Científicos de la Universidad de Ginebra (UNIGE), junto a un equipo internacional, han dado un paso monumental en la comprensión de la formación de galaxias al identificar tres galaxias ultramasivas en los primeros mil millones de años tras el Big Bang.

Este hallazgo desafía las teorías previas sobre la evolución de las galaxias y plantea una visión completamente nueva del cosmos primitivo.

“Monstruos Rojos”: una mirada al pasado galáctico

Las galaxias en cuestión, que los científicos han denominado “Monstruos Rojos”, son casi tan grandes como la Vía Láctea y fueron observadas por primera vez con el Telescopio Espacial James Webb (JWST).

A través de su espectrógrafo NIRCam/grism, el equipo pudo medir con precisión tanto las distancias como las masas estelares de estas galaxias, lo que permitió comprender mejor su formación en el universo temprano.

Tres galaxias masivas en el universo temprano ponen en duda los modelos de evolución cósmica. | Foto: NASA/CSA/ESA, M. Xiao y P. A. Oesch (Universidad de Ginebra), G. Brammer (Instituto Niels Bohr), Archivo Dawn JWST.

Este avance contradice los modelos existentes que sugerían que las galaxias se formaban de manera mucho más lenta y eficiente.

Según los expertos, los “Monstruos Rojos” crecieron a un ritmo más acelerado que las galaxias actuales, lo que indica una sorprendente eficiencia en la conversión de gas en estrellas.

Este hallazgo podría ser crucial para entender cómo se formaron las primeras estructuras cósmicas y cómo evolucionaron con el paso del tiempo.

El telescopio espacial James Webb: clave del descubrimiento

El uso del JWST ha sido fundamental para este descubrimiento, ya que permitió observar galaxias que anteriormente eran invisibles a los telescopios tradicionales.

La atenuación del polvo cósmico en el universo primitivo había hecho que estas galaxias fueran difíciles de detectar. Con las nuevas capacidades del JWST, los científicos lograron acceder a información crucial sobre estas antiguas estructuras, revelando propiedades masivas de las que poco se sabía.

Tres galaxias tempranas, tan masivas como la Vía Láctea, contradicen los modelos actuales. | Foto: NASA

El proyecto FRESCO, una iniciativa liderada por el equipo de la UNIGE, ha permitido realizar un análisis detallado de un gran número de galaxias en los primeros momentos de la historia cósmica.

Este enfoque metodológico ha sido clave para obtener estimaciones precisas sobre las distancias y las masas estelares de las galaxias observadas.

Nuevas perspectivas sobre la formación de galaxias

El estudio, publicado en la revista Nature, ha abierto nuevas posibilidades para la investigación astronómica, ya que las galaxias del universo primitivo podrían haber formado estrellas a una velocidad mucho mayor de lo que se pensaba.

El Dr. Mengyuan Xiao, principal autor del estudio, destacó que estos “Monstruos Rojos” ofrecen una oportunidad única para estudiar las condiciones que marcaron las primeras etapas del universo.

Con este descubrimiento, se establece el comienzo de una nueva era en la exploración de las galaxias primordiales, abriendo una ventana a una comprensión más profunda de cómo se formaron las primeras estrellas y estructuras cósmicas.

Este avance promete redefinir los conceptos que los científicos tienen sobre la evolución cósmica, brindando nuevas pistas sobre los procesos de formación de estrellas en épocas tempranas del universo.

La exploración continúa, y lo que antes se creía como una posibilidad remota, ahora se presenta como una puerta abierta a nuevas teorías y descubrimientos.