El hallazgo de una araña fósil de hace 11 millones de años está causando un gran revuelo en el mundo de la paleontología. La nueva especie, bautizada como Megamonodontium mccluskyi, representa no solo una nueva adición al registro fósil de Australia, sino también un avance significativo para entender la evolución de estos arácnidos. Con un tamaño mucho mayor que las arañas de hoy en día, este descubrimiento es un ejemplo perfecto de cómo las condiciones ambientales del pasado han influido en la morfología y la distribución de las especies.

Un fósil revelador de la fauna prehistórica

El hallazgo se produjo en 2020, cuando el investigador Simon McClusky descubrió los restos de una araña de un tamaño considerable en McGraths Flat, Australia. Lo que parecía ser un espécimen interesante se convirtió en una pieza clave para comprender los ecosistemas prehistóricos del continente. La araña fósil pertenece a la familia de las arañas trampilla de patas peludas (Barychelidae) y es el primer fósil de esta familia en el mundo. Además, se trata de la segunda araña de la superfamilia mygalomorpha encontrada en Australia.

Científicos australianos han desenterrado una araña fósil de la prehistoria, Megamonodontium, cuya longitud de 23,31 mm la convierte en una de las más grandes conocidas hasta ahora. | Foto: Imagen tomada de Museo de Australia

La araña Megamonodontium mccluskyi se ha convertido en un tesoro para los paleontólogos, ya que no solo permite conocer el tamaño de las arañas de esa época, sino también los tipos de hábitats que ocupaban. Según el análisis, estos arácnidos habitaban las selvas tropicales húmedas de Australia en tiempos del Mioceno, antes de ser reemplazados por especies de arañas más pequeñas y adaptadas a los cambios climáticos posteriores.

Una araña mucho más grande que sus parientes actuales

Lo que más ha sorprendido a los expertos es el tamaño de la Megamonodontium mccluskyi. Con una longitud corporal de 23,31 milímetros, esta araña es cinco veces más grande que el Monodontium, una especie moderna que actualmente habita las selvas tropicales de Asia. Este espécimen fósil ocupa el segundo lugar como la araña fósil más grande del mundo, solo superada por Mongolarachne jurassica, encontrada en China y que vivió en el Jurásico.

“El nuevo espécimen es el segundo fósil de araña más grande del mundo y es aproximadamente cinco veces más grande que el Monodontium existente” comparte la investigación.

La investigación publicada en el Zoological Journal of the Linnean Society describe el tamaño impresionante de este fósil, que supera las expectativas sobre las dimensiones de las arañas prehistóricas. Su robustez y tamaño demuestran que el continente australiano, en el Mioceno, albergaba especies de gran tamaño que posteriormente desaparecieron debido a la aridificación y los cambios climáticos que transformaron el paisaje de la región.

Características morfológicas y su importancia en la evolución

El estudio también resalta las medidas morfométricas del espécimen, las cuales permiten a los científicos comprender mejor la estructura de la araña. Con una longitud total de 23,31 mm y un cefalotórax de 6,85 mm de ancho, Megamonodontium mccluskyi demuestra características adaptadas a su entorno, como el desarrollo de sus patas para cazar en suelos húmedos y su robusta constitución.

Un fósil de araña hallado en Australia está revolucionando la paleontología: Megamonodontium, una especie de hace 11 millones de años, que destaca por su tamaño impresionante. | Foto: Imagen tomada de Museo de Australia

Este tipo de arañas, conocidas como trampilla, poseen un mecanismo de caza único: crean trampas en el suelo para atrapar a sus presas. Las especies actuales de trampilla se distribuyen principalmente en áreas tropicales, pero su tamaño ha disminuido considerablemente. Este hallazgo permite suponer que, en su época, las condiciones ecológicas eran mucho más favorables para el desarrollo de arañas de gran tamaño.

El fósil, que ha sido meticulosamente preparado y analizado con tecnología avanzada como el microscopio electrónico de barrido, no solo nos ofrece una visión de la vida de estos artrópodos, sino que también es fundamental para entender cómo las arañas han evolucionado y cómo el cambio climático ha afectado a las especies a lo largo de los milenios.