Un reciente estudio liderado por investigadores del MPS (Max Planck Society) y la Universidad de Graz ha revelado datos cruciales sobre la frecuencia de superllamaradas en estrellas similares al Sol.
Utilizando datos del telescopio espacial Kepler de la NASA, los científicos estiman que el Sol podría producir una superllamarada aproximadamente una vez por siglo. Este hallazgo, aunque sorprendente, podría tener implicaciones importantes para la comprensión de la actividad solar y sus posibles efectos en la Tierra.
¿Qué son las superllamaradas?
Las superllamaradas son eventos estelares extremadamente energéticos, capaces de liberar más de un octillón de julios en un corto período de tiempo. Estos fenómenos se manifiestan como picos breves y pronunciados de brillo en las observaciones de estrellas.
Aunque el Sol es una estrella relativamente estable, este estudio sugiere que podría experimentar eventos tan extremos con una frecuencia mayor de lo que se pensaba anteriormente.
El método detrás del descubrimiento
El estudio se basó en el análisis de datos de 56.450 estrellas similares al Sol, recopilados por el telescopio espacial Kepler entre 2009 y 2013. “No podemos observar el Sol durante miles de años”, explicó el Prof. Dr. Sami Solanki, director del MPS y coautor del estudio. “Sin embargo, observar el comportamiento de miles de estrellas similares al Sol durante cortos períodos nos ayuda a estimar la frecuencia de estos eventos”.
Para garantizar la precisión, los investigadores seleccionaron estrellas con temperaturas superficiales y brillo similares al Sol, descartando posibles errores como la radiación cósmica o el paso de asteroides. “En su conjunto, los datos de Kepler nos proporcionan pruebas de 220.000 años de actividad estelar”, destacó el profesor Dr. Alexander Shapiro de la Universidad de Graz.
Una superllamarada por siglo
Tras analizar cuidadosamente las imágenes, los investigadores identificaron 2.889 superllamaradas en 2.527 de las 56.450 estrellas observadas. Esto equivale a una superllamarada por estrella similar al Sol cada 100 años. “Nos sorprendió mucho que las estrellas similares al Sol sean propensas a llamaradas solares tan frecuentes”, comentó el Dr. Valeriy Vasilyev del MPS, primer autor del estudio.
Este resultado contrasta con estudios anteriores, que habían estimado intervalos promedio de mil o incluso diez mil años entre eventos extremos. La diferencia radica en la precisión del análisis actual, que pudo identificar la fuente exacta de las llamaradas y descartar estrellas con vecinos cercanos en las imágenes del telescopio.
Implicaciones para la Tierra
Si el Sol produjera una superllamarada, los efectos en la Tierra podrían ser devastadores. Estos eventos podrían dañar satélites, interferir con las comunicaciones globales y, en casos extremos, afectar la capa de ozono terrestre. Sin embargo, los estudios que buscan evidencia de tormentas solares violentas en la Tierra sugieren una frecuencia más baja, con eventos extremos ocurriendo aproximadamente cada 1.500 años.
“No está claro si las superllamaradas siempre van acompañadas de eyecciones de masa coronal y cuál es la relación entre ellas y los eventos extremos de partículas solares”, señaló el profesor Dr. Ilya Usoskin de la Universidad de Oulu. Esto sugiere que la frecuencia real de superllamaradas podría ser mayor de lo que indican las evidencias terrestres.
El futuro de la investigación
Este estudio representa un avance significativo en la comprensión de la actividad solar y sus posibles riesgos. “Los cálculos de alto rendimiento de estas estrellas de tipo solar con dinamo explican fácilmente los orígenes magnéticos de la intensa liberación de energía durante estas superllamaradas”, afirmó el Dr. Allan Sacha Brun del Comisariado de Energías Atómicas y Alternativas de París-Saclay.
*Con información de Europa Press.