ChatGPT es una herramienta de inteligencia artificial diseñada por OpenAI y a la cual Microsoft decidió apostarle para poder integrarla a su buscador Bing.
Desde su lanzamiento, esta IA ha estado en el ojo del huracán por el tipo de respuestas que ha ofrecido y por la necesidad que despertó en sus desarrolladores para poder limitarla, ya que, como era de esperarse, muchas personas intentaron darle un uso inadecuado haciéndole preguntas sobre delitos o actividades criminales.
Mientras todo esto sigue en discusión y los desarrolladores –no solo de ChatGPT, sino de otras inteligencias artificiales– piden una pausa para saber hacia dónde se dirige esta industria, han aparecido nuevas preocupaciones sobre este chatbot.
Esta vez los cuestionamientos se centran sobre su huella en el medioambiente, algo que muchos de los usuarios no contemplan al creer que simplemente se trata de una aplicación o de un software cuyo impacto ambiental es nulo.
Pues bien, diferentes investigaciones han llamado la atención sobre el excesivo consumo de agua que OpenAI, creadora de ChatGPT, debe utilizar para enfriar los servidores donde se almacena toda la información de la que dispone el bot.
Según un grupo de investigadores de la Universidad de Colorado Riverside y la Universidad de Texas Arlington, realizaron un informe en el que dejaron al descubierto la inmensa huella ambiental que está abriendo el famoso ChatGPT.
En el informe, titulado Making AI Less Thirsty, deja claro que no solo OpenAI necesita de una gran cantidad de electricidad, sino que requiere millones de litros de agua para mantener regulada la temperatura de sus centros de información.
En la investigación pudieron determinar que solo para el entrenamiento del GPT-3, Microsoft recurrió al uso de 185.000 galones de agua, lo mismo que se requiere para enfriar un reactor nuclear.
Al comparar estas cifras, los analistas indican que con esa cantidad de agua se pudieron producir 370 autos BMW o 320 autos Tesla; así mismo, hacen la comparación y señalan que si esta actividad se hubiese llevado a cabo en los centros de datos de Asia, que son mucho más grandes, esas cifras se hubiesen triplicado.
“ChatGPT necesita ‘beber’ [el equivalente a] una botella de agua de 500 ml para una conversación simple de aproximadamente 20-50 preguntas y respuestas. (...) Si bien una botella de agua de 500 ml puede no parecer demasiado, la huella hídrica total combinada para la inferencia sigue siendo extremadamente grande, considerando los miles de millones de usuarios de ChatGPT”, asegura el documento.
La inteligencia artificial que, aseguran, es mejor que ChatGPT y puede usarse gratis
Lejos de aproximarse a su final, la evolución de las IA sigue en proceso. Es más, el pasado 28 de marzo se lanzó Perplexity AI, un producto que aspira a convertirse en el competidor directo de ChatGPT. Se trata de una inteligencia artificial que ofrece la misma función de diálogo que el chatbot creado por OpenAI.
Perplexity AI opera como un motor de búsqueda conversacional, es decir, responde a las solicitudes o preguntas hechas por los usuarios. En ese sentido, su funcionalidad se asemeja a ChatGPT, un chatbot cuyas respuestas –a veces perturbadoras– le han dado la vuelta al mundo.
Si bien Perplexity AI mantiene varias similitudes con ChatGPT, también destacan algunas diferencias. Por ejemplo, el usuario tiene oportunidad de eliminar el historial de diálogos, lo cual actualmente es imposible en el producto de OpenAI.
Su operación es básicamente la misma que la de otros chatbots. Basta con escribir una pregunta en el espacio destinado para ello y pulsar el botón de enviar. Enseguida, la IA remitirá su respuesta, además de las fuentes consultadas y sugerencias para preguntas adicionales. Todo esto lo hará de manera gratuita.
Los elementos extra que ofrece esta IA han llevado a que algunos la consideren incluso más prometedora que ChatGPT; sin embargo, las opiniones son variadas. Por supuesto, en vista de que recién fue lanzada, lo más probable es que el producto siga teniendo desarrollos durante los próximos meses.