Los astronautas que forman parte de la misión Shenzhou 16 de China han regresado a la Tierra después de una estadía de seis meses en la estación espacial Tiangong.
Durante su tiempo en el espacio, los cosmonautas desarrollaron un experimento que hizo posible cultivar verduras en un entorno con microgravedad, experiencia que representa un avance significativo en el campo de la exploración espacial, especialmente para una eventual colonización de otros planetas.
Cultivo de verduras en microgravedad
Los resultados obtenidos en la misión Shenzhou 16 han demostrado que sí es viable cultivar alimentos en el espacio exterior, lo cual supondría un enorme progreso para la eventual planeación de misiones de larga duración y la colonización de otros planetas.
Para lograr este experimento, la estación espacial china Tiangong fue equipada con dos sistemas diseñados específicamente para el cultivo de vegetales en el espacio.
El primero de estos sistemas entró en funcionamiento a finales de junio. Gracias a él, ha sido posible cosechar cuatro lotes de lechugas. El segundo sistema se puso en funcionamiento a mediados de agosto y ha facilitado en el cultivo de tomates Cherry y cebollas verdes.
Con estos primeros avances, la raza humana habría adquirido los medios para producir alimentos en entornos con condiciones que no son similares a los de la Tierra. De manera que el hombre ya contaría con un conocimiento de base para experimentar con la creación de nuevas tecnologías que sean una fuente de alimentos frescos y nutritivos en grandes cantidades y sin la dependencia de los suministros terrestres.
Estos nuevos sistemas serían una parte fundamental en las futuras misiones que se realicen para llevar cosmonautas a Marte o planetas más lejanos, las cuales requieren años de viaje.
Futuro de la agricultura espacial
Yang Renze, investigador del Centro de Investigación y Entrenamiento de Astronautas de China, declaró para la prensa internacional que el proceso de crecimiento de los alimentos es similar al que ocurre en la Tierra, por lo que próximamente se probarán otros métodos que ayuden a acelerar el cultivo y que se logre a gran escala.
Renze comentó que para corroborar el estado de los cultivos espaciales, se estableció una muestra de control que fue cultivada en un entorno terrestre. Al crear una copia idéntica del sistema de jardinería en la Tierra, los investigadores crearon un entorno con el que pueden comparar y analizar el crecimiento y otros fenómenos que ocurran con los cultivos espaciales.
Este experimento no solo tiene implicaciones para la exploración espacial, sino que también puede tener un impacto positivo en la Tierra. Las tecnologías desarrolladas para cultivar alimentos en condiciones de microgravedad pueden aplicarse para abordar problemas de seguridad alimentaria y sostenibilidad en nuestro propio planeta.
Un paso más hacia la colonización de otros planetas
Los experimentos para encontrar un método efectivo para cultivar verduras en el espacio hacen parte de los diferentes trabajos científicos que se están adelantando para el desarrollo de sistemas innovadores que garanticen la supervivencia de los equipos de astronautas que viajarán hacia otros planetas.
Prueba de ello es el trabajo que un equipo de ingenieros Chinos están desarrollando para crear un robot cuya inteligencia artificial sea capaz de producir ladrillos empleando los minerales y otros componentes que se encuentren en la superficie del planeta en donde se encuentre.
Mediante esa tecnología, los astronautas contarían con una herramienta que les ayudaría a edificar las estructuras que serían la base para un proceso de colonización en otro mundo.
Así las cosas, estas innovaciones harían cada vez más factible la meta de que el hombre tenga otros hogares en el cosmos.
Es importante precisar que China no es la única nación que está trabajando en el campo de la exploración espacial, naciones como Estados Unidos y Rusia también están ejecutando experimentos dirigidos a garantizar la supervivencia de los seres humanos bajo las condiciones de un largo viaje por el espacio.