Luego de que circulara información en la que se indicaba que un asteroide que se acerca a la Tierra impactaría a este planeta, a tal punto que eso se volvió tendencia en las redes sociales, la Administración nacional de Aeronáutica y el Espacio, NASA, lo desmintió.

La información había sido emitida por el científico Neil deGrasse Tyson, quien dijo que el asteroide 2018VP1, del tamaño de un refrigerador, impactaría contra la atmósfera terrestre. No obstante, el experto había manifestado que la caída de dicho asteroide podría causar en la Tierra daños menores, ya que lo más probable era que en su trayecto se desintegrara a causa de la velocidad de la caída, sin llegar a causar daños mayores.

También había dicho dijo que “el asteroide no es tan grande como para impactar con éxito en la superficie de la Tierra. A la velocidad que va –más de 40.555 kilómetros por hora– es como impactar de frente contra un muro”.

“El asteroide es muy pequeño. Mide aproximadamente dos metros y no representa ninguna amenaza para la Tierra. Hay una probabilidad del 0,41 por ciento de entrar en la atmósfera de nuestro planeta. En caso de hacerlo se desintegraría, debido a su tamaño extremadamente pequeño”, informó la NASA.

La NASA creó en su momento un programa para, en lo posible poder detectar el 90 por ciento de los cuerpos espaciales, asteroides, que orbitan cerca de la Tierra y cuyos diámetros sean superiores a 140 metros. Iniciativa que surgió a partir de una solicitud hecha por el Congreso de los Estados Unidos.

A propósito, un artículo publicado en Meteoritics & Planetary Science, indicó que la atmósfera terrestre es el mejor escudo contra los meteoritos. Esto ocurre cuando un meteoro se precipita hacia la Tierra, el aire a alta presión que se encuentra frente a él se filtra en sus poros y grietas, separando el cuerpo del meteorito y haciendo que explote.

“Hay un fuerte gradiente entre el aire a alta presión frente al meteoro y el vacío de aire detrás de él”, explica el coautor del estudio Jay Melosh, profesor de Ciencias Terrestres, Atmosféricas y Planetarias en la Universidad Purdue, en Estados Unidos. “Si el aire puede moverse a través de los pasajes del meteorito, puede entrar y hacerlo volar fácilmente”, añadió.

Sobre el supuesto asteroide que caería a la tierra el próximo lunes dos de noviembre, medios internacionales aseguran que este ha venido siendo vigilado por la NASA constantemente, una vez fue descubierto por el Observatorio Palomar en California en noviembre de 2018, por lo que se atrevieron a desmentir lo dicho por el científico Neil deGrasse Tyson, quien trabaja como investigador asociado en el Departamento de Astrofísica del Museo Americano de Historia Natural con sede en Nueva York, Estados Unidos.

Recientemente se vio un impresionante fenómeno cerca de Alemania y los Países Bajos cuando un meteorito rozó la atmósfera de la Tierra y se deslizó sin desintegrarse para después alejarse del planeta.

El evento fue captado en video por un equipo de astrónomos de la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) en el que se ve cómo una roca del espacio alcanzó una altitud de 91 kilómetros, muy por debajo de cualquier satélite en órbita, antes de “rebotar” nuevamente.

Un meteoroide es típicamente un fragmento de un cometa o asteroide que se convierte en un meteoro, una luz brillante que atraviesa el cielo, cuando ingresa a la atmósfera. La mayoría de ellos se desintegran, posiblemente con pedazos que llegan al suelo como meteoritos. Este afortunado visitante, sin embargo, no bajó lo suficiente para quemarse por completo y logró escapar de nuevo, solo rozando los bordes del escudo protector gaseoso del planeta.

La Agencia explica que este tipo de fenómeno no es usual, en comparación con los miles de meteoros que se registran en esta época del año y pudo ser registrado por las cámaras de la Red Global de Meteoros. Se trata de un proyecto que intenta realizar coberturas de los meteoritos y publicar alertas en tiempo real.