El uso de modelos de lenguaje como ChatGPT se ha expandido a diversos ámbitos, desde la redacción de textos hasta la resolución de problemas técnicos.

Sin embargo, la calidad de las respuestas generadas por estas herramientas depende en gran medida de cómo se formula la interacción.

1. Formular preguntas claras y específicas

Las solicitudes vagas o ambiguas suelen generar respuestas imprecisas.

Ajustar y refinar la consulta ayuda a mejorar los resultados en modelos de lenguaje.

En lugar de escribir generalidades como “háblame de historia”, resulta más eficaz plantear peticiones delimitadas, por ejemplo: “Explicar las causas de la Segunda Guerra Mundial en menos de 300 palabras”.

Una redacción precisa permite al modelo identificar mejor el propósito de la consulta y ofrecer información más enfocada.

2. Proporcionar contexto relevante

Los chatbots de inteligencia artificial mejoran sus respuestas cuando comprenden el propósito de la solicitud.

Por ello, es útil incluir detalles sobre el tipo de contenido requerido, el tono deseado o el público al que va dirigido.

Por ejemplo, si se necesita redactar un correo formal, conviene especificarlo: “Redactar un correo profesional para solicitar una reunión con un cliente del sector financiero”.

Este tipo de precisión facilita resultados más alineados con las expectativas.

3. Indicar el formato preferido

Los modelos de lenguaje pueden presentar la información en múltiples formatos, según las indicaciones recibidas.

Es posible solicitar respuestas en forma de lista, tabla comparativa, resumen o párrafo extenso.

ChatGPT ofrece mejores resultados cuando recibe instrucciones claras y específicas. | Foto: Semana

Por ejemplo, al pedir una tabla que compare sistemas económicos o una lista de los logros científicos de una personalidad histórica, el contenido se adapta mejor a las necesidades específicas del usuario.

4. Ajustar y refinar mediante retroalimentación

No siempre la primera respuesta generada será la óptima. Es recomendable realizar ajustes o solicitar reformulaciones para mejorar el resultado.

Comentarios como: “incluir fuentes”, “resumir aún más” o “explicar con un lenguaje sencillo” permiten al chatbot adaptar la respuesta con mayor precisión.

Este proceso de retroalimentación progresiva es una herramienta útil para pulir el contenido.

5. Reconocer los límites de la herramienta

Si bien la inteligencia artificial puede ofrecer información valiosa y redactar textos de forma coherente, no está exenta de errores.

Los hábitos de vida saludables son clave para prevenir afecciones del corazón. | Foto: Copyright Dazeley

Las respuestas generadas deben ser verificadas, sobre todo en temas sensibles como salud, derecho, economía o educación.

La IA no sustituye el juicio humano ni reemplaza el conocimiento experto, por lo que se recomienda utilizarla como complemento, no como fuente única.