La contaminación con plásticos es una de las mayores problemáticas medioambientales que enfrenta el mundo. Las últimas proyecciones apuntan a que si no se actúa ya, el flujo anual de estos materiales que llegan al océano se triplicará en el año 2040.
En este momento se calcula que son en promedio 11 millones de toneladas las que llegan cada año a los mares, y la cifra puede llegar a 29 millones de toneladas en las próximas dos décadas, de acuerdo con una investigación contratada por el centro de estudios The Pew Charitable Trusts, que alerta sobre los fuertes impactos en el mar por el mal manejo de los desechos.
Para la Organización de Naciones Unidas, la problemática es grave dado que se trata de un componente que está presente en millones de productos que se importan y exportan. Lo preocupante es que de acuerdo con el organismo multilateral no existe una política internacional coordinada que permita hacer frente y tener un buen manejo de estos materiales.
Lo más complejo es que se trata de un problema que se presenta desde hace muchos años y por ello es necesario tomar acciones que permitan mitigar ese impacto. En 2011 la organización Plastic Free Foundation propuso un proyecto para invitar al mundo a reducir su consumo de plástico, esa iniciativa se llamó Plastic Free July (Julio sin plásticos), un movimiento que tiene como objetivo incentivar a que millones de personas sean parte de la solución de la contaminación de plásticos.
Según Plastic Free Foundation, esta estrategia ha vinculado a alrededor de 365 millones de personas en 177 países a dejar de consumir plásticos al menos por un mes.
¿Por qué es tan importante reducir el uso de plástico?
Los plásticos son productos altamente contaminantes que permanecen en el medio ambiente durante cientos de décadas, poniendo en riesgo la vida silvestre y liberando toxinas que afectan el ambiente. Como si esto fuera poco, también tienen incidencia en el calentamiento global debido a que la mayoría están elaborados con sustancias químicas que provienen de la producción de combustibles fósiles que calientan el planeta.
Teniendo en cuenta esta realidad se puso en marcha esta estrategia que se activa todos los años con el fin de evitar el consumo de plásticos de un solo uso durante julio, buscando reducir la basura que producen estos materiales tras ser utilizados y luego tirados a los ecosistemas.
Se estima que en este mes del año pasado, un total de 326 millones de personas alrededor del mundo se unieron al desafío, desde 177 países. Además 8.5 de 10 personas han construido cambios que se volvieron hábitos o incluso una forma de vida.
Desde este movimiento también alientan a millones de personas a ser parte de la solución al buscar o brindar recursos e ideas para ayudar a reducir los desechos.
La problemática no es menor. La sobreproducción de artículos hechos en plástico, especialmente aquellos diseñados para un solo uso, hacen que no se recicle y recupere la cantidad de plástico que se produce inicialmente. La mayoría termina en vertederos en la tierra o descartado en el agua, perjudicando el equilibrio de los ecosistemas y de la biodiversidad que la habita.
A medida que pasa el tiempo y se va degradando se liberan miles de partículas de microplásticos en el ambiente, las cuales han llegado a superficies tan lejanas como el Ártico.
Así las cosas, si se cumple el objetivo, al finalizar el mes, muchas personas habrán incorporado, al menos, una nueva costumbre que minimice el impacto negativo en el medio ambiente, y habrán cambios en los hábitos a largo plazo a la vez que comenzarán a vivir de una manera más sustentable y amigable con el planeta.
Consejos prácticos
Algunos consejos que pueden tenerse en cuenta para ser parte de esta toma de conciencia:
- Utilizar botellas y tazas reutilizables, que se puedan recargar.
- Llevar siempre bolsas reutilizables para realizar compras.
- Convertir la higiene menstrual en una más ecológica, eligiendo alternativas reutilizables.
- Minimizar la compra de productos empacados en envases desechables.
- Reutilizar al máximo los elementos que se consumen para generar menos residuos.
- Cambiar globos y otras decoraciones de un solo uso por otras reutilizables y eco-amigables.
- Concientizar: cuidar el planeta es una tarea que se hace en conjunto, por lo que se puede compartir la experiencia en torno al tema.