El avistamiento de diferentes ejemplares en áreas protegidas del territorio nacional es clave no solo porque esto muestra la buena salud de los ecosistemas, sino porque permite determinar la presencia de especies nunca antes vistas en algunas regiones.
Esto sucedió precisamente en el Páramo Nacional Natural Pisba, en donde en el marco de los recorridos de prevención, vigilancia y control, así como los de monitoreo a la fauna silvestre, que realizan los guardaparques de esta área protegida, se logró por primera vez, el avistamiento de un ejemplar de mono aullador y el registro de dos pumas juveniles que se encontraban jugando a altas horas de la noche.
Aunque en los recorridos que se realizan diariamente en el área protegida se habían encontrado huellas de estas especies en los árboles y en los senderos, el equipo del Parque no había tenido la oportunidad de confirmar su presencia hasta ahora.
De acuerdo con información suministrada por Parques Nacionales, verificar la existencia de estas especies es un logro muy importante, ya que cada especímen que se logra registrar al interior de esta área ratifica que los diversos esfuerzos de protección que se adelantan están funcionando.
Indican, además, que el lugar se encuentra en un muy buen estado de conservación, brindando corredores ecológicos para las diferentes especies de fauna que allí habitan o que se encuentran en su zonas de influencia. De acuerdo con los registros de la entidad, en esta zona habitan también el oso andino, una de las especies más emblemáticas de los páramos, además de tigrillos, venados, aves y los pumas.
Área estratégica
Para esta área protegida se documentan 32 especies de aves, más de 16 de mamíferos y 8 de anuros. De esta lista, cerca de 20 especies tienen importancia para la conservación ya sea por su endemismo o grado de amenaza al nivel nacional o mundial.
En términos de hábitats para las especies de aves, el PNN Pisba alberga un complejo lacustre de alta montaña único, que constituye un paso obligatorio de aves migratorias a lo largo de la Cordillera Oriental, por lo que ha sido declarado zona Área de Importancia para la Conservación de la Aves.
Este parque nacional tiene una localización estratégica ya que es el punto de nacimiento de importantes ríos como: Cravo Sur, Pauto, Tocaría, Pisba, Arzobispo, Cadillal y quebradas como El Tirque, La Colorada, Culebriada, El Santuario y La Australia, entre otras.
El sistema lacustre del Parque comprende una serie de 35 lagunas de origen glacial, de diferentes tamaños, que se localizan entre los 2.400 y 3.800 metros de altitud. Este sistema representa un importante regulador hídrico tanto para el área protegida, como para las dos vertientes que posee: Magdalena y Orinoquia, pues de él nacen un tercio de las quebradas que surten las microcuencas.
Este lugar constituye un área representativa de los ecosistemas de páramo, subpáramo y bosque altoandino del nororiente de Boyacá conformando el llamado corredor Biológico Tota-Pisba-Cocuy.
Posee elementos únicos y de gran relevancia que realzan su importancia en el contexto de la conservación de la biodiversidad de la Cordillera Oriental, debido a que en el lugar se encuentran diferentes especies de frailejones entre los que se pueden mencionar siete endémicas para el Parque: Espeletia pisbana, Espeletia episcopalis, Espeletia lopezii, Espeletia mutabilis, Espeletia ariana, Espeletia jaramilloi y la Espeletia Formosa.
En el corredor biológico Pisba- El Cocuy de esta área protegida también se pueden localizar especies como la Espeletia boyacensis, Espeletia brassicoidea, Espeletia curialensis, Espeletia congestiflora, entre otras y se hallan relictos de bosque de Polylepis quadrijuga, y especies de Romero.
Desde el punto de vista histórico, el Parque Nacional Natural Pisba se caracteriza por que al interior se encuentra un trayecto del camino que le dio paso a la tropa libertadora hacia el interior del país, donde se libró la Batalla del Puente de Boyacá y le dio la libertad al país.