Un total de 8 babillas, que habían sido capturadas por pescadores de la zona en el Santuario de Flora y Fauna Ciénaga Grande de Santa Marta, fueron rescatadas por guardabarques de esta área protegida, quienes en medio de sus recorridos de prevención, vigilancia y control advirtieron la presencia de los animales en una canoa.

Cuando se movilizaban por la parte sur del Santuario, los funcionarios de Parques Nacionales se acercaron a una de las embarcaciones, en donde notaron un saco al interior de la embarcación en donde algo se movía. Al validar que algo no estaba bien, procedieron a revisar y encontraron a los animales que fueron decomisados de manera inmediata.

Una vez recuperados los ejemplares, el equipo del Santuario realizó un proceso educativo con los pescadores, en el que les hablaron sobre la importancia de estos animales reguladores como reguladores de otras especies de fauna que se ubican por debajo en la cadena alimenticia y su papel fundamental en el control y mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas.

Después de terminar los recorridos que estos funcionarios realizan a diario, procedieron a dejar los animales en libertad en un sector alejado de la presencia humana y de aguas más profundas dentro del área protegida, con el objetivo de garantizar su protección y permanencia en el lugar.

De acuerdo con la información dada a conocer por Parques Nacionales, es frecuente que en los recorridos los guardaparques se encuentran con los pescadores en sus jornadas de faena de pesca de subsistencia. Los funcionarios aprovechan la oportunidad para acercarse a las canoas y brindarles información sobre las actividades no permitidas dentro del Santuario, así como para conocer sobre las posibles situaciones que puedan afectar al área protegida o sus zonas de influencia y de esta forma actuar de manera oportuna.

Alejandro Bastidas, jefe del santuario indicó que estos animales son determinantes los procesos de conservación de este ecosistema que está conformado por manglares y humedales. “De esta manera se contribuye a garantizar procesos de conservación de las especies como parte de las labores misionales que desarrollan los guardaparques de manera permanente”.

Las babillas son clave para lograr el equilibrio de los ecosistemas. | Foto: Parques Nacionales Naturales

Precisamente, con el fin de mitigar la presión que pueden ejercer los habitantes de la zona sobre algunas especies, los guardaparques están realizando jornadas de trabajo en conjunto con las familias de la comunidad de Santa Rita (municipio de Remolino-Magdalena) para fortalecer sus conocimientos en relación con la importancia de conservar las especies de fauna silvestre que habitan en el área protegida.

La importancia de las babillas

La babilla es una especie nocturna que durante el día se asolea en bancos y playones de los ríos y ciénagas. Las crías y juveniles, que normalmente son menores a un metro, se alimentan principalmente de crustáceos, moluscos e invertebrados terrestres.

Posteriormente, cuando crecen y alcanzan longitudes de aproximadamente 120 centímetros, consumen otros grupos de animales, como aves, reptiles, anfibios, pequeños mamíferos y peces, siendo este último el grupo más frecuente en su dieta.

Estos reptiles son evasivos y tienden a ocultarse al sentirse en peligro. También, son territoriales y manejan un sistema jerárquico dentro de la población, el cual se mantiene por una serie de señales auditivas, visuales y químicas.

Estas especies cumplen una función de control fundamental en los ecosistemas marino-costeros en los que habitan como en este caso, el Santuario de Fauna y Flora Ciénaga Grande de Santa Marta.