La aparición del chatbot de IA (inteligencia artificial) ChatGPT llegó con los temores de parte de algunos profesionales por la amenaza de que la inteligencia artificial pueda automatizar sus trabajos, hasta llegar al punto de desaparecerlos.

En ese sentido, de acuerdo con el Daily Mail, Zak Saidi, director creativo y líder de IA de la agencia creativa IZSRI, que ya usa IA para automatizar algunas tareas de escritura, el impacto de esta nueva tecnología afectará muchos sectores del mercado laboral en los próximos tres años.

Así las cosas, en su empresa utilizan ChatGPT para redactar contenido escrito y otras herramientas de inteligencia artificial para así conocer las tendencias en las redes sociales.

Esta herramienta llegó a los 100 millones de usuarios en únicamente dos meses después del lanzamiento, mientras que apps como TikTok duraron nueve meses en alcanzar dicha cifra, y aseguró una inversión de US$10.000 millones de Microsoft .

El logotipo de OpenAI se ve en la pantalla con el sitio web de ChatGPT. | Foto: Jakub Porzycki/NurPhoto

En ese sentido, los puestos de trabajo que se ven amenazados por esta nueva tecnología son los redactores publicitarios, los blogueros y quienes producen textos en línea, de acuerdo con Saidi.

“Trabajamos con muchos redactores publicitarios y ciertamente se habla mucho en la industria sobre el reemplazo de los redactores de contenido por tecnología de IA. ChatGPT es gratuito, los redactores no lo son; esperamos que más pequeñas empresas con conocimientos tecnológicos recurran a ChatGPT y sus contrapartes de IA cuando generan más contenido”, contó.

El sector minorista también se vería afectado, según dijo Saidi. “Como hemos visto, el personal de caja, los asistentes de servicio al cliente y los compradores personales están siendo reemplazados lentamente por bots de inteligencia artificial, impulsados por exactamente el mismo tipo de tecnología de aprendizaje artificial con la que funciona ChatGPT”.

Lo mismo sucede con los ingenieros de software y expertos en ciberseguridad, pues la herramienta tiene la capacidad de escribir código de computadora en lenguajes como Python.

Finalmente, se verían muy afectados los diseñadores gráficos y artistas visuales, debido a que herramientas como Dall-E, Stable Diffusion y Midjourney, ya que una es capaz de generar hasta dos millones de imágenes al día, y la otra, controversialmente, ganó un concurso de arte en la Feria Estatal de Colorado.

Vale la pena recordar que el 30 de noviembre de 2022 OpenAI hizo público ChatGPT, un sistema de inteligencia artificial diseñado para mantener conversaciones a través de texto escrito.

Su funcionamiento es muy sencillo. La persona pregunta y ChatGPT responde. Lo que hace a esta herramienta radicalmente diferente de otros chatbots disponibles es el grado de elaboración y realismo de las respuestas que ofrece. Es capaz de crear historias, escribir ensayos y realizar muchas otras tareas relacionadas con el lenguaje de manera similar a como lo haría un ser humano. Sus implicaciones sociales son aún desconocidas, aunque muchos ya hablan de una auténtica revolución.

Desde su lanzamiento hace apenas dos meses la popularidad de ChatGPT no ha hecho más que crecer exponencialmente. El contexto educativo es una de las realidades donde este fenómeno se ha hecho más evidente.

Recientemente, algunas universidades australianas han adoptado medidas ante los primeros indicios de que algunos estudiantes estaban utilizando sistemas de IA para la elaboración de ensayos académicos. Su propuesta: “volver al lápiz y el papel”. Otros centros educativos han prohibido a sus alumnos descargar la aplicación.

Un cambio en la evaluación

ChatGPT, de momento una herramienta gratuita y de acceso abierto, plantea numerosos retos para la educación. El primero y más evidente hace referencia a los sistemas de evaluación utilizados para determinar si un estudiante ha adquirido los conocimientos y competencias esperados.

ChatGPT no solo puede responder preguntas que simplemente exijan recuperar información (por ejemplo, recuperar un listado con los ríos de España); también puede relacionar e integrar información llegando a conclusiones nuevas. O, por lo menos, a conclusiones creíbles.

No importa cuán compleja sea la pregunta que se le formule al estudiante, con ayuda de ChatGPT podría responder potencialmente a cualquiera. Además, herramientas tradicionales de detección de plagio, como Turnitin, no sirven, ya que las respuestas ofrecidas por ChatGPT son novedosas.

Forma frente a contenido

La credibilidad de la información proporcionada es otro de los retos. Las respuestas elaboradas por ChatGPT siempre suenan plausibles, pero no siempre son precisas o están verificadas. Confiar excesivamente en esta herramienta puede conducir a errores y sesgos indeseables.

El logotipo de OpenAI se ve en la pantalla con el sitio web de ChatGPT en el móvil, el 8 de enero de 2023 en Bruselas, Bélgica. (Ilustración fotográfica de Jonathan Raa/NurPhoto a través de Getty Images) | Foto: Jonathan Raa/NurPhoto

Con la aparición de esta y otras herramientas similares se hace más urgente si cabe la adquisición de habilidades relacionadas con el pensamiento crítico. Contrastar la información, acudir a las fuentes originales, evaluar los posibles intereses asociados a una determinada información, etc. son prácticas que deberían formar parte de nuestra rutina intelectual.

Dependencia tecnológica y deterioro cognitivo

Otro de los retos para la educación puede ser su potencial impacto sobre la creatividad y el esfuerzo de los estudiantes. ¿Quién se va a esforzar en responder una pregunta si ChatGPT puede responderla de forma rápida y convincente?, ¿quién se va a esforzar por encontrar soluciones nuevas y creativas si el chatbot ya las proporciona?

Como algunos autores ya han advertido, el riesgo de incrementar la dependencia tecnológica y reducir el esfuerzo cognitivo son posibilidades reales.

Otros retos, no menos importantes, tienen que ver con la protección de la privacidad o la integridad académica a la hora de elaborar nuevos escritos. Pensar en la posibilidad de incluir esta herramienta como parte de la práctica educativa exige dar una respuesta a estos y muchos otros retos que todavía no somos capaces de identificar.

Paso atrás o adelante

A menudo, la velocidad con la que se suceden los cambios y desarrollos tecnológicos impiden una reflexión sosegada que permita adoptar las mejores decisiones. A menudo, la realidad se impone. Como ya se ha señalado anteriormente, algunas instituciones han decidido optar por la vía de la prohibición, volviendo a los exámenes tradicionales “con papel y lápiz” o a los exámenes orales.

Otras propuestas consideran que prohibir ChatGPT no tiene sentido. Se debe permitir su uso, a la vez que se desarrollan herramientas digitales de detección, en una suerte de “carrera armamentística de IA educativa”. Algunas iniciativas en las que ya se está trabajando son incluir marcas de agua en todos los textos generados por este tipo de tecnología, o programas de detección como GPT Zero.

Una tercera vía sería reflexionar acerca de las posibilidades que ofrece ChatGPT para promover aprendizajes significativos. ¿Se podría utilizar esta herramienta para aprender más y mejor? ¿Podría su uso incentivar la creatividad de las y los estudiantes, en vez de atrofiarla? ¿Se podría utilizar para mejorar el pensamiento, en una suerte de cognición o mente extendida?

Sí, es posible, y el ejemplo es la elaboración de este artículo. Su elaboración ha sido fruto de un diálogo continuo con ChatGPT, donde a través de preguntas y respuestas he ido encontrando y desechando ideas, seleccionando y mejorando algunas, descartando y eliminando otras.

Si todavía no nos convencen las posibilidades que ChatGPT ofrece, descifrar qué fragmentos de este artículo han sido escritos por este chatbot y cuáles no pueden ser un ejercicio útil. Quizás esta no sea la herramienta definitiva, pero lo serán otras. De nosotros depende formar parte del cambio o tratar, en vano, de impedirlo, según contó Carlos de Aldama, profesor e investigador especializado en Psicología del Pensamiento y de la Educación, Universidad Complutense de Madrid, en un artículo publicado en The Conversation.

Así mismo, la llegada de este chatbot ha despertado el temor de varias personas, ya que muchos expertos aseguran que varios trabajos podrían desaparecer entre los que destacan los siguientes:

Programación básica

Las personas que se dedican a la programación podrían ver en ChatGPT una oportunidad para automatizar algunos procesos de codificación, ya que esta IA cuenta con un nivel de programación básico.

Funciones jurídicas

De acuerdo con el portal Computer Hoy, los formularios, documentos jurídicos, contratos de alquiler y acuerdos de cooficialidad pueden ser redactados por este chatbot. En la actualidad ya existe un abogado robot, el cual escucha los argumentos del tribunal y formula respuestas para el acusado.

Soporte al cliente

ChatGPT puede brindar soporte a clientes a través de correos electrónicos y mensajes de texto. Además, este chatbot podría conectarse a base de datos de la empresa y obtener más información sobre sus clientes.

Trabajadores de fábrica

Los robots han ido incursionando cada vez más en las empresas. No obstante, existen diferentes actividades que los humanos no pueden realizar y que la inteligencia artificial sí, como realizar actividades repetitivas o peligrosas.

Analistas de inversión

La gran cantidad de trabajadores en el mundo financiero puede ser tediosa para las empresas. Además, los límites en la cantidad de información que un ser humano puede procesar puede llegar a que se comentan graves errores, motivo por el cual se espera que con la inteligencia artificial se creen algoritmos para programar de una forma más sencilla.

Chat GTP, usa una inteligencia artificial para responder dudas de los usuarios a través de texto. | Foto: Semana

Servicios de entrega

Este tipo de servicios ha crecido en los últimos años en la sociedad, razón por la cual se han implementado diferentes herramientas para acelerar el trabajo. Por ejemplo, la inteligencia artificial se ha encargado de plantear rutas de entrega; sin embargo, varias empresas están trabajando para que los productos sean entregados de una forma más rápida por medio de la inteligencia artificial.

OpenAI lanza una herramienta para evitar textos generados por ChatGPT

Este chatbot está siendo utilizado como un recurso para realizar consultas sobre diferentes asuntos e incluso el usuario puede acudir a esta herramienta para obtener consejos sobre finanzas, recetas de cocina, entre muchas otras.

ChatGPT es parte de los sistemas llamados Large Language Models (grandes modelos de lenguaje) que están basados en una tecnología de aprendizaje automático, es decir, que les dota de la capacidad leer, resumir, traducir textos. Además, pueden desarrollar la habilidad de predecir palabras futuras en una frase, lo que les brinda una fluidez para producir textos con una estructura similar a la que usan los seres humanos al hablar o escribir.

No obstante, algunos expertos han manifestado su preocupación por el uso equivocado que se le está dando a dicha plataforma, especialmente en la generación de ensayos y textos universitarios.

OpenAI ha escuchado dichas preocupaciones, motivo por el cual está trabajando en el desarrollo de una página web titulada “AI Text Classifier”, con el propósito de abordar este problema.

Esta nueva página se encargará de marcar el texto seleccionado como: “Muy improbable”, “improbable”, “no queda claro”, “poco probable” y “muy probable”, es decir, el grado en el que sea generado el texto por la inteligencia artificial.

Una inteligencia artificial ya puede imitar la voz de las personas. | Foto: Getty Images

Sin embargo, Sam Altman, director de OpenAI, indicó que se necesitan más de 1.000 caracteres para determinar dicho grado y que la página es propensa a cometer errores, pero que siguen trabajando para mejorarla.

Asimismo, existe la aplicación ‘Detector de salida GPT-2′, la cual permite pegar el texto en un cuadro y ver inmediatamente la probabilidad del resultado de si fue escrito por la IA. Otra aplicación que puede cumplir esta función es ‘GPTZero’, creada por Edward Tian, estudiante de la Universidad de Princeton.