Recientes estudios han evidenciado que el planeta Tierra tiene las horas contadas, debido a que eventualmente el Sol se convertirá el verdugo de nuestro mundo y de todos los planetas que gravitan cerca a él.
Un estudio adelantado por expertos de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés European Space Agency), ha logrado generar un cálculo matemático que permitió establecer cuándo y cómo se produciría el fin de la vida en la Tierra.
La ESA, señala que el Sol está atravesando una fase de gran actividad causada por los gases que tiene en su núcleo y esa situación está produciendo una transición de hidrógeno a helio. Ese proceso hará que eventualmente la estrella emita más calor y brillo.
Así las cosas, con el paso de los años el ‘astro rey’ producirá más calor en donde irremediablemente irá produciendo cada vez más calor. Mientras pasan los siglos (próximos 10.000 y 11.000 millones de años) el Sol incrementará su tamaño, junto a la cantidad de energía que irradia en la Tierra y nuestro mundo pasará a enfrentar una nueva clase de olas de calor.
Esas temperaturas extremas podrían evaporar toda el agua que hay en nuestro mundo, de modo que el planeta se convertiría en una roca estéril donde ningún tipo de vida podría prosperar.
Luego de que el astro que nos brindó luz y calor pase a convertirse en una estrella roja gigante, este se encogerá hasta ser una pequeña y tenue estrella blanca, para ese momento todo el sistema solar será un lugar frío y más oscuro.
A causa de esta situación, varios astrónomos están usando potentes supertelescopios y la tecnología de inteligencia artificial para encontrar nuevos mundos que sean aptos para la vida humana, mientras que ingenieros especializados trabajan en desarrollar nuevos sistemas que permitan viajar y colonizar esos planetas que están en sistemas solares lejanos.
Debido a que la Vía Láctea, galaxia en la que se encuentra el planeta Tierra, alberga miles de millones de estrellas con planetas orbitándolas, los expertos creen que es muy posible encontrar un mundo con las condiciones necesarias para que la vida humana prospere ahí.
En el marco de esta apuesta, una de las principales preocupaciones de los científicos es la creación de naves espaciales con las capacidades necesarias para recorrer distancias colosales en el menor tiempo posible y garantizando la supervivencia de la tripulación.
Así serán las naves espaciales del mundo que podrían salvar a la humanidad
Inicialmente los ingenieros y astrofísicos han estimado que es necesario cambiar el concepto que actualmente se tiene sobre las naves espaciales que hoy en día posee la humanidad. Esto se debe que es necesario producir un vehículo cuyo diseño y capacidades tecnológicas le hagan capaz de viajar velocidades muy altas, llevar provisiones que duren miles de años, para así poder resistir las exigencias de un viaje en el espacio profundo.
Expertos creen que sería posible construir un tipo de vehículo espacial con la cualidad de utilizar la energía solar como recurso para alimentar los motores que le impulsan, esta máquina también necesitaría albergar una batería especial que pueda almacenar grandes cantidades de energía para así viajar por varios años sin depender de una estrella.
Otra alternativa que se ha puesto a consideración es acudir a la energía nuclear como recurso para impulsar la nave, esta opción requeriría diseñar un tipo de motor que incorpore reactores nucleares de alta potencia. Agregado a ello, sería necesario desarrollar un sistema que pueda controlar el calor y radiación que sistema generaría.
Pero además del sistema de propulsión, es necesario que la nave cuente con sistemas de soporte vital y suministros que garanticen alimento y agua para la tripulación durante los años que dure el viaje. Ingenieros estiman que sería necesario generar una sofisticada tecnología que permita cultivar alimentos y purificar el agua.
Finalmente, las naves espaciales deben incorporar mecanismos que protejan a la tripulación de los rayos cósmicos y la radiación solar, esto significa que se requiere encontrar un material que funcione como escudo ante esa potente energía.