Un reciente descubrimiento científico ha dejado perplejos a aquellos que durante años han investigado el enigma del interior de la Tierra. Gracias a las nuevas tecnologías, los investigadores están arrojando luz sobre lo que se oculta en esta misteriosa región, comúnmente asociada con hierro y níquel. Sin embargo, un estudio reciente plantea la posibilidad de que el núcleo de la Tierra tenga una fuga.

El equipo científico del Instituto Oceanográfico Woods Hole y Caltech ha liderado un notable descubrimiento a través del análisis de antiguas coladas de lava. Sus investigaciones han sacado a la luz la liberación de helio atrapado en el núcleo terrestre desde los albores de la formación del planeta. Este sorprendente hallazgo arroja una nueva perspectiva sobre la dinámica interna de la Tierra y podría reconfigurar nuestra comprensión de su evolución.

Según un artículo publicado en la revista Nature, se han descubierto antiguas coladas de lava originarias de la isla de Baffin, Canadá. Durante el curso de esta investigación, los científicos han detectado rastros de helio-3, un isótopo ancestral de este elemento, cuyo origen se remonta a los primeros momentos de la formación de la Tierra.

La capa más externa de la Tierra es la corteza. | Foto: Gettyimages

Por otro lado, la presencia de helio-3 (3HE) podría haberse originado a partir de la nebulosa solar o del material irradiado por el viento solar que la Tierra generó durante sus primeras etapas de formación planetaria. Este planteamiento abre la puerta a una intrigante discusión sobre los orígenes de este isótopo y su contribución a la composición de nuestro planeta en sus primeros días, indica la publicación de Nature.

Una posible fuga en el núcleo de la Tierra

De acuerdo con el estudio, los científicos han descubierto cantidades excepcionalmente altas del isótopo, lo que indica que la presencia de este elemento es hasta 67 veces mayor, en comparación con otras regiones del mundo, sugiriendo que no se trata de un factor contaminante, sino que este material proviene del interior de la Tierra.

Los investigadores creen que esto podría dar señales sobre los orígenes de la Tierra. | Foto: Bing Image Creator

Además, los investigadores han planteado la posibilidad de que haya otros elementos en estas áreas árticas que tengan su origen en el núcleo de la Tierra. Esto podría arrojar una nueva perspectiva sobre el verdadero origen y la composición del planeta, desencadenando importantes descubrimientos que redefinen la comprensión de la Tierra y su formación.

¿Carreteras en la Luna?

Explorar la Luna y tener allí bases permanentes parece ser el próximo desafío de la industria espacial, de la que hacen parte agencias estatales y empresas privadas que le han apostado al turismo de este tipo, como uno de sus grandes objetivos en el corto plazo.

Aunque ya hay rovers en el satélite enviando información constante, el paso a seguir será llevar personas en misiones que permitan orbitar la Luna y regresar a la Tierra sin contratiempos; sin embargo, el afán por colonizar este astro es tal que, desde ya, planean cómo será la exploración una vez se puedan llevar turistas para que pasen algunos días allí.

De hecho, la Nasa y algunas empresas con las que trabaja tienen entre sus proyectos construir bases para periodos de tiempo prolongados en la Luna, por lo que será necesario contar con rovers de una mayor tecnología, que puedan sortear los caminos polvorientos y la difícil geografía lunar.

Científicos trabajan en una nueva tecnología que permite usar rayos láser para construir carreteras en la Luna. | Foto: Bing Image Creator

Para solucionar esto, y tener a salvo a los astronautas y turistas que puedan costear estas aventuras espaciales, desde ya se han comenzado a realizar investigaciones que puedan ayudar a mitigar el impacto que puede tener sobre los humanos y las máquinas el polvo que se levante durante las exploraciones.

Ante esto, los ingenieros y desarrolladores han puesto en marcha un plan que permite derretir el polvo lunar para crear caminos pavimentados, lo que permitiría tener viajes más seguros para los visitantes y extender el tiempo de vida útil de los buggies o rovers de próxima generación que se emplearán en estas misiones.