Tras realizar un análisis forense minucioso a cada uno de los cuerpos de los cóndores que fueron hallados muertos en inmediaciones del páramo del Almorzadero, los expertos determinaron que la causa principal de la pérdida de la vida de estos ejemplares sí se dio por envenenamiento.
Julio Aguirre, decano de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Corporación Universitaria Remington, de Medellín, en donde se practicaron los análisis, dijo que tras el estudio forense de los tres cuerpos de los animales hallados el pasado 30 de mayo, en Santander, se concluyó que la principal causa fue el consumo de carroña envenenada.
El informe, que se dio a conocer este miércoles en un Facebook Live presidido por el director de la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS), Alexcevith Acosta, indica además que los cuerpos presentaban golpes contundentes, posiblemente producto de la caída mientras realizaban sus procesos de vuelo.
El especialista informó que se logró determinar que en los dos cóndores adultos, una hembra y un macho, encontraron la presencia de tóxicos como organofosforados, anticoagulantes y piretrinas, mientras que el otro cuerpo de un cóndor juvenil macho tenía anticoagulantes y piretrinas.
Análisis de resultados
La necropsia realizada al cuerpo de la hembra mostró que se trataba de un animal que podía tener entre 10 y 12 años de edad, con un buen estado de salud y unas condiciones estables. Sin embargo, tenía un proyectil en su extremidad izquierda que no estuvo relacionado con la causa de muerte inmediata pues es un impacto que registrado por lo menos cuatro meses atrás. Se trató, explicó, el experto, de una interacción negativa con una persona que accionó un arma neumática o de fuego.
Aguirre informó que al analizar el tubo digestivo del animal, se encontró carroña en descomposición tardía ya que había larvas en estado avanzado.
Los análisis del cuerpo de la hembra también permitieron evidenciar un hematoma causado por un traumatismo contundente debido a un contacto de alta intensidad con un elemento inerte como un árbol, una piedra o el suelo. Si bien esto no le generó la muerte inmediata, sí le propició un sangrado interno que condujo a que se presentara una anemia aguda.
Necropsia del cóndor macho adulto
Sobre el cóndor macho adulto, que se estima podía tener entre 15 a 17 años, Aguirre dijo que mostraba una buena condición corporal y sobre el pico y los orificios naturales hallaron emisión de un material marrón. “En diferentes puntos del pico había sangre generalizada”.
La investigación sobre este ejemplar debió acelerarse debido a que los órganos internos evidenciaban el inicio de descomposición. En el tubo digestivo de este animal tenía carroña con características diferentes a la hallada en el cuerpo de la hembra. En este caso, la carne era más fresca y correspondía a parte de la cabeza y del cuello de un pequeño rumiante.
“En la disección del abdomen notamos que también hay un hematoma, un trauma más contundente que generó que las vísceras tuvieran un colapso mayor que en la hembra”. Dijo, además, que el corazón tenía ruptura al parecer por un golpe con el piso o una piedra generando la muerte casi inmediata.
Para el caso del tercer animal, un cóndor juvenil de unos 12 meses de vida, se concluyó que presentaba unas condiciones corporales disminuidas no aptas para su edad, cubierto con piojos debido al contacto con el suelo debido a que no podía volar.
Tenía una fractura superior a los dos meses en uno de sus huesos, úlceras y material sanguinolento en las fosas olfativas.
Las pruebas de toxicología concluyeron que en el cóndor 1 y 2 había organofosforados, anticoagulantes y piretrinas y en el cóndor 3 fue positivo para anticoagulantes y piretrinas.
Panorama poco alentador
El director de la Fundación Neotropical, Francisco Ciri León, recordó que desde 2013 a la fecha han muerto de manera violenta 9 cóndores en el páramo del Almorzadero. De estos, 8 han sido envenenados y dos de ellos lograron recuperarse. Uno más murió por un disparo de arma de fuego.
Sin embargo, para este experto, es posible que hayan sido más los animales muertos en la zona. “No estamos seguros que sean los únicos envenenados”.
Si bien la muerte de estos animales es una tragedia para la especie y para el país, pues la población de esto animales está disminuyendo, los expertos indican que es importante aprovechar este revés para sacar lo positivo y es que estos análisis servirán para determinar lo que realmente sucede alrededor de esta especie y cómo se puede trabajar de manera articulada para protegerla y conservarla.
El director de la CAS confirmó que los cuerpos de estos animales serán donados para realizar investigación científica al Instituto Humboldt, la Universidad Nacional y la Universidad Industrial de Santander.