea útil para orientar estrategias y acciones efectivas para conservar a largo plazo a la especie.

“La institucionalización de esta iniciativa, haciendo de ella más que un ejercicio voluntario de unas pocas organización, y con una plataforma en la que puedan reposar los datos e irse actualizando, robustecería mucho el ejercicio y garantizaría que cada vez sea más pertinente para las estrategias de conservación del cóndor”, aseveró.

Foto: Fundación Neotropical

Carlos Mauricio Herrera, especialista en Áreas Protegidas y estrategias de conservación de WWF Colombia, argumentó que “aunque estos resultados deben ser contrastados con nuevos censos, la posible disminución de la especie tiene que ser revertida a través de estrategias y acciones puntuales entre diferentes organizaciones y entidades para mejorar la condición de esta especie tan importante para el país”.

La mayoría de los avistamientos durante el censo se registraron en áreas protegidas o en zonas muy cercanas éstas. “Los datos nos están demostrando que los esfuerzos de conservación que se adelantan en estos sitios sí están sirviendo para el mantenimiento de las especies y tendrían que ser tenidos en cuenta en el fortalecimiento y las estrategias que se implementen para la conservación del cóndor”, agregó Herrera.

Cóndores reintroducidos

Otro asunto de interés para los expertos y participantes del censo fue la identificación de cóndores que estaban en cautiverio y que, posteriormente, han sido liberados en sus hábitats.

En esta tarea, solo se avistaron 9 especímenes en el Parque Nacional Natural Puracé y el Parque Nacional Natural de Los Nevados. Se cree que muchos de los 71 cóndores reintroducidos desde finales de los ochentas en Colombia han perdido la marquilla que los identificaba. El último dato sobre ellos es del 2010, año en el que se confirmó la supervivencia de 39. Esto evidencia el gran vacío de información que hay con relación a la población reintroducida.

Durante el censo, se observaron comportamientos reproductivos en la Serranía del Perijá que podrían indicar un nido activo en la zona. De ser cierto, el hallazgo permitirá ahondar en el conocimiento de la biología reproductiva de la especie. Asimismo, identificaron dos parejas de cóndores en el Parque Nacional Natural Los Nevados. En el pasado se había contado solo una.

El censo fue un proyecto voluntario con participación de las comunidades locales y, en general, de la ciudadanía. “Es la primera iniciativa de este tipo y más con una especie con alta capacidad de movimiento como el cóndor, y contar con la ciudadanía es necesario para generar datos que nos indiquen esas tendencias poblacionales”, afirmó Fausto Sáenz. Resaltó la labor de las comunidades indígenas que fueron claves en la recopilación de datos y la identificación de los puntos de observación.

El páramo del Almorzadero en Santander es uno de los epicentros del cóndor de los Andes. Foto: Fernando Castro.

Los observadores que hicieron parte de este proyecto resaltan su importancia. “Para nuestras comunidades indígenas el cóndor andino, es el guardián de la montaña, ave insignia de Colombia. Fue muy especial participar en el primer censo nacional, una experiencia significativa, que me motiva a la conservación de esta ave sagrada, y como habitante de la sierra Nevada de Santa Marta, me siento en la necesidad de promover y resguardar su existencia”, manifestó Tony Cala, observador de Aves de San Pedro de la Sierra, Sierra Nevada de Santa Marta.

Por su parte, Lorena Martínez, observadora en el municipio de Jericó, Boyacá, indicó que se trata de una gran iniciativa de seguimiento del cóndor andino que contó con la participación de observadores voluntarios de Nariño y de Boyacá.

“Contamos con el apoyo de Corpoboyacá durante el desplazamiento hacia los puntos de observación. Las jornadas permitieron estimar la cantidad de individuos, su comportamiento, sitios de nidación y refugio. Seguir conociendo de cerca de una especie sombrilla como lo es Vultur gryphus, es importante para continuar con los procesos de conservación.

Este proyecto fue liderado por la Fundación Neotropical, Parques Nacionales Naturales, WCS, la Fundación Hidrobiológica George Dahl y WWF y contó con el apoyo de diversas instituciones como las Corporaciones Autónomas Regionales de Santander, Caldas, Nariño, Cesar, Boyacá, Corpoguavio y la CDMB.

De igual forma, de esta iniciativa participaron la Gobernación de Santander, el Instituto Humboldt, el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, la Pontificia Universidad Javeriana, y la Universidad del Magdalena. A ellas se sumaron otras organizaciones no gubernamentales como The Peregrine Fund, Fundación Cóndor Andino Ecuador, ProCAT, la Fundación BioInn, la Sociedad Ornitológica del Nororiente Andino y la Asociación Colombiana de Ornitología, entre otras.