Las últimas adiciones a las funcionalidades de este servicio, que están siendo introducidas en las versiones de pago, representan un avance significativo en la interacción entre los usuarios y la inteligencia artificial. OpenAI, la empresa detrás de esta innovación, ha habilitado la capacidad de mantener conversaciones con ChatGPT y, de manera aún más sorprendente, permite a los usuarios “mostrar” a la IA de lo que están hablando.
En palabras de la propia OpenAI, estas nuevas posibilidades de voz e imagen brindan a los usuarios una gama más amplia de aplicaciones para ChatGPT en su vida cotidiana. Imagina estar de viaje y encontrarte frente a un monumento icónico; ahora puedes tomar una foto y tener una conversación en tiempo real sobre sus aspectos más interesantes, todo gracias a la inteligencia artificial.
Pero las utilidades de estas nuevas funciones no se detienen ahí. Puedes tomar una foto del interior de tu refrigerador y obtener sugerencias instantáneas de recetas creativas basadas en lo que tienes disponible. Además, si tus hijos tienen problemas con sus tareas de matemáticas, simplemente toma una foto de los ejercicios y ChatGPT estará allí para proporcionar ayuda y orientación en la resolución de problemas.
La implementación de estas funciones de voz e imagen está programada para llegar a los usuarios de ChatGPT Plus y Enterprise en las próximas semanas, lo que abrirá un mundo de posibilidades en términos de comunicación y asistencia virtual.
Además, OpenAI tiene previsto llevar estas capacidades a los sistemas operativos móviles de Apple y Google en el futuro, lo que promete una integración aún más amplia y accesible en nuestras vidas diarias. Este avance marca un emocionante paso adelante en la convergencia de la inteligencia artificial y las experiencias humanas.
La firma, en un esfuerzo por llevar la autenticidad de las interacciones habladas a un nivel superior, ha recurrido a la participación de actores profesionales, lo que ha resultado en una notable mejora en la realismo de las conversaciones generadas por la inteligencia artificial.
Este enfoque demuestra cómo la combinación de tecnología punta y la habilidad interpretativa de los actores ha convergido para crear un nuevo estándar en la calidad de las interacciones entre humanos y máquinas.
La revolución de la inteligencia artificial generativa, que toma su nombre de su capacidad para generar texto, imágenes y contenido complejo a partir de datos previamente existentes, alcanzó la fama en el último año gracias a los logros notables de ChatGPT. Este sistema, que puede crear ensayos, poemas y mantener conversaciones completas a partir de breves indicaciones, ha demostrado la versatilidad y el potencial de esta tecnología.
No obstante, esta carrera hacia la excelencia en la inteligencia artificial no se limita a una sola firma. Grandes empresas tecnológicas como Google, Meta (anteriormente conocida como Facebook) y Microsoft están compitiendo arduamente para ingresar a la era de la inteligencia artificial generativa.
Estas gigantes tecnológicas, conscientes de los amplios beneficios que pueden derivarse de la inteligencia artificial generativa, han asumido una responsabilidad crucial en la forma en que abordan no solo las ventajas, sino también los desafíos y riesgos asociados con esta tecnología disruptiva.
La propagación de desinformación y la ciberdelincuencia son dos de las amenazas más apremiantes que han surgido con el avance de la inteligencia artificial generativa. La capacidad de crear contenido falso convincente y la automatización de ataques cibernéticos más sofisticados plantean preocupaciones significativas para la integridad de la información y la seguridad digital en nuestra sociedad interconectada.
Estas empresas líderes no solo se esfuerzan por aprovechar las ventajas comerciales y tecnológicas de la inteligencia artificial, sino que también trabajan activamente en el desarrollo de salvaguardias y regulaciones efectivas. Esto implica inversiones en investigación y desarrollo destinadas a mejorar la detección de contenido falso y técnicas de verificación de identidad, así como la colaboración con gobiernos y organizaciones internacionales para establecer estándares y prácticas que minimicen los riesgos.
*Con información de AFP.