“Una red mundial de sensores conectados mediante tecnología inalámbrica a computadoras que analizan los datos, dará a las empresas de todo el mundo una mayor cantidad de información y visibilidad sobre cómo funcionan las personas, los dispositivos y los sistemas”.
De todas las definiciones que uno puede encontrar y que se relacionan con las empresas inteligentes, esta caracterización escrita en un artículo de CIO en México es de las que más me gustan y me parecen apropiadas. Habla de tecnologías, habla de analizar los datos y lo que es el punto primordial: habla de contar con la inteligencia de entender cómo funcionan las personas, los dispositivos y los sistemas.
Una empresa inteligente, según las diferentes definiciones y pensando en la generación de impacto positivo para la humanidad, sería la que sepa utilizar esa nueva inteligencia que hoy pueden proveer los datos para su propio beneficio y el de todo el entorno con el que se pueda llegar a relacionar.
Desde hace varios años se viene hablando de empresas inteligentes, un término incluso que se ha vinculado con las denominadas por algunos como Industrias 4.0 o Fábricas 4.0, aunque para otros puedan tener marcadas diferencias.
En realidad, no importan tanto sus orígenes como el peso que tiene esa clasificación en cómo se concibe el mundo empresarial en la actualidad.
No hay ninguna empresa en esta era que no quiera ser inteligente, que no vislumbre transformarse digitalmente, potenciar la innovación y hacer parte de la Cuarta Revolución Industrial. Ese es el futuro que tienen aseguradas las empresas inteligentes.
Sabemos que la inteligencia empresarial hoy está dada por el poder de conocimiento y nivel de aprovechamiento que se obtienen de los datos, en lo que no hay mayor claridad es en el porqué, el cómo, quiénes y dónde obtener esa inteligencia.
El porqué está necesariamente ligado al quién. Si se trata, por ejemplo, de elegir razones de negocio para decidir por qué adoptar un proyecto de inteligencia analítica o inteligencia artificial, habrá organizaciones en las que lo fundamental sea identificar tendencias y patrones de consumo (en cuyo caso debe estar liderado por el CEO o por alguna de las áreas de negocio), pero si lo que más beneficio puede dar es una optimización de procesos, quien lidere debería ser el CIO o un área técnica.
En el cómo una empresa puede ser exitosa y volverse más inteligente adoptando la gestión de datos, la analítica y en general las soluciones de BI podemos coincidir en que es a través de la nube y preferiblemente bajo un modelo PaaS (cloud público).
Un reciente estudio hecho a más de 300 líderes directamente del área IT en Latinoamérica por IDC, evidencia que esa es la modalidad preferida por los gerentes, directores y líderes senior IT de las organizaciones, superando a otros modelos entre los cuales están las soluciones de gestión de datos en nubes privadas y las soluciones en IaaS (infraestructura como software).
Mientras que el qué está dominado por soluciones enfocadas en el análisis y las capacidades de inteligencia artificial en video (tipo Computer Vision), las soluciones de automatización de procesos para la toma más ágil y eficiente de decisiones por parte de los líderes, las soluciones que proveen gráficos de conocimiento y las que habilitan temas de reconocimiento de texto para múltiples aplicaciones.
Podemos decir que hay varios caminos para que las organizaciones adquieran esa inteligencia que requieren los negocios en la actualidad. Las maneras en que las empresas lo hagan puede ser decisiva para muchos en su futuro y crecimiento.
Lo que es definitivo es que toda organización que no se oriente hacia la cultura analítica y no adopte la gestión y aprovechamiento de datos como parte fundamental de su accionar, sin duda, está dejando de ser inteligente.