Durante las recientes elecciones presidenciales en Estados Unidos, la red social Twitter marcó varias publicaciones del presidente Donald Trump como información falsa o incompleta. Además, en ese mismo contexto, varios medios de comunicación estadounidenses suspendieron declaraciones en vivo del mandatario argumentando que transmitía información falsa. “En las elecciones de Estados Unidos perdió la democracia”, afirmó Andrés Díaz Arana en conversación con Dinero sobre los efectos negativos que dejó el reciente proceso electoral norteamericano en la legitimidad de las instituciones democráticas. Lea también: "El dilema de las redes sociales": 5 secretos para engancharnos y manipularnos “Si bien es cierto que la desinformación siempre ha existido, la forma masiva, inmediata e instantánea como se distribuye y difunde (hoy) es algo que nunca habíamos visto en la historia”, añadió Díaz Arana, socio de la firma. Por su parte, Mauricio Pava Lugo insistió en que el fenómeno de la desinformación a través del ecosistema digital tiene una relación negativa con la toma de decisiones en la esfera pública y la legitimidad de los procesos electorales, no solo en Estados Unidos, sino en todas las democracias. “El 73% de los colombianos no diferencia entre una noticia falsa y una verdadera. El porcentaje y la media en Latinoamérica es más o menos del 70%”, según estudios citados por Pava Lugo. Le puede interesar: G. Leonhard: los próximos 10 años decidirán el futuro de la humanidad Desde su perspectiva, lo que sucedió en Estados Unidos debe representar una alerta sobre lo que no debería pasar en Colombia, de cara a las elecciones presidenciales del año 2022. Al respecto, Andrés Díaz Arana complementó que “nunca antes en la historia habían sido tantas, tan profundas y tan variadas” las formas de ver el mundo, lo cual es problemático en la medida que la información falsa sea la principal fuente de muchas de ellas. ¿Qué medidas tomar?
“No se trata de que el Estado intervenga para regular lo que pasa en redes sociales, porque el Estado no se puede convertir en el que dice qué es verdad y qué es mentira”, le dijo a Dinero Mauricio Pava Lugo. Sin embargo, el experto sí resaltó la importancia de que en el país se establezcan acuerdos de autorregulación por parte de los movimientos políticos, los medios de comunicación y los partidos políticos, con el objetivo de garantizar el equilibrio de la información y mitigar el impacto de las noticias falsas. “Sí creo que la discusión sobre el código nacional electoral tiene que ser una oportunidad para promover políticas públicas contra la desinformación”, añadió Pava Lugo. Lea también: Consejos para liderar la transformación cultural y tecnológica de las empresas Por su parte, Andrés Díaz Arana puntualizó que “pedirle al Estado que entre a ser un juez o policía de las comunicaciones es inviable”. Desde su perspectiva, es fundamental avanzar en materia de autorregulación, por ejemplo en aquellas compañías tecnológicas que están tomando medidas para contrarrestar la desinformación que se difunde a través de sus plataformas digitales. Algunas redes sociales, por ejemplo, actualmente alertan a sus internautas cuando un contenido es falso o está incompleto. “La desinformación no se combate con censura, sino con información”, concluyó Díaz Arana sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos para priorizar la circulación de información confiable en el marco de un contexto cada vez más digitalizado a nivel global.