Como un baldado de agua fría cayó entre los habitantes del municipio de Gigante, en el Huila, el desplome de la “ceiba de la libertad”, árbol emblemático de esta población que se fue al piso en la madrugada de este viernes, al parecer por daños en su estructura interna, según reportó la propia comunidad.

Este imponente árbol, que tenía 170 años, cubría con sus ramas la totalidad del parque central de esta población y se había convertido por sí solo en un símbolo local y regional, además de ser uno de los atractivos turísticos del lugar.

Imágenes, fotografías, pinturas y hasta canciones han hecho parte del reconocimiento que los giganteños y muchas otras personalidades e instituciones de esta zona del país han tributado a este árbol.

Según algunos historiadores esta ceiba fue sembrada el 5 de octubre de 1851, por orden del presidente José Hilario López para celebrar la firma de la Ley que abolía la esclavitud en Colombia.

Desde hace años, la ceiba venía generando preocupación, no solo entre los giganteños sino en los huilenses, debido a las afectaciones generadas por un hongo que penetró su raíz debilitando su tronco y propiciando un follaje escaso y enfermizo.

Sin embargo, producto del trabajo de expertos, el majestuoso árbol pudo recuperar su vigor y continuó siendo por algunos lustros más uno de los símbolos importantes del departamento, aunque esas afectaciones al final terminaron pasándole factura.

En 1990, el Ministerio de Comunicaciones y la Administración Postal Nacional emitió una estampilla en homenaje a la ceiba.

Según informaron habitantes del municipio, a primeras horas de la madrugada de este viernes un sonido estruendoso en la plaza principal despertó a varias personas del lugar, quienes rápidamente se percataron de lo sucedido, pues el frondoso árbol ya estaba en el piso.

Ese símbolo de libertad se doblegó debido a los años y a la infección que tenía en su tronco que inevitablemente le ganaron la batalla.

Alrededor de este árbol se tejieron todo tipo de leyendas. Por ejemplo, que cuando el mismo muriera volvería la esclavitud, otros decían que al gran árbol lo sostenía una columna de oro y que el pueblo se hundiría cuando éste desapareciera. También hablaban que debajo de este majestuosos árbol había una gran laguna que hundiría a Gigante cuando muriera.

Sin embargo, tanto los viejos como los jóvenes ya no creen que la muerte de la ceiba pueda traer las graves consecuencias en las que creyeron sus abuelos, lo que sí genera es tristeza debido a la importancia cultural y turística que tenía para los habitantes de esta zona del país.