El teclado de una computadora es uno de los periféricos más utilizados y, a menudo, uno de los más descuidados en términos de limpieza, algo que puede llegar a ser muy peligroso para aquellas personas que utilizan este aparato.
Según estudios, los teclados pueden albergar más bacterias que un inodoro, convirtiéndose en un caldo de cultivo para gérmenes y suciedad. Las partículas de polvo, restos de comida y aceites de la piel se acumulan con el tiempo, lo que no solo afecta la apariencia del objeto, sino que también puede comprometer su funcionamiento.
Un teclado limpio no solo mejora la higiene personal, sino que también prolonga la vida útil del dispositivo. La acumulación de residuos puede afectar el rendimiento de las teclas y, en casos extremos, causar daños permanentes. Por lo tanto, es esencial adoptar prácticas de limpieza regular para mantener el teclado en óptimas condiciones.
Limpieza efectiva del teclado
- Desconectar y preparar: Antes de comenzar, es crucial desconectar el teclado de la computadora para evitar cualquier daño eléctrico. Si se trata de uno inalámbrico, retire las baterías. Colóquelo sobre una superficie plana y, utilice una lata de aire comprimido para eliminar las partículas sueltas entre las teclas. Esta herramienta es especialmente útil para expulsar el polvo y los residuos que se encuentran en áreas de difícil acceso.
- Retirar las teclas (si es posible): Algunos teclados permiten quitar las teclas individuales, lo que facilita una limpieza más profunda. Utilice una herramienta para retirarlas o un pequeño destornillador para hacer palanca suavemente y quitarlas. Tenga cuidado de no romperlas o los mecanismos subyacentes. Coloque las teclas en un recipiente con agua tibia y jabón y déjelas en remojo durante unos minutos. Luego, use un cepillo de dientes viejo para frotarlas y eliminar cualquier residuo persistente.
- Limpiar la superficie: Mientras las teclas están en remojo, limpie la superficie del teclado con un paño ligeramente humedecido en una mezcla de agua y alcohol isopropílico. Este líquido ayuda a desinfectar y eliminar la grasa acumulada. Para las áreas estrechas y difíciles de alcanzar, como los espacios entre las teclas, utilice un bastoncillo de algodón humedecido. Asegúrese de no empapar el teclado con líquido para evitar daños internos.
Una vez que las teclas estén limpias y secas, colóquelas de nuevo en sus posiciones correspondientes. Es posible que necesite consultar una imagen de referencia o una guía del fabricante para asegurarse de que estén correctamente posicionadas. Después de reensamblar el teclado, realice una prueba para asegurarse de que todas las teclas funcionen correctamente.
Para mantener el teclado limpio, es recomendable realizar una limpieza superficial semanalmente y una profunda mensual. Además, evite comer o beber cerca de este para minimizar la acumulación de residuos. Utilizar una cubierta protectora también puede ayudar a reducir la cantidad de polvo y suciedad que se acumula.
La limpieza regular del teclado no solo es una cuestión de higiene, sino también de funcionalidad y durabilidad del dispositivo. Recuerde que un teclado limpio es una parte esencial de un espacio de trabajo eficiente y profesional.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.